❝ El camino hacia el éxito está pavimentado con tropiezos, pero solo aquellos que se levantan después de cada caída llegan a la cima❞
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Con un coraz...
"La confianza en mis compañeros es lo que me impulsa a dar lo mejor de mí."
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EL GIMNASIO RESONABA CON EL ECO del constante golpe del balón contra el suelo, la anticipación era palpable en el aire, y todos los ojos estaban puestos en la cancha. Hikary, con una mirada fija en el balón, sentía la presión del momento. El primer pase del partido recaía sobre sus hombros.
El silbato del árbitro cortó la tensión, dando inicio al partido, Hikary, ubicado en la parte posterior de la cancha, tomó el balón con suavidad. Sus dedos acariciaron el cuero, sintiendo la textura familiar, con un movimiento fluido y elegante, elevó el balón por encima de su cabeza.
"Está volando", susurró Hikary, mientras observaba cómo el balón ascendía lentamente hacia el techo. Sus palabras, cargadas de emoción, resonaron en el silencio del gimnasio.
Con un salto ágil y poderoso, Hikary se elevó en el aire, por un instante, pareció desafiar la gravedad, flotando en el aire como una pluma. Su brazo se extendió hacia el balón, y con un golpe certero y preciso, lo envió hacia el otro lado de la cancha. El balón cruzó el aire a una velocidad vertiginosa, dejando a los jugadores de Nekoma atónitos.
"¡Qué pase!" exclamaron los jugadores del Karasuno.
Los ojos de Hikary brillaban con determinación. Había demostrado su habilidad y había dejado claro que estaba listo para darlo todo en este partido.
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El gimnasio quedó suspendido en un silencio atónito, el saque de Hikary había sido una exhibición de fuerza y elegancia que había dejado a todos boquiabiertos, incluso a los entrenadores más experimentados, como una hoja cayendo suavemente al suelo, Hikary se dejó caer, sintiendo el impacto de su cuerpo contra la cancha. Al levantar la mirada, se encontró con las caras de sus compañeros, reflejando una mezcla de asombro y admiración.
Bokuto, conocido por su exuberancia, no pudo contener su entusiasmo y comenzó a gritar elogios a Hikary, su voz resonó en el gimnasio, animando al equipo y contagiando su energía a los demás. Hinata, con su característica alegría, se unió a los vítores, seguido de Sugawara y el resto del equipo.
Hikary se sentía flotando en una nube, era como si estuviera jugando con su antiguo equipo, rodeado de compañeros que lo apoyaban incondicionalmente. La ovación del público le dio un impulso extra de energía. Sin embargo, sabía que no era momento de relajarse, había un partido en juego y su equipo necesitaba su liderazgo.
"¡Vamos, equipo! ¡Dejemos todo en la cancha!" gritó Hikary, con una voz que resonó en todo el gimnasio. Sus compañeros respondieron con un rugido unísono, demostrando su determinación y su compromiso con el juego.
El silbato cortó la breve pausa, y el partido reanudó su ritmo frenético, el balón, servido por Karasuno, voló por el aire, encontrando las manos expertas de Yaku, el libero de Nekoma. Con un movimiento rápido y preciso, Yaku pasó el balón a Kenma, cuyo cerebro táctico ya había anticipado la siguiente jugada, Kenma colocó el balón en el punto perfecto para que Kuroo, el capitán de Nekoma, pudiera rematar con fuerza.
Nishinoya se lanzó hacia adelante para detener el ataque, con un reflejo audaz , logró conectar con el balón, pero la fuerza del remate de Kuroo era imparable. Kageyama, recibió el pase y rápidamente se lo colocó a Hinata. El pequeño gigante se elevó en el aire, listo para rematar, pero un bloqueo sólido de los centrales de Nekoma frustró su intento, el punto era para Nekoma.
La tensión en la cancha era palpable, cada punto era una batalla, cada movimiento era crucial, ambos equipos luchaban con uñas y dientes por la victoria. Karasuno, a pesar de estar abajo en el marcador, no se rendía, su determinación era inquebrantable.
