Día 6: No puedo dejarte ir.

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Genya había pasado mucho tiempo esforzándose por volver a tener una buena relación con su hermano mayor. Pasó años entrenando y preparándose para ingresar al Cuerpo de Extermino con tal de volver a estar con él.

Daría lo que fuera por volver a estar con él, deseaba disculpase apropiadamente y recuperar su relación. Su hermano mayor siempre fue su héroe y ahora que solo quedaban ellos dos no había nada que deseara más que recuperar lo que eran antes, sin embargo hasta el momento solo había recibido desprecio.

No culpaba a su hermano por rechazarlo, entendía que fue cruel con él aquel fatídico día y se esforzaría por reparar su error. Realmente no estaba enfadado con su hermano por despreciarlo, ni siquiera se enfadó cuando intentó cegarlo hacia unos días. Haría cualquier cosa para volver a estar con él.

Eso era lo que creía hasta que...

"¡Alejate de Kamado Tanjiro! ¡Si no lo haces no intentes siquiera dirigirme la palabra!"

Jamás se esperó que su hermano le dijera eso. Sabía que odiaba a Tanjiro, pero nunca se imaginó que a ese nivel, tampoco que supiera acerca de sus sentimientos por él, pero al parecer buscó la forma de enterarse.

Ahora estaba en un enorme dilema.

Si quería volver a hablar con su hermano, debía olvidarse de Tanjiro, el chico de quien se enamoró sin previo aviso.

El ultimátum de su hermano le había impactado tanto y lo tenía tan preocupado que su entrenamiento se estaba viendo afectado, pues no lograba concentrarse lo suficiente para mover la roca, también estaba afectando su sueño, pues le era imposible descansar en un cuarto lleno de otros cazadores y se veía obligado a salir de la casona.

Justo ahora los ojos de Genya se encontraban mirando el cielo estrellado mientras sus preocupaciones vagaban por su cabeza con libertad.

¿Por qué las cosas tomaron ese rumbo?

Sanemi, su hermano.

Tanjiro, su amor.

¿Cómo se suponía que podría decidir?

¿Por qué tenía que elegir?

El corazón le dolía cada vez que pensaba en elegir a uno y tener que olvidarse del otro.

¿Por qué?

¿Por qué?

— ¿Genya? —.

Al escuchar esa voz, su mirada se dirigió al frente, donde se encontró con los siempre alegres ojos carmín de Tanjiro, aunque notó cierto tinte de angustia en ellos.

— ¿Te sientes mal? ¿Te duele algo? —
Tanjiro se inclinó a su altura con aquella mirada de genuina preocupación.

Genya no respondió, se quedó atrapado en sus ojos.

— Te he notado raro desde que volviste del aislamiento —
Las cejas de Tanjiro lucían torcidas acompañando su gesto de preocupación.
— ¿Te sientes enfermo? ¿Te duele el estómago o la cabeza? —.

Genya miraba fijamente sus ojos y todo su rostro, como si su mente quisiera grabar esa expresión de angustia y preocupación, pues estas emociones también se pueden interpretar como interés.

Si Tanjiro se preocupaba por él, significaba que se interesaba en él y en su bienestar. Le importaba.

— Luces cansado —
Tanjiro llevó una mano a la frente del chico.
— No tienes fiebre, pero deberías dormir, te hará bien —.

Genya le escuchaba, pero al mismo tiempo escuchaba las palabras en su cabeza. Esas que le repetían constantemente lo mucho que ese chico e interesaba en él, lo mucho que le importaba y lo gentil y amable que siempre había sido con él.

Tanjiro...

El chico del cual llegó a enamorarse por su mirada amable y su sonrisa igual de radiante que él, quien siempre era dulce con él y se interesaba en cuidarle.

El chico que enfrentó a Sanemi para protegerlo...

— Quizás deba llamar a Himejima-san y... —.

Tanjiro no pudo continuar debido a que unos brazos le capturaron y le rodearon. En cuestión de segundos se encontraba siendo abrazado con firmeza por Genya.

— ¿Genya? —.

El mencionado no respondió, solo le abrazó deseando tenerlo cerca y nunca dejarle.

Genya no quería elegir entre Sanemi y Tanjiro, odiaba la idea de hacerlo, pero así como no podía renunciar a su hermano, no podía renunciar a Tanjiro.

No podía dejarlo ir...

"Lo siento, Nii-chan..."

No odiaba a Sanemi, no le guardaba rencor por sus maltratos, ni por haberlo atacado, ni siquiera por haberle hecho elegir, se esforzaría porque lo volviera a aceptar y no renunciar a Tanjiro.

Cualquier duda que Genya pudo haber tenido, Tanjiro se encargó de exterminarla cuando pese a no saber lo que ocurría, le rodeó con sus brazos de la misma manera protectora de siempre y con ello le consoló.

Genya no dejaría ir a Tanjiro, no podía.

Le amaba.

GenTan Week 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora