Cap. 7 ⋆ No soy un chico fácil

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Tolkien tomaba nota de todo lo que decía Tweek, mientras Craig se limitaba a escuchar. A ratos, Tweek se volteaba a verlo, nervioso.

—Bien —dijo Tolkien—, hablaré con Nichole para que no te denuncie.

—¡¿Denunciarme?! ¡¿Por qué?! ¡Yo no sabía!

—Lo sé, tranquilo.

—Ni siquiera sé si es mía.

—Eso es muy fácil, —Tolkien se levantó y arrancó cabello de Tweek—, solo necesito cabello tuyo y de Siel.

—¡Pudiste sacar solo uno! —dijo sobando su cabeza.

—No, así es mejor. Craig, levántate.

—¿Para qué?

—No olvides que soy la ley, levántate.

Craig se puso de pie y Tolkien buscó mirando desde cerca sobre su sudadera, sacando dos cabellos de Siel.

—Esperen, pero ¿dónde está? —preguntó Tweek.

—Yo la estoy cuidando —respondió sentándose.

—¡¿Qué?! ¡¿Por qué?!

—Bueno, yo me retiro —dijo guardando el cabello—. No tengo intenciones de interrumpir el romance. Los veo luego.

Tolkien salió de la habitación.

—Craig, lamento que nuestro encuentro fuera... así.

—Yo también, pero ya qué.

—Todo es tan confuso. Ahora cuéntame tu parte, ¿qué hace la niña contigo?

—Primero. Me debes una televisión, una taza, dos platos, un litro de leche, una caja de cereal, sábanas y si es posible, una cama nueva. Oh, y le debes un esqueleto de utilería al hospital.

—¡¿Por qué?!

—Jaja. Es un poco inquieta.

Luego de contarle cómo llegó Siel a su departamento y los destrozos que hizo, Tweek tomó la mano de Craig, apretándola con fuerza.

—Dios mío, tengo un monstruo.

—Sí, pero cuando la conozcas, quizá cambies de parecer. Cuando está quieta, hasta es adorable.

—¿Adorable? Acabo de conocerla y ya tengo un montón de cosas que pagar. ¡Y ni siquiera tengo trabajo! Me llamaron esta mañana para despedirme.

—¿No les explicaste que estás en el hospital?

—Sí, pero no les importó. —Tweek comenzó a llorar—. Craig, ¿qué voy a hacer? Ni siquiera sé dónde está su mamá.

—Podría ayudarte cuidándola hasta que salgas de aquí. Hace mucho que no me tomo vacaciones en mi trabajo, puedo pedirlas cuando quiera.

—No, no quiero que las desperdicies en esto.

Craig entrelazó sus manos con las de Tweek.

—No me molesta hacerlo.

En ese momento, entró un chico a la habitación, a toda prisa.

—¡Tweek! ¿Estás...? —el chico vio a ambos de la mano—. ¡Lo sabía! ¡Sabía que todo fue por él!

—Bueno, mejor me voy —dijo Craig.

Antes de que Craig se levantara de la silla, Tweek apretó su mano para que no lo soltara.

—No, el que tiene que irse es él. —Tweek dirigió su mirada al chico—. Sí, todo fue por él y no estoy dispuesto a perderlo de nuevo. Perdón, pero es así, espero que logres ser feliz con alguien más.

Mamá se fue de vacaciones [CREEK UA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora