Día 2: Mirar las estrellas.

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Cada vez que se sentía solo, Tanjiro miraba las estrellas.

Siempre se sentía acompañado cuando miraba las estrellas.

Siempre creyó en el cielo y en el más allá. Desde que era pequeño sus padres le habían inculcado que la muerte no era el final del camino.

Cuando su abuela murió, su pequeño corazón le lloró lleno de tristeza, adoraba a su abuela y la idea de no verla nunca más le rompía el corazón. Las noches seguidas a su perdida lloró y lloró en los brazos de su madre, quien le consolaba de forma amorosa. Sus padres, preocupados, comenzaron a hablarle sobre el más allá.

Una noche de llanto, la que sería la última, su madre comenzó a murmurar mientras le acariciaba el cabello. Ella le dijo que cuando una persona muere, solo su cuerpo es el que desaparece, pues su alma se queda con nosotros en nuestro corazón y que a pesar de que nosotros no podemos verlos, ellos sí nos ven desde el cielo y velan por nuestra felicidad y nuestra seguridad.

"Cada vez que veas las estrellas brillar en el cielo, son nuestros seres queridos velando por nosotros"

Tanjiro era demasiado pequeño para comprender por completo las palabras de su madre, pero las guardó en el fondo de su corazón. A partir de ese día, solo le bastaba con mirar al cielo para sentirse al lado de su abuela. Más tarde hizo lo mismo para sentirse al lado de su padre.

Desgraciadamente tuvo que recurrir a lo mismo para volver a sentirse en compañía de su madre y sus hermanos menores. Durante las frías noches de su viaje, cada vez que sentía que la tristeza comenzaba a colarse en su corazón, miraba las estrellas y les recordaba.

Después de perder a su familia, Tanjiro esperaba no perder a nadie más... Sin embargo el destino fue cruel y ahora en las noches un nuevo nombre aparecía en su mente cuando admiraba las estrellas.

"Genya"

Pensaba en el nombre de aquel valiente joven y los recuerdos de sus momentos juntos inundaban su mente, llenando su corazón de anhelo y añoranza.

Definitivamente Genya era alguien que no quería perder... Pero ahora debía mirar el cielo para hablar con él.

"Dime, Genya... ¿Estás cuidando de mi desde allá?"

En el fondo de su corazón sabía que era así, porque ese joven fue el más dulce y amoroso que conoció en toda su vida, quien una vez juró protegerle. Era una lastima que ahora tuviera que buscar en las estrellas para buscar esa protección.

Porque sí.

Tanjiro no necesitaba respuesta para saber que Genya estaba cuidándole.

Bastaba solo con el brillo de las estrellas para saber que era así.

Tanjiro pasaría el resto de su vida admirando el cielo estrellado, sintiéndose así al lado de Genya.







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Hola!
Dejo aquí mi participación para el segundo día "Mirando las estrellas"
Esta vez tomé una ruta más angst, pues es el género que más me gusta escribir <3

GenTan Week 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora