CAPÍTULO 9: PRESIENTO

5 1 19
                                    

Amaneció y todo parecía tan claro, al punto, que no entendía bien que estaba haciendo con mi vida. Ni mucho menos, hasta que punto la iba a llevar.

Suena incluso repetitivo, pero hablar con Noor me aclaraba un poco, la cantidad de mierda que tenía rondándome a diario en la cabeza, me hizo recordar mi búsqueda inicial, y lo desviado que estaba de todo eso en este momento.

Yo sabía desde el inicio que no era una buena idea, pero era inevitable no querer seguir en este círculo vicioso, Tyla era adictiva, y yo no sabía frenarla.

Todo este tema se estaba saliendo de control, y creo que en algún punto iba a terminar mal, así que de todas formas, era mejor cortarlo de una. Igual todos sabemos, que primero, era tomar el camino fácil, y segundo, no era lo que yo quería.

—Si me pides un consejo, ahí definitivamente no es—sentenció Simón, como si la respuesta fuera tan evidente.

—Es que sí, parece así de sencillo, pero no lo es—repliqué.

—A ver, evaluemos la situación, ella está casada, ¿no es así?

—Sí, pero ella no es feliz...

—Ok, pero está casada, ¿no?

—Sí—me generaba una bronca que tuviera razón, no les voy a mentir.

—Pero ya va mi negro, quite esa cara de pocos amigos, que no todo está perdido. ¿Ella le ha dicho directamente que quiere formalizar algo con usted?

—No, pero yo siento que...

—¿Se lo ha dicho directamente?

—No

—¿Y usted le ha dicho algo a ella? Porque eso es lo que quiere, ¿no?

—No... o sea, sí quiero eso, pero no se lo he dicho.

—Pues, ahí está el tema, ni se han sincerado ustedes, ¿cómo pretenden hacerlo con el mundo?

—Supongo que tienes razón.

En el fondo, yo realmente no estaba seguro de querer formalizar algo con ella, yo solo sabía que no quería seguir haciendo esto, eso de tener algo pasajero, o algo de momento, a cuestas de que algún día nos descubrieran.

Necesitaba una relación estable en mi vida, que buenas que fueron todas esas primeras veces con Tyla, y si me preguntan hoy, para nada las cambiaria, pero nada con mayor sentido de tranquilidad, que estar en una relación que te genere estabilidad, a pesar del paso de los años, y además mantenga una misma ruta, aun con todos sus altos y bajos, con sus pro y sus contra.

En medio de la conversación, y de toda esta breve bitácora en mi cabeza, mi teléfono suena, y se que es un mensaje de ella.

*Nuevo mensaje de Whatsapp*

—Tyla ha enviado una foto

¿Por qué me hacía esto? Definitivamente esto iba a ser más difícil de lo que imaginaba, ya lo sabíamos. ¿Un nude?, ¿De verdad?, como si de por si no fuera ya difícil. Lo peor, es que es del baño que comparte con el imbécil ese. Me pregunto si me reenvía las mismas nudes que le pasa a él.

—A juzgar por tu cara, es ella...yo solo digo que eventualmente esto o termina mal, o terminan de una vez por todas sincerándose.

—Sí...

—Yo te aconsejo que hablen, habla con ella y ve que quiere, las relaciones son de dos mi perro, y tu puedes querer avanzar, pero primero debes ver que quiere ella.

Me pregunto si cabía una mínima posibilidad, de que dejáramos de ser nosotros los que se esconden, dejar la clandestinidad, y oficializar una relación real, me pregunto qué pasará por su cabeza, yo solo tengo claro que esto no comenzó bien, pero no necesariamente este condenado a terminar mal.

Además, capaz ella se terminó enamorando de mi sin querer, me rehúso a pensar que esto de pasarla bien tenga tiempo limitado, no debería tener una fecha de caducidad, me entraban unas ganas de escaparnos lejos, a donde nadie nos encuentre.

¿Ven que es una cagada enamorarse?, y eso de querer encontrar al amor de tu vida. Todo esto es una mierda, no necesitaba poner la vara tan alta de encontrar...de encontrarla.

Aunque la verdadera pregunta era, ¿en qué momento terminamos convirtiéndonos en amantes?

*Nuevo mensaje de Whatsapp*

—Está?

—No te gustó?

Podemos vernos?

—Sí claro, pero está todo bien?

—Sí sí, al rato te cuento

Estaba un poco ansioso con todo esto, y la puntualidad de Ty, no me ayudaba a calmar mi ansiedad. Cuando al fin llegó, quedé mudo, porque últimamente eso producía en mi verla. Cuando decido reaccionar, abro la puerta del carro y en mi intento de sonar romántico digo...

—Entra, que te voy a llevar a un lugar que ni te imaginas—de la manera más tosca que pude haber dicho.

—Y a donde vamos? —pregunta de manera desinteresada mientras se abrocha el cinturón.

—Donde nadie nos encuentre, esa es la ubicación.

—Me gusta, suena a un gran plan.

Mientras conducía, repasaba en mi cabeza lo que le diría, o más bien preparaba, cada discurso. Cada que repasaba en mi cabeza, el primer siguiente discurso terminaba convirtiendo en uno super diferente al anterior. Al final, había determinado que solo diría lo primero que me saliera.

—Wooow esto está hermoso, en que momento lo armaste?

—Sí ves, enserio te gustó?

—Sí, una lástima que no estará así de lindo por mucho.

Y en definitiva tenía toda la razón, en la primera escena de nuestro encuentro, nos habíamos encargado en deshacer todo el arte con pétalos de rosas, que nos habían dejado en la cama. Y después de tremenda introducción, me sentía preparado para lo que seguía.

Comienzo a jugar con un mechón de su pelo, un poco porque no sabía cómo empezar, y entre enrularlo, a acariciar su espalda con la punta de ese mechón, termino soltando.

—Entonces, somos amantes

—A qué va todo eso? —responde un poco desconcierta a mi declaración.

—No, pues solo por hablar de algo, nada puntual. Es que...estaba pensando...en...en que lo peor de esto es tener que separarnos ¿no lo crees?

—Sí, pero igual eso no nos ha impedido pasarla bien.

—No se puede negar, pero, no te da ¿curiosidad?

—¿Qué cosa?

—¿Qué pasaría si formalizaramos? Digo, si esto dejara de ser un secreto entre nosotros.

—Debes estar de broma ja! Pero si eso es lo que lo hace tan interesante.

—Mmmh.

—¿No lo crees?—dice justo después de voltearse a evaluar mi expresión.—es eso, no lo crees.

—Sí, pero es qué a ver, ¿esto siempre va a ser así?

—No, pues creo qué si le proponemos a mi marido, estaría de acuerdo a abrir la relación.

—¿En serio?

—Obviamente no Juanpi, ¿quién crees que es? Ja

—Y tu...no..

—A ver, siempre supimos que esto sería así, ¿no? No pensarás que a estas alturas quiera divorciarme

—Pensé que no eras feliz con el.

—No, pero estoy bien con eso.

Era evidente que ella no planeaba ni escalar, ni dar un paso al costado, lo mejor y lo más sano, al menos para mí, era terminarlo.

PERO NO TE HE ENCONTRADOWhere stories live. Discover now