2. Exigencia

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— We need to do this —Chiara giró la pantalla de su teléfono para mostrarles el tiktok que se reproducía con el volumen exageradamente alto.

"Día de spa en casa"

El video mostraba a dos chicas preparando mascarillas y cortando pepinos en albornoz. Era un poco ridículo pero ni Martin ni Ruslana eran capaces de negarle nada a su amiga, por lo que, esa misma tarde, fueron juntos al supermercado para conseguir todo el material necesario. Durante el trayecto, bromeaban y reían, mientras Chiara insistía en comprar las toallas más suaves y las sales de baño más aromáticas. Martin no podía evitar anticipar con diversión la tarde que les esperaba.

Dos días más tarde, Martin picaba los ingredientes de su intento de mascarilla rezando por que no le provocara ninguna reacción en la piel. La cocina estaba llena de aromas frescos de pepino y miel, ingredientes que Chiara había sugerido por "sus propiedades calmantes". El sonido del cuchillo al cortar los pepinos se mezclaba con las risas de sus amigas que preparaban el ambiente. Estaban solos en casa. Sus padres trabajando y Álvaro fuera, a saber dónde. Tenían total libertad para convertir el piso en su propio santuario de relajación

Chiara se encargó de encender velas aromáticas alrededor de la sala de estar y el baño, habían seleccionado cuidadosamente fragancias de lavanda y eucalipto. Los suaves destellos de las velas parpadeaban, proyectando sombras danzantes en las paredes y creando un ambiente íntimo y relajante. Mientras tanto, Ruslana bajó las persianas para bloquear la luz del sol, intensificando la sensación de estar en un spa de lujo. Martin observaba el proceso, sintiéndose inevitablemente cada vez más entusiasmado por la tarde de spa.

Primero, se turnaron para tomar baños relajantes. Habían llenado la bañera con agua tibia y sales que le daban un color rosado. La espuma blanca y espesa se acumulaba en la superficie, y el vapor suave llenaba el aire con una fragancia embriagadora. Ruslana fue la primera en sumergirse, dejándose envolver por la calidez del agua.

Mientras tanto, Chiara y Martin preparaban el salón para la siguiente fase de su día de spa. Colocaron almohadas y mantas en el suelo, creando un espacio acogedor para que los tres se relajaran juntos. Chiara cambió la música por una playlist de sonidos de la naturaleza, mientras Martin organizaba los productos de cuidado facial y las revistas de moda que habían traído para pasar el tiempo.

Tras un rato, Ruslana se asomó por la puerta del baño, anunciando que era el turno del siguiente.

—¡Me encanta! —exclamó Chiara desde el baño lleno de burbujas tras haber pasado un rato sumergida, su voz resonando con pura felicidad—. ¡Just what I needed!

Ruslana, que estaba aplicando esmalte de uñas transparente en los pies de Martin, sonrió.

— Venga, ve saliendo del agua que te arregle las uñas y entre Marts.

Chiara salió del agua con una sonrisa de satisfacción, envuelta en una toalla gruesa y esponjosa. Martin se levantó de la taza del váter, cediéndole el sitio a Chiara para que Ruslana pudiera pintarle las uñas.

— Me siento como en un verdadero spa — dijo la morena, secándose—. Ojalá todos los días pudieran ser así de relajantes.

Martin se sentó en el borde de la bañera, metiendo los pies en el agua tibia. La sensación del agua caliente y el mimo que había recibido de Ruslana haciéndole sentir increíblemente relajado.

— Mi hermano me ha dicho que este curso lo vamos a pasar fatal... de relajante no va a tener nada —comentó Martin, recordando las palabras de Álvaro. Era cierto que a Martin no le preocupaba en exceso su nota de bachillerato porque pretendía hacer las pruebas para el conservatorio superior de danza, pero aun así tenía intención de sacar buena nota en la EBAU. Por si acaso.

Make it to me. JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora