Make it to me. Juantin

8. Oportunidad

juanji: Enano
juanji: Puedes hablar????

(SÍ SÍ SÍ CLARO QUE PUEDO HABLAR)

claro dime :)

Martin se felicitó internamente por haber sonado tan desinteresado.

Desde el encontronazo en la cocina unas semanas atrás, no había hablado demasiado con Juanjo. Por no decir que no habían hablado absolutamente nada.

juanji: Vale mira
juanji: Había pensado en hacerle una fiesta a Álvaro
juanji: Para el cumple
juanji: He hablado con tus padres y me han dicho q
    este finde se van al casa de tu abuela
juanji: Osea q se puede hacer en vuestra casa
juanji: Puedes ayudarme a preparar las cosas????
juanji: Si no te pilla muy mal

Martin observaba la pantalla de su móvil mientras los mensajes llegaban a toda velocidad, haciendo vibrar al aparato. Juanjo hablaba rápido, pero escribía aún más rápido.

claroo

cuenta conmigo
esta semana no tengo nada importantea parte de los ensayos

juanji: Vale perfecto
juanji: Bea estará con el por la tarde
juanji: Así podemos montarlo todo
juanji: Gracias enano ❤️❤️❤️❤️❤️❤️
juanji: Díselo a las chicas por si quieren venir luego

vale perfe
nadaa :)

juanji: Nos vemos el viernes ✨
juanji: En tu casa a las 16

Esas últimas seis palabras fueron lo suficiente como para tener a Martin con el estómago revuelto durante el resto de la semana.

El hecho de que Chiara y Ruslana bromeasen sin parar sobre cómo Martin debería aprovechar la tarde con Juanjo para tirárselo, seguido de descripciones demasiado explícitas sobre lo que podrían hacer, tampoco le ayudaba.

No es que no quisiera que sucediera, porque obviamente sí que quería hacer todas esas cosas con el mayor, pero prefería tener los pies en la tierra, consciente de que ninguna de sus fantasías se haría realidad.

En general, la semana pasó mucho más rápido de lo que Martin esperaba y, antes de que pudiera darse cuenta, sonó el timbre de su casa.

Juanjo esperaba al otro lado de la puerta, cargado con unas cinco bolsas que parecían bastante pesadas. Tras un breve saludo, rápidamente alargó los brazos para agarrar dos de ellas y liberar al más alto de parte de la carga. Caminó hacia la cocina, consciente de la mirada de Juanjo sobre él.

Dejó las bolsas sobre el banco de la cocina y se giró para devolverle la mirada al mayor, quien rápidamente subió la mirada para encontrarse con la suya.

¿Le estaba mirando el culo?

Martin enarcó una ceja y las mejillas de Juanjo se tornaron de un rosa mucho más oscuro del que era habitual en él.

— Vamos a terminar el pastel. —las palabras salieron a gran velocidad de su boca, tratando de desviar la atención de Martin del hecho de que le había atrapado con todas las letras mirándole el culo.

Martin dejó escapar una risita, intentando ocultar que estaba igual o incluso más nervioso que el mayor.

Tampoco iba a fingir que no se había puesto los pantalones de basket que usaba de pijama unos años atrás y que, evidentemente, ya no le quedaban tan anchos y le hacían un culo increíble según Ruslana.