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Era un viernes por la tarde y la escuela estaba llena de entusiasmo por el esperado partido de fútbol. Checo estaba en el campo dando las últimas instrucciones a sus jugadores, incluyendo a Max y Mark. Las gradas estaban repletas de estudiantes animando a sus equipos.
Desde su posición junto al campo, no pudo evitar notar la cercanía entre Max y Mark. Los celos comenzaron a arder en su interior, distrayéndolo de su tarea. Cada vez que los veía intercambiar bromas o chocarse las manos, su mente se llenaba de preguntas y dudas.
El partido comenzó y, a pesar de su esfuerzo por concentrarse, no podía apartar sus pensamientos de Max y Mark. Cada vez que miraba hacia el campo, sus ojos encontraban a Max, quien parecía disfrutar de la compañía de Mark.
El partido terminó con una victoria pará nuestro equipo, pero no sentía ninguna satisfacción. su mente seguía atrapada en las imágenes de Max y Mark juntos. Después de felicitar a sus jugadores, se dirigió a los vestuarios con una expresión seria.
Mientras los estudiantes abandonaban el campo, vió a Max y Mark charlando animadamente mientras caminaban hacia los vestuarios. Sin pensarlo dos veces, decidió que necesitaba hablar con Max. se adelante y alcanzo a Max, dejando a Mark detrás
— Max, ¿puedes venir a mi oficina un momento? Necesito hablar contigo — dijo tratando de mantener la calma en su voz.
Max asintió, un poco sorprendido por la seriedad en su rostro — Claro, Checo. Nos vemos luego, Mark —
Mark se despidió con una sonrisa y se alejó, dejándolo a solas con Max, ambos empezamos a caminar caminaron en silencio hacia la oficina de Checo
Al llegar, Checo abrió la puerta y dejó pasar a Max. Cerró la puerta detrás de ellos, poniéndole seguro y se acercó hasta su escritorio apoyandose en el, cruzando los brazos mientras miraba a Max con una mezcla de frustración y confusión.
— ¿Qué pasa, Checo? — preguntó Max, sintiéndose un poco nervioso por la intensidad en los ojos de Checo.
Checo respiró hondo antes de hablar. — Max, ¿qué está pasando entre tú y Mark? Los vi juntos en el campo y... parecían muy cercanos —
Max frunció el ceño, sorprendido por la pregunta. — No pasa nada, Checo. Mark y yo somos solo amigos. Jugamos juntos en el equipo, pero no hay nada más —
Checo se pasó una mano por el cabello, intentando calmar sus emociones. — No parecía que fueran solo amigos. Parecía que había algo más —
Max suspiró, acercándose a Checo — Checo, te prometo que no hay nada entre Mark y yo. Sí, salimos y nos divertimos, pero mis sentimientos son por ti —
Checo asintio y corto la distancia entre él y el menor, uniéndose en un beso lujurioso y lleno de pasión, cargo a Max y lo puso sobre su escritorio, poniéndose entre sus piernas
