Capítulo 24

3.3K 651 41
                                    

Naruto veía con cuidado el jardín detrás del lago Uchiha, había flores por todo el lugar, el arco de boda y las sillas, había mucho material en el lugar, no habían terminado de arreglar para la dichosa unión, levantó su mirada, era aún de madrugada, había salido de los cálidos brazos de su hombre ocultando su chakra como podía, hacer esto era prioridad si quería detener la boda, mientras avanzaba recordó que por fin pudo dormir una noche entera, sonrió al darse cuenta que en su brazos se sentía protegido, al parecer Itachi era su cura, sacudió su mente, no era momento de pensar en ello, caminó lentamente por el lago dejándose caer en él, debía borrar su aroma del lugar, salió del otro lado escurriendo agua, sacó las botellas de aceite que robó de un enorme almacén de suministros en el barrio Uchiha hace unos minutos, comenzó a regarlo con sigilo por las flores, sillas, árboles y cuánto arreglo se atravesaba, podía sentir que el lugar estaba vacío, no podía sentir chakras ni presencia a los alrededores.

Suspiró hondo, su papá le enseñó un pequeño jutsu de fuego, pero no lo usaría, había aprendido que todos los jutsus dejaban huella de chakra, sacó de un sello su equipo de supervivencia, de este una chispa, le causaba gracia recordar el maldito burdel y ahora el jardín, era un maldito piromaniaco, sonrió con burla, encendió la chispa y la dejó caer con maldad, sonrió con locura al ver las llamas alzarse con violencia, estaba hecho, regresó por el lago, mientras avanzaba borraba su presencia con un spray de aroma a hierbas, otro de flores y tierra, los iba mezclando hábilmente para que no se viera obvio, los Inuzuka eran hábiles para el rastreo, esos botes de aroma los sacó de la zona roja en el mercado negro, sabía que algún día los iba a ocupar, aún le costaba borrar su huella, eran necesarios para las misiones, hizo lo mismo hasta la casa de su hombre y por todo el barrio Uchiha para borrar el rastro, en cuanto llegó a la habitación desapareció en un shunshin hasta su casa, bendito chakra en toneladas que había heredado de su santa madre, al llegar a su habitación se dio una ducha, al salir volvió a dormir, ahora mismo la policía Uchiha debería estar atendiendo el pequeño reguero que dejó.

…..

-Nooooooo mi bodaaaa noooo no quiero padre, debe hacer algo, que sea en otro lugar, no puede hacerme esto- pataleaba con desesperación sobre su cama, su padre apretó el ceño cabreado- con un demonio Izumi, compórtate, eres una adulta, no me des vergüenzas- la chica negó, se levantó cabreada- alguien lo hizo, alguien quiere joderme, estoy segura- apretó el ceño con locura- él fue, el mocoso hijo del Hokage y las chicas del clan, estoy segura, debió ser él, padre, por favor -el obeso hombre apretó el ceño- no digas estupideces, fíjate de quién estás hablando, no puedes culpar al chico del Hokage o Fugaku-sama nos quitarán nuestros privilegios, cuida tu maldita boca- Izumi negó -no padre, debe creerme, es mala persona, se lo juro, no sé con qué intención lo hace, pero créame por favor -el mayor negó con fastidio -cálmate y después hablamos, demonios Izumi, tienes prohibido salir en esas condiciones -la chica abrió sus ojos con frustración apretando las sábanas de su cama con coraje.

….

-Es increíble que esto esté sucediendo, ¿quién demonios sería? maldita sea- Fugaku giró su mirada viendo a Itachi, no, él no lo haría, su hijo sería incapaz de atentar contra las instalaciones de su propio clan, suspiró con fastidio analizando -debe ser alguna persona que tenga especial coraje contra mí, padre, tal vez aún me crean un criminal, digo, soy un criminal rango s aún- el líder asintió con fastidio -quien lo hizo sabía lo que hacía, no dejó marca de chakra, ni rastros, sólo las botellas de aceite, pero al parecer usó guantes, no hay huella que rastrear- talló sus sienes con coraje- aplazaremos la boda hasta que el jardín esté en condiciones, es tradición que en ese lugar se case el próximo líder, demonios -golpeó la mesa con fastidio, se levantó saliendo del lugar, Itachi suspiró hondo, era de temer su pequeño amor, sonrió ligero satisfecho y agradecido.

Arrebato de amor (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora