JiMin asintió, pues él quería lo mismo. Aquel ambiente le gustaba, pero por ahora sólo podía concentrarse en el chico frente a él. Se puso de pie y siguió a Suga fuera de la fiesta, quien lo guiaba de su mano a través de la multitud, hasta un jardín secreto detrás de la mansión. La luna brillaba sobre ellos y el aire se encontraba lleno de una deliciosa fragancia de flores.Ambos caminaron en silencio por el hermoso y frondoso jardín, disfrutando del fresco aire nocturno. Ambos se sentían cómodos a su lado, sin tener necesidad de hablar.
De repente, Suga se detuvo y se dio la vuelta hacia JiMin.-Hoy estuve todo el día pensando en ti...
-Me hubiera gustado haber sido notificado sobre ello... Creí que no te volvería a ver después de que habías conseguido besarme...-admitió el pelirosa.
El pelinegro sonrió y se acercó un poco más, hasta que sus rostros estuvieron a solo unos centímetros de distancia. JiMin podía sentir el calor de su aliento, y su corazón latía con emoción. Pero en lugar de besar, Suga simplemente sonrió y se dio la vuelta para seguir caminando. JiMin se rió bajo ante su momento de ilusión y despues lo siguió.
-Lamento no haberte avisado, pero descubrí que no tenía tu número.
-¿Y por qué no me lo has pedido?
-Prefiero comunicarme contigo de otra manera.
-¿A sí? ¿Cómo cuál?
-Lo descubrirás por ti mismo-le ofreció una mirada coqueta, consiguiendo que JiMin de inmediato desviara su mirada y se cruzara de brazos.
-¿Y qué me asegura que no volverás a dejarme sin saber de ti?
-No lo volveré a hacer, muñequito. Lo prometo.-le guiñó, provocando un intenso sonrojo en JiMin.
Continuaron caminando por el jardín, mientras disfrutaban del silencio y la compañía mutua. JiMin se sentía cada vez más cómodo a su lado, y podía sentir que Suga sentía lo mismo cuando estaban juntos.
De pronto, el pelinegro tomó su mano con delicadeza, para luego dirigirla a sus labios y depositar un casto beso justo donde adornaba el anillo que compartían. Después, lo llevó hasta un rincón del jardín, donde había un pequeño estanque, el cual era decorado con flores y árboles que creaban un ambiente mágico.
-Es hermoso...-dijo JiMin, quedando completamente embelesado ante la vista.
-No es parte del Olimpo, pero es lindo.-refiriendose a los lujos que el menor estaba acostumbrado a admirar, sin embargo, JiMin negó de inmediato.
-He aprendido que las cosas sencillas son las más hermosas...
Suga sonrió, quedando encantado con la sinceridad y el encanto de JiMin. Fue así que con suavidad lo guío hasta la orilla del estanque, donde JiMin se sentó en una roca frente al estanque mientras se quedaba en suspenso ante lo que Suga parecía hacer cerca del estanque. Miró como se agachaba y metía su mano en el agua, creando pequeñas olas que reflejaban la luz de la luna.
JiMin se levantó y se acercó a él, mirando el estanque con curiosidad.
-¿Quieres ver algo especial?- preguntó, con una ceja alzada.
JiMin asintió, intrigado. Suga volvió a introducir su mano en el estanque, moviéndola hasta que éste se iluminó de magia azul. Después de unos cuantos segundos, sacó su mano del agua, tomando en sus dos manos una flor de loto que había sacado del estanque.
La flor era hermosa, con pétalos blancos y un centro dorado. JiMin se sorprendió, pues nunca antes había visto una flor tan hermosa como esa antes.
-Es hermosa- dijo, admiradola sobre las manos de Suga.
El mayor sonrió ante el encanto que el menor desbordaba-. Es para ti-dijo, ofreciéndole la flor a JiMin, quien de inmediato la tomó.
Se sintió tan emocionado, ya que nunca había recibido un regalo tan especial (a excepción de la flor negra que el pelinegro había dejado sobre su ventana el día anterior). La tomó entre sus manos y la olió, mientras disfrutaba de su suave aroma.
Suga se acercó hasta él, para después tomar asiento a su lado.-Me alegra que te guste-dijo, con una suave sonrisa.
JiMin se sintió mareado, pues su corazón latía con emoción. Sabía que algo especial estaba sucediendo entre ellos. Y lo confirmó cuando lo miró a los ojos. Ambos estaban completamente enamorados...
Suga se acercó al pelirosa y en voz baja le susurró al oído-Me encantas... Me encantas, JiMin-dijo, su voz apenas audible.
La mirada de Suga se perdió por completo en los ojos encantadores de JiMin. Estaba casi seguro de que JiMin había nacido con el don de encantar a dioses y mortales, pues nunca nadie había logrado crear aquellas sensaciones en él, mismas que le hacía perder la cordura y lo amenazaba con dejar todo por su amado...
Y es justo lo que haría...
Suga sonrió y se acercó un poco más, sus labios casi tocando los de JiMin. Sentía un poco de duda ante lo que estaba apunto de hacer. No era como el día anterior cuando se habían besado intensamente, en esta ocasión tenía miedo de arruinar aquel momento tan romántico que habían creado. Temía que JiMin se sintiera incómodo y decidiera irse. Si bien, JiMin estaba ansioso de aquel beso, y fue por eso que se inclinó y sus labios se conectaron por completo. Fue un beso suave, pero lleno de emoción. JiMin se sintió como si estuviera derretido en los brazos del pelinegro.
-Déjame acortejarte, JiMin...-susurró el mayor, mientras lo tomaba por su pequeña cintura y lo atraía hacia él de manera romántica.
-¡Acepto!-exclamó el pelirosa con emoción, para después ser besado nuevamente por Suga.
Esta vez, se besaron apasionadamente bajo la tenue luz de luna llena. Quién era la única testigo de su bello e inocente amor y probablemente la única que apoyaría su amor...
ESTÁS LEYENDO
❦ღAMOR EN EL OLIMPO ღ❦ [MYG & PJM]
FanficJimin, hijo de Afrodita, diosa del amor y la belleza eterna, nació para ser adorado por su belleza y encanto. Su destino estaba escrito para ser el centro de atención y admiración. Suga, hijo de Hades, dios de la oscuridad y el inframundo, nació par...