Nekoma llevaba una ligera ventaja, y con cada punto que sumaban, la presión sobre Karasuno aumentaba, el balón, tras un intenso intercambio, quedó flotando en el aire, esperando ser reclamado. El equipo de Karasuno, con una sincronía casi perfecta, se lanzó hacia él, Asahi, su as, se elevó por encima de todos, pero su poderoso remate fue contrarrestado por un bloqueo implacable del Nekoma.
El balón, en una trayectoria descendente, parecía destinado a tocar el suelo, sin embargo, en ese preciso instante, una figura surgió de la nada, aquel chico de ojos ámbar, con un movimiento ágil y decidido, se lanzó hacia adelante, extendiendo su brazo y conectando con el balón en el último momento, su cuerpo resbaló por el suelo, pero su sonrisa era radiante. "¡Es tuyo, Shoyo!", gritó, impulsando el balón hacia arriba.
Kageyama, con una precisión milimétrica, colocó el balón en el punto perfecto para que Hinata pudiera rematar. El pequeño gigante se elevó en el aire, sus ojos fijos en el objetivo, el balón salió disparado hacia el otro lado de la cancha, pero un centímetro lo separó de la victoria.
Todo se volvió blanco, como si una luz cegadora hubiera inundado la cancha. El sonido del balón golpeando el suelo quedó grabado en la mente de todos los presentes, los jugadores se quedaron inmóviles, respirando agitadamente, mientras asimilaban lo ocurrido.
Las miradas se dirigieron hacia la tabla de marcadores. Allí, en letras grandes y brillantes, se mostraba el nombre del equipo ganador Nekoma.
Hinata y sus compañeros se quedaron mirando a Hikary, quien yacía en el suelo, apoyado en un brazo. Sus ojos, normalmente brillantes y llenos de vida, estaban vidriosos, podían escuchar su respiración agitada, entrecortada por un sollozo leve. ¿Estaba llorando? Una ola de preocupación recorrió al equipo.
Se acercaron a él con cautela, pero antes de que pudieran alcanzarlo, Hikary se levantó lentamente. Sus ojos, a pesar de las lágrimas, brillaban con una luz especial, les dirigió una sonrisa, la más honesta y dulce que habían visto nunca.
Sus lágrimas no eran de tristeza, sino de una emoción tan intensa que lo había sobrepasado. No era la derrota lo que lo hacía llorar, sino la inmensa satisfacción de haber dado todo de sí , había dejado cada gota de sudor en la cancha, había luchado con todas sus fuerzas junto a sus compañeros, y aunque el resultado no había sido el esperado, la experiencia había sido inolvidable.
Hikary corrió hacia sus compañeros y los abrazó con fuerza. Su risa, al principio contenida, se transformó en una carcajada contagiosa que resonó en el gimnasio. Uno por uno, sus compañeros se unieron al abrazo, compartiendo la alegría y la tristeza de ese momento.
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HOLA BUENAS A MI QUERIDO PÚBLICO, ESPERO QUÉ ESTÉN BIEN, AQUÍ SU SERVID@R, LES TRAJE SU NUEVO CAPÍTULO PARA ALIMENTAR SU ESQUISOFRENIA, MUAJAJAJAJAJ.
SE ENTERARON QUE YA TERMINÓ EL MANGA DE BOKU NO HERO? YO QUEDE BIEN DEPRE, PERO ME LLEVE UN HERMOSO RECUERDO DE MI LINDO IZUKU Y KATSUKI, AMBOS SIENDO HÉROES JUNTOS 🧡💚.
BUENO ESPERO QUE LES GUSTE EL CAPÍTULO, SIENTO QUE NO SOY MUY BUEN@ ESCRIBIENDO TORNEOS Y DEMÁS, GRACIAS POR VER Y QUE TENGAN HERMOSO DÍA, BESOS Y ABRAZOS.
