TRES

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Díaz bajó a la barra, tratando de sobrellevar esta nueva etapa en su vida, después de viajar en numerosos universos, este es el primero en el que encuentra a su padre.

En su mente, creía que vería nuevamente la escena de no encontrar el Lux o que el penthouse era de alguien más y la corría amenazándola por irrumpir en su hogar. Fue un alivio para la mestiza escuchar la voz de Lucifer y que éste fuera el Diablo.

Pero no estaba acostumbrada para nada a tener una familia desde hace ya muchos años, todos aquellos en los que trató de volver, y mucho menos una familia que se relacionara con su universo original.

— ¿Que no dicen que los ángeles solo están en el Cielo? Porque veo que estás aquí en la Tierra. — reconoció la voz al instante, decidió ignorarlo. — ¿no? Lo siento, al menos valió la pena intentarlo. — cerró los ojos, sabía que se arrepentiría, pero comoquiera se conocerían después y más por el trabajo del bombero Nash.

— eso fue creativo, siempre escucho "¿eres un ángel? Porque pareces caída del Cielo", pero ese es nuevo. — respondió.

— es bueno saberlo, creí que ya estaba algo trillado, Evan Buckley. — se
presentó.

— Bella Morningstar. — respondió extendió su mano para estrecharla y mostrar su anillo de bodas.

— oh... estás casada.

— sí, así que... a menos de que no quieras acostarte o salir conmigo, adiós Evan. — asintió. — ah, y ten cuidado, no a todas las mujeres les gusta que les digas cosas por el estilo.

— lo tomaré en cuenta. — se alejó de nuevo.

— abuelo, ¿esto era obra del destino o qué? — preguntó y miró hacia al final de la barra, en su memoria se proyectaba cómo había conocido al bombero Buckley en su universo.

Una cita, un incendio, una ex vengativa y un fanático religioso detrás de ella tratando de asesinarla.

Tomó su amargo trago, recargó la cabeza sobre la barra y cerró los ojos, deseando lo mismo de siempre: volver a su universo.

— ¿qué traes? Te ves más distraído de lo normal. — le preguntó la detective al notar a su compañero más y más raro durante el día.

— nada, es sólo que... me acabo de enterar que tengo una hija. — contó aún caminando, pero se detuvo cuando ya no vio a su compañera a su lado, estaba asombrada.

— ¿tienes una hija? — asintió. — ¿cuántos años tiene? ¿Cómo se llama? ¿Quién es su madre? ¿Ella sabe que vino a verte? ¿Es mitad ángel? — comenzó a inundarlo de preguntas.

— 29 años, Bella, su madre es una tal Michaela Wilson, no, y sí, es mitad ángel. — respondió a todas las preguntas de Decker, pero ella lo miró confundida.

— espera, dijiste que sólo habías subido en los 70's, en Año Nuevo del 2000 y en 2011 y desde entonces te quedaste aquí, ¿cómo puede tener 29 años? No tiene sentido.

— sí lo tiene, dijo que no es de este universo.

— eso es imposible.

— no lo es, ¿no recuerdas que te conté que mandé a mi madre a otro universo con la espada de Azrael? — asintió. — parece que ella también, lo que no sé es cómo logró hacerlo.

— ¿y alguien más lo sabe? — negó.

— en la noche Amenadiel y yo hablaremos con ella, ¿te interesa venir? — asintió nuevamente. — bien... — llegaron a la escena del crimen, donde se encontraba una mujer con el abdomen abierto.

PERDIDA EN EL MULTIVERSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora