Cap 2: Un encuentro inesperado

38 4 0
                                    

El parque estaba lleno de vida. El sonido de risas y juegos envolvía a San mientras caminaba de la mano con su madre. Sentía la suave brisa que traía consigo el olor a hierba fresca y flores, y cerró los ojos, dejando que su mente se llenara de imágenes. Aquel lugar era familiar, pero también aterrador. Aunque San había aprendido a moverse con confianza, siempre existía la posibilidad de toparse con algo inesperado.

Cerca de la zona de juegos, San escuchó el crujido de la grava bajo sus pies y los gritos emocionados de los niños que corrían y saltaban. Intentó concentrarse en los sonidos y en los olores, tratando de captar cada detalle del entorno. En ese momento, una voz clara y alegre irrumpió en sus pensamientos.

—¡Cuidado! —gritó un niño que corría hacia él, sin darse cuenta de que iba a chocar contra San. En un instante, San levantó su bastón blanco, pero no pudo evitar que el pequeño lo empujara, haciéndolo tambalearse.

Antes de que pudiera caer, una mano firme lo sostuvo por el brazo, estabilizándolo. Era un chico, un poco mayor que él, con una energía contagiosa y una presencia reconfortante.

—Lo siento, lo siento mucho. No te vi —dijo el chico con una risa nerviosa, sus palabras rápidas y sinceras.

San, aún sorprendido, intentó recomponerse mientras sentía cómo el rubor subía a sus mejillas. —Está bien, no te preocupes.

—Soy Wooyoung —se presentó el chico, su voz llena de calidez y simpatía.
San sonrió, aunque no pudiera verlo. —San.

—Bonito nombre, San —halagó Wooyoung, su tono genuino y amistoso.

Un silencio cómodo se instaló entre ellos mientras San asentía tímidamente. Wooyoung, sin pensarlo mucho, comenzó a hablar animadamente sobre el parque, describiendo los juegos, los colores de las flores y las actividades de los demás niños. San lo escuchaba atentamente, y algo en la forma en que Wooyoung describía el mundo lo hizo sentir más conectado que nunca. Era como si las palabras del chico pudieran pintar imágenes vívidas en su mente.

—Aquí hay una fuente enorme —continuó Wooyoung—. Y a la izquierda hay un árbol gigante que parece un paraguas verde. Y los columpios... siempre están llenos de niños, pero si esperas un poco, seguro que podemos encontrar uno libre.

San se encontró sonriendo ampliamente, algo que no solía hacer con desconocidos. La descripción detallada de Wooyoung hacía que el parque cobrara vida de una manera nueva para él.

—¿Te gusta venir al parque? —preguntó San, curioso por saber más sobre este nuevo amigo tan entusiasta.

—Sí, mucho. Me encanta estar al aire libre y correr por aquí. Siempre hay algo interesante pasando —respondió Wooyoung, con entusiasmo.

San asintió, pensando en lo diferente que sería experimentar el parque de esa manera. Para él, cada lugar era un conjunto de sonidos, olores y texturas, una colección de detalles que formaban un todo coherente en su mente.

—¿Te gustaría dar un paseo conmigo? —preguntó Wooyoung de repente, como si fuera lo más natural del mundo.

San dudó por un momento, pero la calidez en la voz de Wooyoung lo convenció. 

—Claro, me encantaría.

Caminando juntos, Wooyoung siguió describiendo todo a su alrededor, mientras San absorbía cada palabra, sintiendo que el mundo se expandía a su alrededor. De alguna manera, la presencia de Wooyoung hacía que todo pareciera menos intimidante y más emocionante.

Mientras paseaban, San comenzó a relajarse más, disfrutando de la compañía y de las descripciones detalladas. Wooyoung le contó historias sobre sus amigos, sus travesuras y sus sueños, haciendo que San riera a carcajadas.

—Tienes un don para contar historias —dijo San, sintiendo una conexión creciente con el chico que acababa de conocer.

—¿En serio? —preguntó Wooyoung, sorprendido pero encantado—. Me gusta hacer reír a la gente y hacer que vean las cosas desde mi perspectiva.
—Lo haces muy bien —afirmó San—. Gracias por hacer que este paseo sea tan especial.

Wooyoung sonrió, aunque San no podía verlo, la alegría en su voz era palpable.
 
—Me alegra haberte encontrado, San. Creo que podemos ser buenos amigos.

San asintió, sintiendo una calidez en su corazón. Aunque no podía ver el mundo a su alrededor, por primera vez en mucho tiempo, sintió que alguien realmente lo veía a él. Y eso, pensó, era un comienzo maravilloso.


























_________________________________________

💖

A través de la oscuridad - WOOSANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora