CAPÍTULO 2: BAJO LA MESA

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«Narra Isa»

Las bodas siempre se han caracterizado por ser el lugar perfecto para reencontrarse con amigos que hace mucho no veías, celebrar que seguimos vivos, comer divino y si eres el padrino, aprovechar tus privilegios para volverte mierda.

Todo pintaba perfecto, Sia y Villa se veían demasiado felices, y a pesar de que sabía que lo que ellos tenían, era demasiado autentico y único, muy en el fondo me entraban las ganas de encontrar a alguien así, pero que encajara conmigo, y con lo que estaba buscando.

A uno le venden esa idea de que tienes que ir haciendo checklist en la vida, y yo como que ya sentía que tocaba encontrar a la persona con la que quería pasar el resto de mi vida, y quizá una boda no es el mejor lugar para encontrar al amor de tu vida, pero aun así uno podía intentar encontrarlo así sea de chiripa.

Por ser el padrino me tocó sentarme en la mesa con Nathmon, Marto y las damas de honor, y a decir verdad las amigas de Nath y Sia eran guapísimas, pa' que.

Hubo una que me flechó de una, aparte su cara se me hacia particularmente familiar, pero muy probablemente seria de alguna que otra foto que Sia o Nath colgarían en Instagram.

En el arte de coquetear me sentía un experto, hasta ese dia. Ella se hacía un poco la difícil, y yo muy disimuladamente le intentaba dar señales de mi interés, cruzamos un par de miradas, pero como que sentía que no terminábamos de conectar.

En algún instante de la noche, nuestros pies chocaron bajo la mesa, y no se si fue accidental, o las miradas comenzaron a dar resultados, automáticamente la saque a "bailar".

Todos sabemos que tengo dos pies izquierdos y eso definitivamente no salió nada bien, pero les prometo que hice mi mayor esfuerzo, nos fuimos apartando poco a poco de la gente, y de un momento a otro, quedamos solos en medio de la nada, con una vista espectacular del lugar.

—Será prudente comenzar a besarnos ya? —el ardor en mis mejillas no tardo en hacer presencia, admito que puede que me haya intimidado un poco con su propuesta.

—Así, de una?

—Obvio, sin tantos rodeos, así nos quitamos de una las ganas.

A ver, ella sabía muy bien lo que quería, e iba directo al grano, me gustaba demasiado eso.

Lo que empezó como un par de besos, terminó con nosotros dos, desnudos en la laguna, dejandonos llevar por el deseo y disfrutando de la buena vista.

Creo que ya la encontré, si ella no era el amor de mi vida, les juro que se parecía demasiado. Nos dirigimos luego a una de las habitaciones que nos habían asignado, para dar asi con un segundo round, y definitivamente esta estuvo mejor que la anterior.

Entre platica y platica, terminamos hablando un poco, de lo efimera que era la vida y lo indispensable que era vivir el ahora sin perder tanto tiempo, teníamos ideales muy parecidos, mejor dicho, encontré el amor de mi vida en una boda.

Elle, se llamaba, aparentemente nos habíamos topado un par de veces, y aunque su cara se me hiciera familiar, nunca recordé algún momento puntual en el que nos hayamos visto, ella por su parte parecía recordarlos todo a máximo detalle.

Este fue el primer encuentro de muchos, y uno era mas apasionado que el otro. Con Elle estaba todo bien, de hecho mas que bien, el hecho de que se llevara tan bien con los chicos y con las novias—esposa—de mis amigos, lo hacia doblemente especial.

Nunca faltaron los encuentros inesperados, y a veces un tanto planeados, en su casa o en la mia, o una escapada entre el parche que tratábamos de armar cada fin de semana con los chicos.

Elle siempre se mostraba exceptica, pero para mi solo era una mascara que quería venderle a los demás, un dia me levante con ganas de hacer algo distinto a lo que ella se apuntó sin pensarlo mucho, y ahí supe que mi momento había llegado.

—El plan es el siguiente, tengo un gran amigo que hace planes turísticos por la ciudad.

Ambos nos encontrábamos tan emocionados por esta aventura, que parecíamos niños chiquitos. No queríamos perdernos ninguna maravilla de esta ciudad, y además yo estaba lleno de esperanzas, sentía que era el viaje perfecto para consolidar esto, que se suponía estábamos construyendo.

Tenia cada pequeño detalle friamente calculado, pero algo que definitivamente no vi venir, cambio la perspectiva, para mejor.

—Acaso esa que está allá no es Noor?

—Noor? —podria decirse que un poco de tono celoso se avecinaba—ni idea Isa, honestamente no la ubico—Elle termina con esta frase, mientras se encoje de hombros.

—Sí, sí es, ven te la presento—sin pensarlo mucho la tomo de la mano y nos acercamos rápidamente.

—OMG...esto acaso es real? —se abalanza hacia mi, antes de que pueda verlo venir—entrelaza sus brazos en mi cuello y antes de que pueda detenerla posa un sonoro beso en mi cachete—Gordi, que haces tu por acá.

—Yo? Mas bien tu, como es que estas tan lejos de casa—volteo a ver de reojo, pero para mi sorpresa Elle tiene una expresión en el rostro cero expresiva, no sabría leer que está pasando por su cabeza—ven te presento a alguien, ella es Elle.

—Un gusto preciosa—dice Noor mientras ofrece su mano a Elle en señal de presentación y luego desvía su atención hacia mi—tengo muchas cosas que contarte, no imaginas cuanto, pero por ahora estoy en horario laboral.

—No me digas que trabajas ahora con Agustín, no puede ser.

—Que comes que adivinas? Pues sí, el disco no se va a pagar solo jaja, ya te contaré luego, pero antes...—intercambia miradas entre Elle y yo, para finalizar susurrando un—tu nueva conquista eh? —finalizando con un fuerte codeo en mi costilla.

—Usssh, dolió—digo mientras me sobo un poco—ahora que estas aquí, necesito que me ayudes a concretar, dame un par de consejos please, me caes como anillo al dedo.

—No te preocupes, que yo te ayudo jaja, solo que te costará una comisión extra.

El paseo terminó siendo de las cosas más especiales que viví, y sentía que sí o sí terminaría con un final feliz. Pero muy por el contrario, Elle recibió una llamada que no le permitió seguir hasta el final, insistí en llevarla, pero ella insistía en que no era necesario.

—Todo bien? Segura?

—Sí claro, hablamos luego.

Al finalizar todo el recorrido, Noor me invita a tomarnos algo y terminamos poniendonos al día con todo. La habíamos conocido en una de nuestras primeras sesiones de composición acá en Madrid, sin embargo ella era de un pueblo muy lejano, literal.

Noor venia de México, puntualmente de Sinaloa, y al igual que nosotros venía en busca de un sueño, no paraba de ir y venir, pero había algo que me generaba demasiada admiración hacía ella, y era la fortaleza con la que enfrentaba la vida, después de tantos golpes, era una dura.

—Y bueno nada, así es como terminé nuevamente en España, era dejarlo todo allá e intentarlo una ultima vez con la música, o simplemente dejar ir el sueño.

—Eres una dura amiga, con todo y tu voz de ardillita jajaja.

—Pero de que hablas? jaja

—Naaah pero enserio, se que vas a llegar muy lejos, has trabajado mucho por eso, y a la larga todo eso genera su fruto.

—Eres lo máximo, aunque aunque a veces eres taaaan molesto jaja

PERO NO TE HE ENCONTRADOWhere stories live. Discover now