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Francesco

Esta vez no necesitaría mandar por él para matarlo, iría yo personalmente, lo cazaría y lo mataría con mis propias manos.

¿A quién mierda se le ocurría hacer una pelea clandestina en el peor barrio es de Nueva York?

Brooklyn era el peor barrio territorial cuando se trataba de drogas o apuestas, yo mismo tenía que mantenerme al margen y llegar a un acuerdo con la cabeza líder.

Que Lana fuera a una fiesta en Brooklyn no me molestaba, si ocurría algo entraría el hombre que le puse, pero si fuera a una pelea clandestinas con apuestas en territorio si me preocupaba, a los dueños no les molestaría hacer un acto de presencia para golpear a los hombres y a acosar a las mujeres, cualquiera que muestre un poco de carácter no llegaría al siguiente día.

- Te juro que ese chico no piensa – habló Riccardo a mi lado – poner en peligro a tanta gente es...

- Por favor – rugí – no me des más razones para matarlo.

- ¿Por qué poner en peligro a tu chica son suficientes? – río.

Lo miré con rabia y él entendió la indirecta.

De Hunts Points a Brooklyn era casi una hora de día, pero de noche podíamos llegar en media hora, y con mi pie en el acelerador ya nos encontrábamos aquí, estacioné justo al lado de Leonardo, era uno de mis hombres de confianza y no había dudado ni un minuto en ponerlo en la seguridad de Lana.

- ¿Qué sabes? – pregunté tan pronto llegué a su lado.

- Entraron tan pronto te llamé – contestó – pude investigar que las organizó el novio de Alessia junto con su amigo.

- ¿Luciano? – preguntó Riccardo y Leonardo asintió.

- ¿Sabes si hay algún movimiento de Dante?

- Ninguno – negó – su base está a unas cuantas calles de aquí y no tardan de avisarle lo que está pasando.

- Esto es lo que va a pasar – me preparé – yo iré por Lana, Riccardo tu ve por Alessia y te vas con ella, Leonardo tu busca a Lia y la llevas a casa.

- ¿Quieres que nos separemos? – preguntó Riccardo - ¿No es mejor que llamemos a más hombres?

- No podemos arriesgarnos a traer más hombres y Dante piense que lo estamos emboscando, si nos separamos y cada uno va por una chica es más fácil salir – miré a Leonardo - ¿conoces a Lia verdad? – el asintió.

- ¿Si no quieren acompañarnos?

- Las arrastran hacia la puerta – contesté – tenemos que irnos antes de que esto se ponga feo.

Ambos se limitaron a asentir y me siguieron a la puerta, Leonardo mencionó que había un guardia en ella, pero cuando llegamos no había nadie, eso quería decir que había abandonado la seguridad del edificio, Dante y su gente ya sabían que estaba sucediendo.

Conocí a Dante cuando necesité pasar mercancía por su territorio y utilizar uno de sus puertos cuando el mío estaba en la mira, Alonzo me advertía no era muy conveniente hacer muchos negocios con él porque su manera de trabajar era mucho más agresiva que la mía... en todos los sentidos.

Algunos de sus hombres pasaron a trabajar conmigo porque tenían miedo de que Dante llegara un día y los matara solo por deporte, todavía no se ganaban total de mi confianza aun y así de que empezaran hace años.

- Está demasiado tranquilo – habló Riccardo – esto me huele mal.

Caminamos por el pasillo mientras escuchábamos la música a lo lejos, era como un murmullo que poco a poco se fue intensificando, dimos un par de vueltas y con mis hombres detrás llegamos al corazón del edificio.

Cara mia (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora