CAPÍTULO 8: PARA QUE NADIE SE ENTERE

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Era impresionante la manera en la que esto podía más que yo, a pesar de que sabía que no estaba bien, no podía controlarlo. Quería estar todo el rato detrás de ella, y hasta cierto punto parecerá un poco descontrolado, pero no podía pararlo.

Esa mañana como de costumbre, intenté escabullirme a su cuarto, pero al parecer había llegado un poco tarde, ella iba de salida, y como la persona controlada que soy, decidí seguirla, lo sé, todo estaba mal, y peor aún, todo estaba empeorando.

La siguiente parada, definitivamente no la ví venir, pero quien dijo miedo, no? En ese preciso instante, me di cuenta que tenía cero control de mí, terminé topándomela de "casualidad", you know.

—Qué estás haciendo aquí?

—Pero, qué modales son esos?

—Juan pablo, estoy hablando enserio, qué pasa contigo? Qué pasó con eso de la discreción?

—Que se vaya al carajo la discreción, ella no es amiga mía.

—Estás jodidamente loco, no se que vas a hacer, pero si decides seguirme por favor no dejes que nadie se en...

—Entere, lo se lo se. Soy una tumba, te juro, y mis movimientos, CONTROLADOS, lo prometo—esto último con mi mano derecha levantada, como si de un juramento real se tratase.

No recordaba, lo aburrido que siempre se sentía venir a misa, y como si la vida me estuviera dando cachetadas de realidad, hoy hablaron sobre lo difícil que suele ser controlar los impulsos, eso de "los deseos de la carne" y esas vainas.

Yo no podía prestar atención, el olor a su perfume me descontrolaba, mis pensamientos no podían estar quietos, de lo que me moría por hacer en este preciso instante, pero ya hablamos de esto, controlarnos, sí que podemos.

—Emm, no quiero sonar impaciente, pero vamos a estar mucho tiempo acá?

—No se tú, pero yo no me voy hasta que termine la misa.

—Quien hablo de irse antes de misa? —le lanzo un guiño tímido para poder leer si entendió la indirecta, y por juzgar a su cara de desaprobación, imagino que sí.

—Mira Tyla de los mil y un ángeles, nunca te he obligado a nada, y esta no será la excepción, pero solo a manera informativa, estaré en el baño, espero tengas tantas ganas como yo.

—Estas jodidamente loco, no te voy a seguir en esa locura.

—Bueno, tu te lo pierdes.

De camino a los baños, si es que existían en este lugar, porque nunca los encontré, me topé con una serie de mini cabinas, y se me ocurrió algo mejor.

A duras penas logro entrar, encorvado eso sí, pero se logró, a lo que escucho pasos acercándose, en mi cara solo pudo dibujarse una sonrisa instantánea. Extiendo mi mano al sentir que pasa cerca de mí, la electricidad estaba en el aire.

Apachurro lo mas que puedo, su cuerpo contra el mío—con que al final sí te decidiste, eh?

—Isaza?—el momento mas tragame tierra de la historia, definitivamente era ese.

—No puede ser, perdon perdon, pensé que...

—Jajajaja, Gordi, pero que estás hacienda aquí, que digo, fuera de estar en la iglesia, como terminaste en el confesionario, como terminamos en uno.

Hasta ese momento no había reparado en lo cerca que estábamos, tan cerca que podía sentir su respiración, y un poco la incomodidad en el aire, por lo que decido soltarla.

PERO NO TE HE ENCONTRADOWhere stories live. Discover now