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"Por favor, no te enamores de alguien más"

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Era casi medio día, Lando, Daniel y Blake luchaban por encender el auto del fotógrafo, con un rotundo fracaso.

—No, esto no funciona —afirmó Daniel que estaba adentro del auto.

—Dios, llegaré tarde al ensaño de la boda —murmuró Lando con ansiedad.

—Sí, bueno, podría ser por la lluvia de ayer —Blake habló —¿Crees que funcione encenderlo de bajada? —Daniel solo levantó los hombros.

—¿A qué te refieres? —preguntó el más bajo esperanzado.

—Ustedes empujan y yo piso el clutch —respondió.

—Hay que intentarlo entonces.

Tanto él como Daniel se colocaron atrás el auto. Comenzando a empujarlo cuando Blake les dijera y poco a poco el auto avanzó, hasta que prendió pero por el lodo del piso las llantas hicieron que Daniel y Lando se intentaran cubrir al ver que el lodo iba a ellos.

—¡Funcionó! —gritó Blake cuando abajó del auto. Lando y Daniel lo miraron serios, completamente llenos del lodo —Oh, lo siento.

Lando no pudo evitar soltar una carcajada, ese día seguro sería un desastre.

—Está bien, gracias, Blake —dijo antes de sonreír, como lo describirían los dos hombres ahí, de forma angelical.

—Seguro —contestó para después sonrojarse —Iré por un trapo —y salió corriendo del lugar.

—¿Crees que Carlos se enoje por esto? —Daniel preguntó con angustia, señalando el lodo en toda la ropa de Lando.

—No lo sé, espero que no —contestó aún con su sonrisa en su rostro.

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—No hay señales ni de Lando, ni Daniel —suspiró angustiada la madre de Carlos.

—No puedo creer que espere a mi novio para nuestro ensayo de boda —Carlos habló con ironía.

—Seguro llegará en un momento —interrumpió Checo —E-Esos árboles pueden ser un reto...

—Sí, no sabemos si tienen motosierras y así—continuó Charles.

—Igualmente pudo haber pasado el árbol y venir en autobús —respondió enojado el escritor. Charles frunció el ceño.

—¿Y por qué no lo ibas a ir a buscar? Por favor, Carlos —respondió con ironía y enojo —Ayer no hiciste nada cuando te mandó los mensajes, ahora no dejes mal parado a mi amigo.

—Mira quién habla —continuó Carlos, Charles palideció.

Todos en la habitación se paralizaron, era obvio que ambos estaban teniendo una pelea más personal. Reyes no dejó de mirar a Charles en todo ese rato.

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—No puedo creer que no trajeras cargador, en este momento Carlos ya debería estar enojado —bufó Lando, Daniel suspiró.

—Después de la lluvia de ayer, más bien debería estar preocupado por ti, ¿no?

Lando no contestó y solo se comenzó a mover en su asiento, totalmente impaciente.

—¿No puedes ir un poco más rápido? —habló un poco después.

Daniel lo miró de reojo y sonrió un poco.

Deseo ‖ 𝐋𝐀𝐍𝐃𝐀𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora