Encontronazo

Mi mirada se alejó de inmediato de la suya. Maldita sea, como no caí en que Louis era un maldito adicto al fútbol. Era obvio que me lo iba a encontrar aquí.
De esto intentaba avisarme Niall. Debería haberlo escuchado pero como siempre, las prisas me han ganado y me han hecho enfrentarme a esta situación sin previo aviso.

Rasqué mi pelo incómodo. Notaba su mirada fría sobre mi cuerpo.

Absolutamente todos nos miraban expectantes, como si estuvieran asistiendo al mayor partido de tennis, siguiendo la pelota de un lado para otro, esperando a que alguno de los dos dijera algo.

Joder, llevaba sin ver a Louis, es decir, a mi ex, tantos años, que de pensar la cantidad de canciones que le he dedicado me avergüenzo de mi mismo.

A ver...no es que no lo haya superado pero es extraño verlo después de todo lo que tuvimos que pasar.
Las cosas no acabaron bien. Él siguió con su vida, y yo con la mía.

Introduje mis dedos por la ranura del bolsillo de mi pantalón y deslicé mi móvil hacia el exterior.

-Ahora vuelvo- Conseguí decir, aunque sonó más como un soplo que como una frase. Señalé mi móvil. Necesitaba salir de ahí. Inmediatamente.

Todos asintieron sabiendo el por que de mi agobio. Lo admito, aún no estaba preparado para verlo, para hablar con él, para mirar  aquellos ojos que siempre me cautivaron como nadie ya que los recuerdos de todas las noches en vela golpeaban mi corazón frenéticamente.

Conseguí salir al exterior, llegando a un lugar más apartado del bullicio.
Tecleé el número de Niall. Su voz no tardó en aparecer tras la línea.

-¿Estás bien?- Ahora estaba calmado. Me conocía tan bien.

-Si. Lo siento-

-Tranquilo. Te perdono pero me debes unos Nando's- Sonreí.

-Te estás aprovechando de esta situación de debilidad- Ruedo los ojos apoyando mi espalda en la pared de ladrillos.

-Tal vez...¿entonces admites que es una situación sensible para ti?-

-A ver...¿si te encontrarás a tu ex que más amaste en toda tu vida cómo estarías?-

-Llorando en los baños-

-Bien, me alegro que nos entendamos- El silencio inundó la llamada.

-No tienes por qué hablarle, lo sabes ¿no?-

-Lo sé-

-Pero estaría feo- Se sincera.

-También lo sé-

-Bien, entonces eres responsable de las consecuencias-

-Si- Mis respuestas cortas gritaban lo mucho que estaba sobre pensando. -¿Cómo sabías que vendría? ¿Era eso por lo que me habías llamado, no?-

-Si...-

-¿Y bien?-

-No te enfades-

-Desembucha-

-Me habló esta mañana- No respondí. Demasiada información. -Me dijo que uno de sus amigos no podría asistir al partido, que si quería la entrada, yo obviamente le dije que no- Silencio. -¿Harry?-

-¿Hm?-

-Lo siento, debería haberte avisado antes, pero sabía que si lo hacía seguramente cancelarías el plan, y no quería eso-

-Está bien, no te preocupes. No me afecta, Lo superé hace tiempo, lo sabes- Y Niall lo sabía mejor que nadie pues fue el único que se quedó aquellas noches donde no podía parar de llorar. Él me abrazaba y me compraba sacos de patatas y chocolate para apaciguar mis pensamientos intrusos. Él era el único que me traía libros nuevos para leer todos los días, el único que se quedaba abrazándome cuando más lo necesitaba. Él me ayudó a salir de toda esa oscuridad.

-Lo sé, pero si no te sientes bien, ignóralo y fin, ¿Si? Ahora debo cortar, llego tarde a mi propio concierto- Rió.

-Si, si, claro. Gracias Niall- Sonreí. Siempre fue mi mejor amistad.

-No las des. Te quiero- Colgó. Dejándome
a solas con mis pensamientos.
Respiré profundamente para mantener toda la calma posible y me encaminé hacia el interior del estadio.
Por suerte, ya no había rastro de Louis, solo uno de mis amigos comprado palomitas en la barra de aperitivos y refrescos.

Notó mi presencia pues se giró para mirarme.

-¿Vamos?- Me sonrió.

Asentí. Nos encaminamos hacia nuestras butacas.

El partido marchó fatal, pues Inglaterra perdió.