Día 1: Durmiendo

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La primera vez que Gyomei encontró a Genya y a Kamado Tanjiro durmiendo uno al lado del otro, fue durante el atardecer de un duro y rígido día de entrenamiento.

Ambos jóvenes yacían dormidos con la espalda recargada contra la enorme y pesada roca con la que Kamado había estado entrenando. Ambos lucían exhaustos, especialmente Kamado y eso no le pareció extraño, pues Genya ya era capaz de mover la roca unos centímetros luego de tanto tiempo entrenando bajo su cargo.

Si bien su ceguera le impidió ver los rostros de los jóvenes, sus otros sentidos le permitieron ver que ambos yacían plácidamente.

En aquella ocasión se apartó y los dejó descansar.

La segunda ocasión fue muy parecida a la primera: Rodeados por el atardecer, Genya y Kamado dormitaban recargados de la roca. Esa ocasión le permitió descubrir que ambos entrenaban juntos, uno al lado del otro sin los dos camaradas de Kamado, pues estos no se encontraban cerca.

La tercera vez que los encontró durmiendo juntos no fue en el bosque contra una roca, fue dentro de la casona donde los cazadores en entrenamiento dormían y comían. No estaban solos, los camaradas de Kamado y el resto de cazadores estaban allí descansando al igual que ellos, sin embargo sus sentidos le indicaron que pese a la presencia de más personas al rededor, Genya y Kamado se mantenían uno al lado del otro.

Esa ocasión fue muy reveladora, mas no tanto como la cuarta y última.

Nuevamente fue durante la hora de dormir, pero a diferencia de la vez anterior, nadie más estaba a su lado.

Gyomei solía dar unas cuantas rondas de vigilancia por las noches para asegurarse de que todo estaba en orden y ningún demonio estaba cerca, pero jamás esperó encontrarse a su discípulo y al novato más prometedor durmiendo afuera de la casona.

Los que para él eran sus pequeños cuerpos, yacían uno al lado del otro, esta vez con nula distancia. Sus cuerpos se fundían en un lecho, la mejilla y cabeza de Kamado reposaban plácidamente sobre el hombro de Genya mientras que éste se recargaba en la cabeza del contrario.

Gyomei no podía ver, pero el aura que percibía a su alrededor le permitía darse cuenta de muchas cosas y otras de las cuales no podría tener garantía debido a su falta de visión, como que esos dos jóvenes mantenían sus manos unidas, pues el calor que percibía de ellos era particular.

Era especial.

El Pilar de la Roca se dio cuenta en ese momento de algo o más bien, sus sospechas fueron confirmadas. Había un lazo especial entre esos jóvenes, uno que ninguno compartía con nadie más, uno que los llevaba a buscarse mutuamente sin importar el lugar, uno que los impulsaba a buscar un momento de privacidad donde solo pudiesen coexistir ellos dos.

Era un lazo tan especial y fuerte que sin importar las circunstancias a su alrededor, estaba feliz de que su discípulo pudiese formar. Un vínculo como ese, tan especial, es muy difícil de conseguir y le alegraba que Genya lo haya conseguido.

Aquella noche se quitó su haori y lo colocó sobre los cuerpos de esos niños, pues su calor propio no sería suficiente para evitarles un resfriado, luego se dio la vuelta para marcharse y darle a ese momento la intimidad que merecía.

Se marchó con lágrimas en los ojos rezándole a Buda por la felicidad de esos dos niños.




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Saludos!!!
Esta es mi primera vez escribiendo para el fandom de KNY y me da algo de nervios x"D
Pero no podía dejar pasar la oportunidad de escribir sobre esta linda pareja en su evento. Espero que todos los OS que encontrarán aquí sean de su agrado nwn

Para el primer día decidí participar con en prompt "Durmiendo", aunque no era mi intensión involucrar tanto a Himejima.

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