Cap. 9

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Golpea la mesa con un lápiz en señal de nerviosismo. No sabe cómo abordar el tema. 

La salida con sus amigos es al día siguiente y no ha invitado a Jimin. 

Lo ve atender a la pareja que acaba de llegar y lo ve despedirse de otra que ha pagado su cuenta. 

No puede apartar la mirada de Jimin y no entiende bien si el motivo es por los nervios de preguntarle o por el siempre hecho de que ese día Jimin parece lucir más bonito que de costumbre. 

Cómo sea, la razón que sea, se siente nervioso. 

Jimin camina hacia él y por impulso se sienta mejor y se pasa una mano por el pelo queriendo acomodarlo. 

Es inconsciente. 

Jimin se sienta frente a él. 

—¿Quieres más té? 

Niega —No tengo hambre. 

El hombre lo ve confundido pero rápidamente se ríe de él. 

—¿Qué? Te pregunté si querías más té, no si querías un postre.

Se golpea mentalmente y solo suelta una risa avergonzada —Lo siento, estoy distraído. 

—Has estado así desde que llegaste —Jimin recarga su rostro en sus manos—. ¿Quieres hablar de ello? 

Abre la boca pero nada sale de ella, no sabe cómo afrontarlo y sabe que es una estupidez. 

Sólo tiene que preguntarlo y ya, solo eso. 

Toma aire y junta valor. 

—Mis amigos quieren salir mañana. 

Jimin asiente —Eso es muy bueno, Koo. 

—Si… En realidad es bastante bueno y yo me preguntaba si… Si tú… Me preguntaba si tú querías ir con nosotros… 

Las mejillas de Jimin se vuelven carmesí, su boca se abre formando un ligero círculo y sus ojos parecen brillar ante la sorpresa. 

Los nervios suben completamente. 

—¿Me estás invitando a salir con tus amigos? 

Asiente tímidamente —Quieren ir a un bar tipo antro, no es muy loco y es bueno para bailar un rato y pasarla bien. ¡Es solo si quieres! Aunque… Me encantaría que fueras.

A pesar de lo nervioso que se encuentra, no puede desviar la mirada y lo agradece, porque puede ver a Jimin enrojecerse por completo y volviéndose tímido. 

Un nivel de timidez que no había visto en el hombre. 

—Y-Yo… Me encantaría.

Se siente feliz —¡Te la vas a pasar muy bien! 

Dice emocionado y Jimin le regala una sonrisa.

Ambos se sumergen en silencio por un momento. Los nervios son evidentes en ambos pero eso desaparece cuando la campanilla suena y ve al hombre pálido con mirada gatuna entrar al lugar. 

Jimin se levanta de inmediato y él lo sigue con la mirada. 

El hombre parece decir algo que no alcanza a oír y Jimin lo empuja suavemente para después regalarle una sonrisa.

No pasa mucho tiempo hasta que Jimin toma de la mano al hombre y lo arrastra hasta la mesa en dónde él se encuentra. 

Se sienta de nuevo correctamente y pone sus manos en sus piernas. Se siente nervioso y no sabe la razón, si por la reciente invitación al hombre, por la sonrisa que éste le regala o por la mirada asesina que le está dando el pálido. 

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