La impresionante dupla formada por Cinco y Lya Hargreeves, dos superhéroes comprometidos con una tarea vital: evitar la llegada del apocalipsis.
No obstante, su labor se ve complicada por una serie de obstáculos que surgen en su camino. Además, deb...
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Cinco y Lya vivían en una pequeña ciudad llena de encanto, donde sus poderes eran un secreto bien guardado. Cinco, con su habilidad de viajar en el tiempo, y Lya, con su dominio sobre la electricidad morada, formaban un equipo perfecto.
Un día, mientras paseaban por la plaza central, Cinco se detuvo y dijo — Tengo una idea para nuestro aniversario, pero necesito un poco de tiempo... y espacio.
Lya arqueó una ceja, intrigada. — ¿Qué estás planeando, Corazón? No irás a desaparecer justo antes de la fecha, ¿verdad?
— Confía en mí, — dijo Cinco con una sonrisa, — es una sorpresa.
Mientras Cinco viajaba en el tiempo para recolectar recuerdos, Lya comenzó a trabajar en su propio proyecto. Una tarde, mientras calibraba las luces en la plaza, recibió un mensaje de Cinco: — Prepárate para algo increíble. —
— ¿Me darás una pista? — preguntó Lya.
Cinco simplemente respondió: — Sólo asegúrate de estar en la plaza esta noche.
Cuando la noche del aniversario llegó, Lya se encontraba en la plaza, nerviosa y emocionada. La multitud se reunió, y las luces moradas comenzaron a iluminar el cielo. De repente, Cinco apareció, sosteniendo un pequeño dispositivo.
Lya lo miró curiosa. — ¿Qué es eso? —
Cinco sonrió y lo activó. Las pantallas alrededor de la plaza mostraron imágenes de ellos dos: su primer encuentro, la vez que bailaron bajo la lluvia, las pequeñas aventuras que vivieron juntos. Lya se llevó una mano a la boca, emocionada. — ¡Corazón, esto es increíble!
— Quería que todos vieran lo que veo cada vez que pienso en nosotros, — dijo Cinco, acercándose a ella. — Estos son los momentos que más valoro, y quería compartirlos contigo.
Lya sonrió, con los ojos llenos de lágrimas de felicidad. — Eres increíble, ¿lo sabías?
Cinco la tomó de la mano. — Si, si lo sabía. Cada vez que doy un salto en el tiempo, me doy cuenta de una cosa: no importa dónde o cuándo esté, siempre quiero estar contigo.
— Y yo siempre iluminaré tu camino, no importa cuán oscuro sea, — respondió Lya, con un guiño, mientras hacía que las luces moradas brillaran aún más intensamente. La multitud aplaudió, pero para Cinco y Lya, el mundo desapareció. Solo existían ellos dos, envueltos en los destellos de su amor.
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