A mitad de la noche, Regina despertó y estuvo observando como su "esposo" dormía plácidamente, con un brazo rodeando la cintura de ella. Quitó su brazo con extremo cuidado de no despertarlo y salió de la habitación, pasando por la de Henry, dónde lo encontró profundamente dormido.
Había algo que rondaba su cabeza desde hace algunos días. Ella fue a visitar a Rumple, pidiéndole ayuda para eliminar a Emma, pero no podía asesinarla. Le comentó a su madre y esta le dijo que si no podían matarla, podrían ponerla bajo el hechizo que había estado su madre en el bosque encantado, pero para eso necesitarían reunir la poca magia que había en ese mundo, para lograr traer la manzana.
A pesar de que Emma era un obstáculo en su maravillosa vida, algo le decía que no podía hacerle daño, porque aunque David no lo supiera, era su hija y sería como lastimar una parte del hombre que amaba. Si David se enteraba, no la perdonaría jamás.
Últimamente estaba agotada tanto física como emocionalmente y que al bebé se le antojara algo a esa hora, no ayudaba mucho. Estuvo tentada a decirle a David lo que quería, pero no quería despertarlo, además de que su antojo era bastante raro.
— No entiendo cómo puedes querer eso — acarició su vientre con una mano, mientras estaba parada en la puerta de la heladera buscando con la mirada lo que quería — el doctor dijo que debería empezar a sentir tus movimientos — tomó lo que necesitaba y lo llevó hasta el desayunador, dónde se subió a un taburete — por favor, no seas duro conmigo
Al decirle que no fuera duro con ella, no solo se refería a sus antojos en mitad de la noche, si no que también lo decía pensando en el futuro, cuando su hijo se enterara de todos sus pecados cometidos en el bosque encantado.
Tenía miedo de que su propio hijo la rechazara al igual que Henry, lo hizo.
— Nada te va a pasar, lo prometo
Sentada a mitad de la noche, la reina malvada complació los antojos de su bebé. No había duda, definitivamente siempre cedería a lo que sus hijos quisieran.
David, sintió la ausencia de su esposa en la cama y aunque al principio pensó que estaba en el baño, al no ver la luz encendida, decidió salir a buscarla. La escena que encontró en la cocina era bastante tierna, de hecho, a veces le sorprendía todas las capas que había logrado atravesar para conocer el lado mas vulnerable de Regina.
— Hola — su intensión no era asustarla, pero bueno era mitad de la noche — no fue mi intensión asustarte, hermosa — se acercó y le dió un beso en la cabeza — ¿Qué haces despierta? ¿Antojos? — Regina solo sonrió mientras asentía con la cabeza
— Lo siento, no quise despertarte
— Sabes que no puedo dormir sin ti a mi lado — se sentó en el taburete de al lado — Pero te confieso que estoy enojado de que no me hayas hablado para comer contigo, sabes que me encanta comer
— No creo que fuera necesario — se encogió de hombros
— Eres tan hermosa, Gina — acomodó un mechón de cabello detrás de su oreja
— Lo sé, cariño y me encanta que me lo digas, pero ¿Podrias dejarnos a tu hijo y a mí seguir comiendo? Por favor — regresó su atención a su comida
— ¿Qué comes?
— Pollo frito con helado de vainilla — dijo con la boca llena y soltó un gemido cuando tragó la comida — Dios, es delicioso, ¿Quieres un poco? Vamos, no me mires así, en serio sabe bien
— Probemos, entonces — tomó una pieza de pollo y luego la pasó por el helado. Al probarlo, le sorprendió que no sabía mal — me gusta — sonrió — deberíamos hacer citas nocturnas para comer pollo con helado

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Happiness
FanfictionCon la aparición de Emma Swan, la madre biológica de Henry, sus intentos por quedar embarazada cada vez la frustraban más gracias a Cora, su madre. Y su hijo asegurando que era la "Reina malvada", comenzaba a existir una grieta en la maldición que n...