El desperta de los Dioses

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La mañana llegó demasiado pronto. Me desperté sobresaltada, por un momento olvidando dónde estaba. La suave luz del amanecer se filtraba a través de las cortinas de seda de mi nueva habitación en el castillo, recordándome que todo lo ocurrido el día anterior no había sido un sueño. El contraste entre este lujoso despertar y mis habituales mañanas en mi pequeño apartamento era abrumador.

Me incorporé lentamente, dejando que mis ojos se ajustaran a la luz y que mi mente procesara la realidad de mi nueva situación. La cama era increíblemente cómoda, con sábanas suaves como nubes y un colchón que parecía amoldarse perfectamente a mi cuerpo. Era un lujo al que no estaba acostumbrada, y por un momento me sentí culpable de disfrutarlo.

"¿Realmente merezco todo esto?" pensé, pasando mis manos por las sábanas de seda. "Hace apenas un día era una simple oficinista, y ahora..."

Con un suspiro, me levanté de la cama y me dirigí hacia el espejo de cuerpo entero que adornaba una esquina de la habitación. Lo que vi me dejó sin aliento. Mi reflejo era familiar y a la vez completamente extraño.

Mi cabello, antes de un castaño oscuro y sin vida, ahora lucía un intenso color morado que caía en suaves ondas hasta la mitad de mi espalda. Mis ojos, que solían ser de un marrón común, ahora brillaban con un tono azul claro que parecía contener destellos de luz propia. Mi piel, antes pálida por las largas horas en la oficina, ahora tenía un saludable resplandor. Mi cuerpo se veía más tonificado, como si hubiera estado entrenando durante meses.

"¿Es esta realmente yo?" me pregunté, tocando mi reflejo con incredulidad.

― Bueno, Jun ― murmuré para mí misma, aún observando mi nueva apariencia ―, bienvenida a tu nueva vida como heroína de cuento de hadas.

La ironía de la situación no se me escapaba. Hace apenas un día, mi mayor preocupación era entregar informes a tiempo y sobrevivir a otra semana monótona en la oficina. Ahora, de alguna manera, me habían convertido en la protagonista de una historia fantástica, completa con transformación mágica y todo.

Me dirigí al armario, curiosa por ver qué tipo de ropa me habrían proporcionado. Para mi sorpresa, encontré una variedad de atuendos que parecían salidos de una película de fantasía medieval. Después de algunos minutos de deliberación, opté por un conjunto sencillo pero elegante: pantalones ajustados de un material similar al cuero, una blusa holgada de color crema y un chaleco púrpura que hacía juego con mi nuevo color de cabello.

Mientras me vestía, no pude evitar reflexionar sobre los eventos que me habían traído hasta aquí. El libro misterioso, el dolor en el pecho, la sensación de estar muriendo... y luego, despertar en este mundo de magia y peligro.

"¿Estoy realmente lista para esto?" me pregunté, ajustando el chaleco. "¿Cómo se supone que voy a salvar un mundo cuando apenas podía manejar mi propia vida?"

Un suave golpe en la puerta interrumpió mis pensamientos. Al abrirla, me encontré con Aelindra, la elfa que me había recibido el día anterior. Su presencia emanaba una calma y sabiduría que inmediatamente me hizo sentir un poco más segura.

― Buenos días, Jun ― me saludó con una sonrisa cálida ―. Espero que hayas descansado bien. Hoy tenemos un día importante por delante.

― Buenos días, Aelindra ― respondí, tratando de igualar su compostura ―. Sí, he dormido... sorprendentemente bien, considerando todo.

Aelindra asintió comprensivamente.

― Es natural sentirse abrumada ― dijo, como si pudiera leer mis pensamientos ―. Pero no te preocupes, estamos aquí para guiarte. Hoy iremos a la iglesia para determinar tu rango y tipo de magia. Es crucial que conozcamos tus habilidades lo antes posible.

Reborn In FantasyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora