CAPITULO 14

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El clima seguía siendo frío, con el invierno todavía cubriendo gran parte de la ciudad y el sol apenas calentaba la zona

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El clima seguía siendo frío, con el invierno todavía cubriendo gran parte de la ciudad y el sol apenas calentaba la zona. Jungkook agradecía que las tormentas de nieve hubieran disminuido. Porque se encontró a sí mismo, caminando a la cafetería donde Hyejin trabaja.

No hablaba con ella desde hace mucho, y la omega sí que le enviaba mensajes de buenos días que Jungkook sólo dejaba en visto.

El lugar ya no tenía decoraciones navideñas, y los meseros ya no llevaban esos gorros de Santa Claus en la cabeza, aunque a Jungkook le pareció tierna la forma en que Hyejin se veía co el.

–Bien, Hyeon, necesito que estés tranquilo. Tu papá tiene que hablar de algo importante –el cachorro se removió en su carrito y el omega sintió eso de nuevo en el pecho, al ver a su bebé con el peluche que le dio Taehyung entre sus brazos.

Al parecer, se había vuelto su juguete favorito porque olía al alfa. Y Jungkook no iba a admitir que dormir con el peluche en la cama, entre los dos, calmaba tanto a su cachorro, como a él mismo.

Cuando entró al local, respiró el aire del café dentro, tomando una de las mesas al lado de las ventanas, encogiendo su cuerpo al sentir miradas sobre él. Aunque nadie en realidad prestaba atención a lo que hacía, Jungkook se sentía observado. Como si juzgaran el vendaje en su cuello.

–Hey –Hyejin se acercó a él, con la actitud fresca y relajada de antes. A decir verdad, Jungkook agradecía conocer a alguien en el lugar, así no era tan incómodo hablar y hacer un pedido.

–Hola –sonrió y arrulló al cachorro en el carrito–, ¿Tienes tiempo hoy? –la chica asintió mirando alrededor.

–Sí, pero tendrás que esperar media hora. Es lo que falta para mi hora de comida.

–Está bien, tengo tiempo. Hay algo que contarte –la chica hizo un puchero.

–Se supone que me lo debes decir por mensaje, Jungkookie. Ahora voy a estar media hora muriendo de emoción –se carcajeo bajito.

Pidió un café caliente, con un waffle con fruta picada y miel, y para su niño, que tenía que comenzar a comer, sacó un recipiente con papilla que hizo en casa.

Esperó pacientemente, mirando a su nueva amiga ir de una mesa a otra llevando los pedidos y regresando con ellos después. Siempre con una sonrisa para regalar, con una actitud amable y linda que la hacía ver bonita. Se preguntó que, si él sonriera todo el tiempo, también se vería así.

Hacía mucho que no sonreía por nada, cuando lo hacía era porque alguien le provocaba la risa y ya, no tenía otra razón para sonreír ni hacer algo más que eso. Pero ver a su amiga, simplemente lo impulsó a hacerlo. Sin pensarlo demasiado, relajó sus hombros, sintiendo el aire salir por su nariz, alzando ligeramente, la comisura de sus labios.

Su cachorro lo miró, pataleando y sonriendo también, con las encías vacías al aire y agitando los brazos dentro. Hizo a Jungkook sentirse cálido.

–Suéltalo –dio un brinco. Hyejin había llegado de imprevisto, con el uniforme del local puesto y un plato con pastel y una malteada.

DEAR ALPHA ✧ VKook ⓅDonde viven las historias. Descúbrelo ahora