PERO NO TE HE ENCONTRADO

CAPÍTULO 6: UN MILLÓN COMO TÚ

«Narra Sia»

El sol de Madrid lucía un brillo que no había visto antes, y aquí estábamos nosotros disfrutando de un picnic fabuloso. Era 23 de Marzo y esta oficialmente nuestra primera cita de primavera, acá tirados en el césped y degustando de unos sencillos pero divinos sandwiches de diablitos.

Marzo el mes de las flores amarillas, mes de la primavera, y mes de unas cuantas despedidas. La idea de que las relaciones siempre tienden a desmoronarse en el tercer mes del año.

En otros tiempos esta idea resonaría en mi cabeza, pero a tal punto, me parecía absurda, en especial porque nuestra relación olía a juventud plena.

—No te parece un poco absurda esa teoría de Marzo? Como sociedad a veces nos venden unas ideas que...no se como decirlo, pero...son un poco absurdas, no?

—Absurdas? No lo se amor, yo no me preocuparía mucho por eso.

—Ah sí? Estás muy tranquilo? Das por sentado nuestro para siempre?

—No empecemos, no te vas a deshacer tan fácil de mi. A ver, realmente crees en esa teoría—pregunta el, repentinamente.

—Pues no, pero...no se, se me hace raro que exista un patrón que la favorezca, sí me entiendes?

Villa me mira con cara de no comprender muy bien lo que le decía.

—No lo se amor, quizá a esas parejas solo le hacen falta mimos—seguidamente se abalanza sobre mi y me come a besos.

Amaba con locura nuestras salidas, así, sencillas, sin muchas pretensiones, solo salir a charlar y ya está. A este punto había creado una dependencia emocional tan gigante, que me generaba un poco de pánico, la sola idea de separarnos.

—Que tanto piensas? Si sabes que no puede importarme menos, lo que diga una teoría de lo que depara nuestro futuro, no?

—Sí amor, raramente estoy muy convencida de eso.

—Bueno entonces ven a llenarme de besos, necesito mimos. Disfrutemos estos ratos juntos, que al final es lo que nos llevamos siempre con nosotros.

Ese instante desapareció tan fugaz. Hace días que no logro hacerme cargo de mi respiración, no dejaba de llorar, pero al final tuvo razón, este recuerdo había quedado en mi memoria sin pagar renta. Se rebobinaba una y otra vez, lo atesoraba con el alma.

Al final, la teoría de Marzo se burlaba de nosotros, la teoría de Marzo mas bien, se cagó en nosotros.

Lo vi venir, las relaciones se basan en la comunicación, a ver la base principal de nuestra relación SIEMPRE FUE LA COMUNICACIÓN. Y yo me había cagado en eso, me sentía abrumada, pero aunque intentara convencerme de lo contrario, que aunque había intentado convencerlo a él de lo contrario, sabía que la culpable era yo.

La ansiedad se apoderaba poco a poco de mi, y la dependencia emocional que tenía con Villa, no desaparecía, yo no quería salir de la cama, yo solo quería dormir, llorar, y dormir, y llorar y así en círculos viciosos.

Nath venía de vez en cuando a intentar motivarme de hacer cosas, pero eso no ayudaba, yo solo quería ahogarme en lágrimas.

No voy a mentirles, cada que sonaba el timbre, o mi celular, me emocionaba pensar que detrás de la puerta, o detrás del altavoz, escucharía su voz. Tardé un poco en entender que no pasaría, tardó mas que un conteo hasta diez, para terminar de entender que el no volvería.

Yo no veía mi vida lejos de el, era imposible. El sonido del celular me despierta de mis pensamientos.

—Ya no más, hoy vas a salir de tu encierro. —Solo alcanzo a escuchar eso del otro lado del altavoz, seguido de un tu tu tu. Sí, Nath había llamado, me había dado una orden cual mamá, y me había colgado.

La confusión que tienen ustedes ahora, es la misma que tengo yo en mi cabeza, pero acompañado del contexto, a diferencia de ustedes, yo sí me se de memoria, las razones por las que todo termino.

No me siento en la capacidad ahora de decir dos palabras seguidas y coherentes, pero salir a bailar creo que puedo soportarlo.

Esa noche salimos todos, el grupo de costumbre, con una diferencia, que digo una, con dos, la primera, que ya Villa y yo no estábamos juntos

—Isaaa, cómo estás?

—En mi mejor momento. Tú? Cómo lo sobrellevas?

—Ahí voy, él? Si viene?

—No, sabes que no va a venir, es muy orgulloso para aceptarlo, pero no vino porque sabía que ibas a venir—exacto, la segunda, era que Villa había decidido no venir. —No está bien, pero se que su momento pasará, ya podrán hablar con más calma.

—Sí, eso espero—una lágrima recorre mi mejilla, la cual oculto rápidamente e intento contener el resto.—bailamos? —Isa había logrado percibir la lagrima e instintivamente me abraza.

—Ya se le pasará, venga le doy un abrazo... Hagale, yo no soy un buen bailarín pero le meto jaja.

No se si ahogar las penas en el alcohol era lo más sensato en ese momento, pero ya que mis amigos insistieron, yo no quise resistirme. Esa noche la pasamos de lujo, pero aun así no podía hacerme la boba, sabía que esa felicidad era ficticia, que era pasajera.

Lo que no era pasajero era nuestra inminente ruptura, o al menos así pintaba.

Villa era la persona más sensacional que había conocido, en poco tiempo se había convertido en mi todo, lo mejor que me paso en la vida fue conocerlo. Y me preguntaba como había dejado que esto pasará. Cómo es posible que nuestro "para siempre" estuviera pendiendo de un hilo?

Esa noche llegué a mi casa, y el insomnio como de costumbre se apoderó de mi, y aquí sola con mi soledad, me estaba cansando de este duelo, de victimizarme. Pero tampoco podía dejar de sentir.

Con lápiz y papel me dispuse a escribir, buscaba miles de razones para justificar por que debería odiar a Villa. Quería odiarlo, para que esta tusa no se sintiera tan insoportable, pero la realidad es que mi intento de serle cruel, estaba fracasando, no había nada que me hiciera sentir odio hacia el, solo sentía amor, admiración, un poco de resentimiento puede ser, pero odio nunca.

En vista de que no podía dormir, me dispuse a scrollear en Disney+, alguna peli de esas felices me hagan, pensar que los finales felices existen ayudaban supongo. Pero me termino topándome con una peli que conocía perfectamente, y se me antojó una dosis adicional de drama adicional a mi vida.

NO LO HAGAN, por favor escuchenme cuando les digo que no se atrevan a ver Bajo la misma estrella, mucho menos si están en su pico mâs alto de tusa, a la orden.