! a los más pequeños le suelen salir sus primeros dientecitos alrededor de los 6 y 12 meses.
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otro día amaneció en la casa de duxo y aquino, pero esta vez el ambiente estaba cargado de preocupación. mictia había estado muy inquieta y llorosa durante la noche, lo que hizo que sus padres se sintieran angustiados y agotados.
aquino estaba en la sala, intentando consolar a la pequeña que no dejaba de llorar. duxo entró con una expresión de preocupación en el rostro.
─ parece que no ha mejorado mucho desde anoche ─ comentó el alfa, acercándose para acariciar suavemente la cabeza de la cachorra.
─ no, ha estado así toda la noche. creo que podría estarle saliendo sus primeros dientes ─ respondió el omega, meciendo a la pequeña en sus brazos. ─ pobrecita, debe dolerle mucho.
duxo asintió, pensando en cómo podían ayudar a su cachorra. ─ quizás podamos intentar con un mordedor frío, algo que alivie un poco el dolor. compramos uno hace poco, voy a buscarlo en la cocina ─ dijo, dirigiéndose a buscar el mordedor.
mientras el azabache buscaba el mordedor, aquino seguía intentando calmar a mictia. ─ shh, shh, pequeña, mami está aquí. todo va a estar bien ─ susurró, besando su frente. sentía la desesperación de no poder hacer mucho más para aliviar el sufrimiento de su hija y eso le apretujaba el corazón.
duxo regresó con un mordedor fresco y se lo ofreció a la pequeña, quien lo aceptó de inmediato y comenzó a morderlo, aunque aún soltaba pequeños sollozos. ─ espero que esto ayude un poco ─ dijo, sentándose junto a su omega y abrazándolos a ambos.
─ lo sé, amor. es difícil verla así, pero estamos haciendo lo mejor que podemos ─ respondió aquino, apoyándose en su alfa.
─ tal vez solo necesita un poco más de mimos y amor de su mami ─ sugirió duxo, sonriendo suavemente. ─ siempre parece calmarse cuando estás cerca.
el castaño sonrió levemente, agradecido por el apoyo de su alfa. ─ vamos a intentarlo. mictia, amor, ¿quieres estar más cerquita de mami? ─ preguntó, acomodando a la pequeña en su pecho.
la pequeña mictia se acurrucó más cerca de aquino, aferrándose a su camiseta con una diminuta mano mientras mordía el mordedor con la otra. poco a poco, su llanto comenzó a disminuir, sintiéndose más segura y cómoda en los brazos de su mami.
─ parece que esto está funcionando ─ murmuró aquino con alivio, besando la cabecita de su hija.
─ eres increíble, cielo. ─ dijo duxo, acariciando la espalda de mictia y la mano de aquino. ─ no sé qué haríamos sin ti.
─ bueno, yo no podría hacer esto sin ti, duxo. somos un equipo, ¿recuerdas? ─ respondió aquino, sonriendo mientras miraba a su alfa. ─ ahora, ¿qué te parece si preparo un té para nosotros? creo que ambos necesitamos un poco de relajación después de esta noche difícil.
