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"En otra vida, yo sería tu chico"

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Cuando Daniel vio como Checo se llevaba a Reyes, la madre de Carlos afuera del salón, y no veía a Lando por ningún lado, supo que algo andaba mal. Suspiró pensando en su conversación en la mañana. Quizás... quizás él lo había escuchado.

Sonrió ligeramente al recordar como algunos días antes lo había conocido, cuando Lando cayó sobre él porque no se dio cuenta del auto yendo hacia él. Daniel sin duda vio el chico más lindo del mundo en ese momento. Luego torció sus labios al recordar como se sintió al saber que estaba comprometido. Y como su pecho se inflaba de ira con cada cosa que hacía Carlos... Él no amaba a Lando. ¿Por qué comprometerse... sí era más que claro que amaba a otra persona?

El fotógrafo salió de su mente cuando vio como Charles entraba por la puerta principal, nervioso, con su nariz roja y con aún lágrimas en sus ojos. Además de una hoja en sus manos.

—Charles, ¿qué está pasando? —preguntó Carlos cuando llegó el chico hasta el altar.

Todos los invitados se callaron, esperando una respuesta del retraso por parte de Lando. El chico extendió la hoja hasta que el escritor la tomó, Daniel se dio cuenta que también le da el aniño que Lando solía llevar a todos lados. Abrió y cerró su boca mientras sus ojos se movían de izquierda a derecha, y su color de piel desaparecía.

—Carlos, ¿qué pasa, hijo mío? —dice el señor Sainz confundido, que está a nada de explotar.

—Y-Yo... no lo entiendo, ¿cómo pasó esto? —tartamudea, mira a Charles y por un momento Daniel ve felicidad en los ojos de Carlos mientras ve al chico. Bufa en protesta.

—¿Qué dice la carta? —pregunta Max mientras la toma.

— "Sabes que me importas, sabes cuánto respeto te tengo, Carlos. Y por eso te digo que no estoy enamorado de ti... sé que sientes lo mismo" —comienza a leer en voz alta el rubio, los invitados susurran y exclaman. Charles aún no mira a Carlos, pero Daniel no necesita nada para saber que pasó. Y aunque le enoja, no puede juzgar al chico— "Ahora me doy cuenta que si vas a hacer algo como esto, como una boda o un matrimonio... y una vida, debe ser con alguien a quién amas, y no solo a alguien a quien deseas. Debe ser con alguien a quien encuentres, o alguien que te encuentre a ti. Adiós." —Daniel jadeó, lo escuchó. Lando lo escuchó.

—¡Discúlpenme! ¡Esto es inaceptable! —gritó el padre del escritor después de que Max doblara la hoja—¡¿Carlos, cómo dejaste que esto pasara?!

—¿Yo? —jadeó el pelinegro— No es mi culpa, él nunca me amó de verdad.

Daniel lo miró enojado, pero fue Charles quien lo golpeó en su mejilla. Él lo miró sorprendido.

—Entonces nunca conociste... dio su vida por ti, su carrera también. —Carlos palideció ante eso— Tu último libro —habló bajo, los invitados no escuchaban, pero Daniel, Max, el padre y el padrino de Carlos, además de él, lo escucharon —¿Por qué le robaste así la vida?

Daniel vio empezar una gran pelea entre Carlos y Charles, pronto, el más joven salió corriendo del lugar, los invitados no sabían ni que hacer, y Carlos ahora se peleaba con su padre. Suspiró cansado, de verdad no podría soportar a ese hombre más.

Miró hacia fuera del castillo, abrió sus ojos sorprendido al ver el carro de Carlos salir, tal vez Lando lo manejaba, Checo, y pronto Charles lo despedían al mover sus manos. No pudo evitar sentirse mal al ver que no se despediría de él.

—Te amo, Lando. Nos vemos en otra vida. —susurró con dulzura, esperando que el fuerte viendo llevara sus palabras hacia el chico.

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Deseo ‖ 𝐋𝐀𝐍𝐃𝐀𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora