¿Dónde está Henry?

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Regina estaba sentada en su cama, mirando fijamente un punto inexistente en la pared que tenía enfrente. David, no tenía mucho que acababa de irse, pues la pareja había acordado tener relaciones sexuales todas las veces que fueran posibles en los días fértiles de ella, y ese día su esposo había tenido tiempo libre en la comisaría por lo que fue a verla.

Se había enamorado de él, fue algo con lo que no contaba, algo que se suponía no pasaría, pero ahora estaba ahí, sentada en su cama con una prueba de embarazo en la mano, esperando el resultado.

En el bosque encantado, bebió una poción que le dio Cora, su madre, que le impedía tener hijos. Fácilmente pudo decirle a David que no podía tenerlos, pero él se lo pidió de una manera que no pudo resistirse y aceptó. En ese momento pensó que tal vez como estaba en un nuevo lugar donde no había magia, las cosas habían cambiado y podría engendrar.

Llevaba al rededor de 2 años intentando quedar embarazada, pero las pruebas siempre eran negativas. Whale, le había dado un tratamiento y estaba cansada de eso. Tenía la esperanza de poder concebir, pero parecía que su madre había arruinado su vida.

El cronómetro de su celular sonó y con las manos temblorosas, dió vuelta a la prueba.

Negativa.

Las lágrimas llegaron a sus ojos y comenzaron a caer sin parar. Ya no haría más intentos, desde el principio supo que era imposible por lo que hizo en el pasado. En la noche hablaría con David, pues debían detener el tratamiento, además de que su cuerpo estaba demasiado martirizado, aunque no se podía ver a simple vista, pero cuando se encontraba desnuda frenta a su espejo solo podía ver varios moretones en su estómago. Sí bien era vanidosa, sabía que todo eso lo estaba haciendo por tener un hijo con David y eso valía la pena.

- Querida, te estás lastimando

Regina rápidamente miró a su madre, que se encontraba cerca de ella. Al ver el resultado se desconectó por completo del mundo que no se percató de su presencia.

- Cállate

- Es desgastante lo que está haciendo solo por darle gusto a David

- No sabes ni siquiera el resultado - levantó la prueba

- Regina, no necesito verlo, lo sé. Tus lágrimas lo dicen todo - se sentó en la cama al lado de su hija

- ¡Esto no da el resultado que yo quiero por tu culpa!

- Te dije que no lo bebieras, pero no me hiciste caso, fue una decisión que tomaste porque querías lastimarme

- Recuerda que estás aquí porque yo lo deseo

- Regina, a pesar de todo soy tu madre

- Por desgracia

- Lanzaste la maldición para tú - la señaló - tener tu final feliz, pero ese final acuerdate que no incluía al príncipe encantador de Blanca Nieves. ¿Qué crees que haces con él? ¿Piensas que con eso la lastimas? - no dejó que Regina hablara - tal vez, porque puedo ver cómo lo mira ella. Es estúpidamente ridículo como Mary Margaret suspira por tu marido. Debimos eliminarlo, eso le hubiera causado más dolor

- No voy a dejar que te le acerques a David, no permitiré que le hagas lo mismo que a Daniel

- Agradece que aquí no haya magia, porque creeme que tu príncipe ya no tendría corazón - el horror se vio reflejado en la cara de la pelinegra - tampoco soy tan mala querida, lo hubiera dejado contigo, pero sin corazón. No puedo quitarle su padre a Henry

- Eres una bruja

- No hay bebé, Regina, lo siento mucho. Solo venía a avisarte que ya me iba a recoger a Henry a la escuela, quedé de llevarlo a comer a casa de la abuela

HappinessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora