Las formas de las personas, suavizadas por la sangre, parecían flotar en una danza macabra, sus pieles brillando con un resplandor etéreo bajo la luz de la lámpara.
En el centro de este horroroso espectáculo estaba Nerón. Su presencia era dominante, casi majestuosa a pesar del contexto repulsivo. Observaba la escena con una calma fría, como si todo a su alrededor fuera una mera extensión de su voluntad. Su mirada intensa y calculadora se posó en mí, y un escalofrío recorrió mi cuerpo al sentir la presión de su observación.
Las risas y los murmullos de diversión llenaban el aire, mezclándose con los sonidos más íntimos de besos y caricias. Cada beso se escuchaba como un susurro ardiente, un eco de deseo en el ambiente cargado de tensión. Las voces se entrelazaban en una melodía de placer y juego.
Los cuerpos se movían en una coreografía enloquecedora, algunos tocándose con delicadeza mientras otros exploraban con una urgencia palpable. Cada roce, cada caricia era una danza de piel y pasión, mientras Nerón se mantenía en el centro, como un sol al que todos gravitaban. Sus ojos, fríos y calculadores, se mantenían abiertos, observando con una mezcla de satisfacción.
Nerón mordisqueó sus labios con una suavidad deliberada, su mirada fija en mí con una intensidad ardiente. Este se levantó y se acerco lentamente a mi.
La mano de Nerón se deslizó por mi espalda, sus dedos dibujando un camino de fuego en mi piel. Su toque era suave, pero firme, mientras me acercaba más, su cuerpo presionado contra el mío.
Podía sentir su pecho musculoso contra mí, el calor de su cuerpo envolviéndome como una ola. Su aliento en mi cuello me provocó escalofríos en la columna y me sentí atraída por la intensidad del momento. Los dientes de Nerón rozaron mi oreja, su lengua trazó un camino de calor húmedo a lo largo de la delicada piel. "Te deseo", murmuró, su voz era como un gruñido hambriento.
Mi respiración era cada vez más agitada saliendo de mí boca en pequeños jadeos. Con cada roce, con cada pequeño beso. Nerón se movió contra mí, su cuerpo se amoldó al mío como si estuviéramos hechos para encajar. Sus labios encontraron mi cuello, sus besos eran calientes y exigentes, sus dientes mordisqueaban mi piel, dejándome con ganas de más.
Inconscientemente mis brazos se enroscaron en su cuello, acercándolo aún más, sin embargo mis ojos no dejaban de observar los movimientos de aquellas personas bañadas en sangre.
"Disfrutando del espectáculo" preguntó con voz seductora.
Se alejó de mí y se acercó a una de las mujeres, con un paso seguro y sensual. Pasó los dedos por la línea de su mandíbula, acariciando su piel con suavidad.
"Parece que quieres participar", dijo en voz baja y tentadora."Puedo ver el fuego en tus ojos" murmuró mientras acariciaba suavemente el muslo que la chica "Lo estás deseando, ¿no es así?"
Como si sus palabras me envolvieran en un hechizo seductor, comencé a despojarme del sucio vestido con movimientos lentos y deliberados. Mientras comenzaba a desabrochar los cierres de mi vestido, podía sentir los ojos de Nerón sobre mí. La tela pesada se desprendió de mi cuerpo, acumulándose alrededor de mis pies, y di un paso adelante, sintiendo la pegajosidad fría de la sangre contra mi piel desnuda.
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El Reino de las Mentiras
FantasySumida en sangre y sombras, Catherine descubre que todo era una mentira. Monstruos acechan, pero uno de ellos la ha vigilado siempre, aguardando para reclamarla en la oscuridad. ¿Quién será esa voz que le susurra en la oscuridad? ¿Se dejará llevar p...