Los meses transcurrieron con una mezcla de rutina y anhelo para San. Aunque se había adaptado a la ausencia física de Wooyoung, su corazón seguía sintiendo la falta del hombre que había transformado su vida. Las llamadas y los mensajes de Wooyoung eran su ancla, y San encontraba consuelo en la voz familiar que le recordaba constantemente que no estaba solo.
San continuaba asistiendo a las reuniones del grupo de apoyo, y cada vez se sentía más conectado con las personas que conocía allí. Con el tiempo, se convirtió en una figura de apoyo para otros miembros del grupo, compartiendo sus propias experiencias y ofreciendo un oído atento a aquellos que necesitaban desahogarse. Su confianza había crecido, y ya no era el hombre retraído y temeroso que había sido al principio. Wooyoung había dejado una huella imborrable en su vida, y San quería asegurarse de honrar eso, no solo sobreviviendo, sino también prosperando.
Un día, mientras San estaba en casa, recibió una llamada inesperada. Era una tarde tranquila, y él estaba escuchando música mientras pintaba. Su teléfono sonó, interrumpiendo el suave flujo de sus pensamientos.
—¿Hola? —dijo San al contestar, esperando escuchar la voz de Wooyoung al otro lado de la línea.
—Amor, soy yo, Wooyoung. —La voz de Wooyoung sonaba agitada, pero emocionada—. Tengo una sorpresa para ti.
San sintió cómo su corazón latía con fuerza, su mente intentando adivinar de qué se trataba.
—¿Sorpresa? ¿Qué es? —preguntó San, su tono lleno de curiosidad y emoción.
—No puedo decírtelo por teléfono —respondió Wooyoung, riendo suavemente—. Solo… prepárate. Hay alguien que va a ir a verte en unos minutos. No te preocupes, es algo bueno.
San rió nerviosamente, su mente inundada de posibilidades. Se despidieron con la promesa de hablar más tarde, y San se quedó esperando, su corazón latiendo con anticipación. Minutos más tarde, escuchó el timbre de su puerta. Se levantó de la silla, caminando con cuidado hacia la entrada. Cuando abrió la puerta, se encontró con una persona del servicio de mensajería.
—¿Señor Choi San? —preguntó el mensajero con una voz amistosa.
—Sí, soy yo.
—Esto es para usted —dijo el mensajero, entregándole un paquete pequeño.
San tomó el paquete con manos temblorosas, agradeciendo al mensajero antes de cerrar la puerta. Caminó de regreso a la sala, donde se sentó en el sofá, explorando el paquete con sus dedos. Desempaquetó con cuidado, revelando una caja que reconoció al instante: era un estuche de viaje para cámaras.
—Bebé… —susurró San para sí mismo, sintiendo una mezcla de emociones.
Abrió el estuche, encontrando en su interior una cámara fotográfica. San no podía ver el dispositivo, pero al tocarlo, reconoció las líneas y los detalles del modelo que Wooyoung solía usar. Junto a la cámara, había una carta. San la tomó y la abrió, deslizando sus dedos por las letras en braille que Wooyoung había escrito con tanto cuidado.
"Amor,
He estado pensando mucho en ti, en nosotros, y en todo lo que hemos pasado juntos. Sé que la distancia ha sido difícil, pero quiero que sepas que cada día que pasa, estoy más seguro de que tomé la decisión correcta al venir aquí, porque nos está preparando para un futuro mejor.Esta cámara es especial. Es una de mis favoritas, y quiero que la tengas. No te preocupes, no es solo un adorno. He preparado algo para ti. Acompañada de la cámara, hay una grabadora de audio que se conecta con ella. Cada vez que presiones el obturador, la grabadora capturará el sonido y lo asociará con la imagen. Quiero que tomes fotos, San. Quiero que captures los sonidos que te rodean, los momentos que vives, y que me los envíes. Será nuestra forma de compartir la vida, incluso a la distancia.
Espero que este regalo te recuerde que siempre estoy pensando en ti, y que, aunque estemos separados por ahora, estamos construyendo un futuro juntos.
Con todo mi amor,
Wooyoung."
San sintió cómo las lágrimas comenzaban a correr por sus mejillas mientras leía la carta. La idea de que Wooyoung hubiera pensado en un modo para que él pudiera experimentar la fotografía, su pasión, lo llenaba de una profunda gratitud y amor.
Pasaron los días, y San comenzó a usar la cámara de Wooyoung. Al principio, se sentía torpe, pero pronto se familiarizó con el dispositivo. Salía a caminar por su vecindario, capturando los sonidos de la naturaleza, los pájaros cantando, las hojas crujientes bajo sus pies, e incluso los murmullos de las personas que pasaban. Con cada foto que tomaba, grababa un mensaje de voz para Wooyoung, describiendo lo que había capturado, lo que sentía en ese momento, y lo mucho que lo extrañaba.
El intercambio de fotografías y mensajes se convirtió en una parte fundamental de su relación a distancia. Wooyoung recibía las grabaciones y las escuchaba con una sonrisa, sabiendo que estaba compartiendo algo especial con San. A su vez, Wooyoung enviaba fotos de los lugares que estaba explorando, acompañadas de descripciones detalladas en braille y grabaciones de los sonidos locales, haciendo que San se sintiera como si estuviera allí con él.
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Primer extra babys
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A través de la oscuridad - WOOSAN
RomanceSan tiene un accidente y pierde la vista haciendo que pierda la ilusión por vivir pero Wooyoung le ayuda en sus problemas y le acompaña durante los momento más duros.