Con la marca de un alfa que ha muerto, con un bebé de apenas tres meses y una vida de cabeza, Jeon Jungkook tiene que lidiar con el destino que no ha hecho más que darle tragos amargos uno tras otro.
Si la marca no cura, morirá. Y si muere, el cach...
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-¿Dónde estabas? Te he esperado por dos horas, el té ya se enfrió -Jimin le reclamó. Taehyung soltó una risa dejando su bolso sobre el sofá de la sala.
-Ni siquiera te gusta el té, Jimin.
-Pero a ti sí, y necesito convencerte con algo para que me ayudes -el alfa rodó los ojos y se sentó frente a su hermano menor. Por sólo un par de años.
Jimin era un omega demasiado lindo, a Taehyung le costaba entender cómo ningún alfa se atrevía a cortejarlo y quizá la razón era porque Jimin no era la clase de omega que quería vivir su vida ligado a un alfa. Jimin vivía su vida sin prisas, disfrutando cada momento y parecía bien con ello.
-¿Qué necesitas?
-La junta de padres en la escuela hoy fue un éxito -su hermano comenzó a relatar su día, como maestro en una bonita primaria de la ciudad-. Y con los demás maestros decidimos darles a los niños una sorpresa. Haremos un convivio en dos semanas, ya tenemos todo planeado. Hoy llegué tarde y digamos que -sacó un centenar de hojas y las colocó sobre la mesa-, me tocó recortar los boletos que vamos a repartir. Son mil -bajó la vista tímido.
Taehyung abrió los ojos, sorprendido y miró la torre de hojas frente a él. Oh, Jimin estaba realmente loco.
-Bromeas, ¿no? Dime que bromeas, por favor.
-Desafortunadamente, no. Pero aprendí mi lección y prometo no ser impuntual jamás -llevó su mano al corazón y Taehyung rodó los ojos divertido. El aroma de su hermano tranquilizando a su alfa interior y sonrió.
-Iré a cambiarme, entonces. Calienta ese té de nuevo -Jimin sonrió complacido e hizo lo dicho.
Le gustaba esa rutina. De Taehyung y él cenando por las noches y viviendo juntos como prometieron cuando eran niños y su mayor miedo era estar separados el uno del otro. Pero lo cierto era que, aunque a Jimin le gustaba y podría vivir así por siempre, conocía a su hermano mayor mejor que nadie y sabía que a pesar de que Taehyung no se quejaba, sentía que algo le faltaba.
Jimin lo notaba siempre.
Por eso, cuando el alfa bajó de su habitación y se sentó con él dispuesto a comenzar a cortar, Jimin no se abstuvo de entablar una plática con él. Por sobre la música jazz que Taehyung puso en el parlante de la sala.
-¿Qué tal tu día? Cuando llamé a tu oficina, Hoseok hyung respondió y pensé que estabas ocupado, no quise interrumpir -el alfa lo miró sobre sus anteojos, que solía usar cuando leía, pero Jimin no lo miró de vuelta, fingiendo que estaba muy ocupado en su recorte.
-No molestas. Sólo fui con un amigo.
-¿Un amigo omega? -su pregunta era directa, al grano, a Jimin no le gustaba darle vueltas al asunto y eso Taehyung lo sabía bien. El alfa suspiró.
-Sí, es este doctor del que te conté. Con el que fui a cenar para Navidad.
-Oh, me alegra que te lleves bien con él -se encogió de hombros-, ¿Piensas cortejarlo?
