Imposible Amarte

Capitulo 13

Después que despidió al chico y le dio su pago, subió en busca de Alejandra encontrándola justo en su cuarto secándose su pelo y vistiendo esas malditas pijamas que lo enloquecían se apoyó en el marco de la puerta a mirarla de arriba abajo hasta que ella se diera cuenta de su presencia ella era tan malditamente hermosa y tenía una obsesión con mirarle sus piernas tan perfectas.

_ Vas a seguir parado mirándome pregunto Alejandra en dirección de Félix

_ Si seguiré mirándote desde aquí no sé si es seguro para mí acercarme más.

_ Es seguro, fue hasta donde se encontraba y tomándolo de la mano lo llevo hasta tenerlo sentado en su cama, para luego subirse a horcajadas encima de él, y las manos de Félix inmediatamente fueron a su cintura. - Sabes que aún estoy molesta me dices cosas y luego vas y sigues besando a esa mujer que no soporto dijo mientras se entretenía acariciándole la cara.

_ Fui un estúpido total, pero te puedo asegurar que desde hace mucho tú eres la única mujer que me domina, que está siempre en mi mente, que con tus abrazos y tenerte, así como te tengo haces que se me olvide el mundo, entiende que tú ya hiciste un tatuaje en mi pecho con tu nombre donde dices que yo soy tuyo.

_ Demuéstrame que eres mío que es cierto lo que dices.

_ Que te demuestre es que acaso no sientes lo que provocas en mi dijo tomando su mano y llevándola a su entrepierna para que lo tocara, no sientes que llevas dos putos años causándome esto cada vez que te sientas en mis piernas o duermes conmigo en las noche, no sientes como mi cuerpo se encuentra temblando de deseo, de pasión y ardor por ti, no sientes como mi corazón está de acelerado, no sientes como mis manos pican por acariciarte toda y tocarte más allá donde no lo tengo permitido porque estaría cometiendo un pecado comiendo una manzana del árbol prohibido, y que muero por probar esa manzana y sentir su néctar en mi boca.

_ Esas palabras, causaron un brilló en los ojos de Alejandra y un cosquilleo en su intimidad qué lograba sentir los estragos del deseo qué sentía por el en ese momento.

No soportando más lo beso, lo beso con fuerza con desesperación dejándole saber cuánto lo deseaba y quería ser suya, un beso cargado de mucho fervor que fue correspondido de la misma manera por él.

Las manos de Félix lentamente empezaron a recorrer por el cuerpo de ella, dándoles suaves caricias a su abdomen y tratando de llevar el ritmo de los besos tan demandantes que le estaba dando Alejandra, pero la poquita cordura que lo hacía aún no querer romper los límites se le fue al demonio cuando ella empezó a soltar pequeños gemidos y con sus manos apretaba sus hombros y empezaba a moverse buscando fricción entre sus sexos, las manos de él inmediatamente fueron a parar a sus nalgas apretándose las y ayudándole a marcar un ritmo en los movimientos que ella estaba haciendo.

Dejaron de besarse para tomar un poco de aire, y se quedaron mirando el uno al otro Félix  le dio una sonrisa. Hoy no pienso tomarte y hacerte mia cariño, si voy a cometer un pecado haré que valga la pena en un lugar digno del jardín del Edén.

Pero…

Sin peros Alejandra hoy no vamos a dar ese paso, pero si vamos a dar otro paso importante de alguna forma ambos nos vamos a liberar de esta tortura a la que nuestros cuerpos están expuestos por este fuego tan intenso que sentimos. Sabes que hace mucho quiero tenerte y hacerte el amor con ropa dijo Félix mientras le daba besos por el cuello y llevaba su boca a su oído mordiendo suavemente su lóbulo y lamiéndolo sacándole suspiros a la chica.

Alguna vez has tenido pensamientos obscenos donde estamos juntos dime la verdad y yo te digo que he querido hacerte. Le decía mientras una de sus manos bajo hacia su zona íntima y le acariciaba con la palma por encima del short creándole una deliciosa sensación dime Alejandra por qué recuerdo un día escuchar gemidos en tu cuarto y no sabes lo duro que me puse dime aparte de eso que más has hecho.