El fuego crepitó, las incandescentes llamas consumieron la madera como combustible, alimentando su intensidad y proporcionando una agradable sensación de calor. Sus manos se envolvieron la una con la otra, mientras su atención se centraba en las brasas. Había estado aquí un buen rato, sintiendo la comodidad del sofá y internamente gozando al estar en un lugar relativamente lujoso. Bueno, en realidad era lujoso, estaba en un castillo al final del día.
—Naruto...
Parpadeó, sus ojos se movieron lentamente a su costado. No había notado cuando fue que Sasuke había llegado. No dijo nada, Pero Sasuke parecía interpretar ese silencio como una invitación a tomar asiento. Afortunadamente, su torpe interpretación no estaba del todo errada.
—¿Porque no estás durmiendo, Sasuke?
En realidad, lo sabía, pero creyó que la conversación sería en un momento menos apremiante. Mañana iniciaría el primer día escolar, y Sasuke necesitaba estar en plena capacidad mental si quería estar atento. Claro, el también tendría que dormir, pero estaba acostumbrado a trasnochar constantemente.
—Quería hablar contigo.
Lo miro de reojo, no hubo palabras por algunos momentos, Pero creyó que el ademán sería suficiente para incitarlo a hablar. No funcionó, así que supuso que ser más activo en la conversación le daría el impulso suficiente para poder hablar.
—Bueno, soy todo oídos. Lejos de la opinión popular, no soy tan inaccesible como parezco.
Sasuke siguió sin decía nada, el sonrió un poco ante eso y regreso su vista al fuego. Era tan hermoso, era curioso saber que las mismas llamas que les traen calor y comodidad pueden convertirse en las principales causantes del caos. Era aterrador saber que una perturbación, por muy pequeña que está sea, haría que toda la sala común se sumiera en el inevitable caos.
—Tengo un recuerdo bastante vivido cuando te miro, ¿Sabes? Nuestro tiempo como Genin. Kakashi no fue un maestro competente.
Eso parecía ser suficiente. Sasuke sonrió un poco ante sus palabras y asintió. El más joven jugueteo con sus dedos mientras pensaba en que decir, pero no dejo la conversación a la deriva por mucho tiempo, pues su comentario no había tardado en llegar.
—No, no lo fue. nos dejo a la deriva gran parte del tiempo. Solo nos entreno en serio cuando estábamos por hacer los exámenes Chūnin.
Naruto se rio entre dientes al recordar eso. Su pecho subía y bajaba con fuerza, incluso si su diversión se vio contenida en su pecho. No podían ser muy ruidosos, había personas durmiendo y meterse en problemas no era su intención en estos momentos.
—Lo se, ¿No es cierto? Ese hombre podía ser más que despreocupado. No nació para ser maestro, aunque le doy crédito, al menos lo intento.
Para su confusión, la sonrisa de Sasuke había desaparecido. Se quedó viendo al fuego, negándose a voltear la mirada y verlo directamente a los ojos. Era obvio que se perdió en pensamientos, la verdadera pregunta es si estaba dispuesto a hacerlos audibles para el.
—Extraño esos tiempos, ¿Sabes? Todo parecía tan sencillo en ese momento. Sakura enamorada de mi, yo tratando de escapar de ella y tú parecías tan... Diferente.
Cerró los ojos, siendo plenamente conciente de lo que Sasuke diría después. Predecible como siempre había sido. Su espalda se puso levemente más recta que hace unos segundos y su propia sonrisa se desvaneció.
—Eras mi amigo, el único al que podía llamar de esa manera. Entrenamos juntos, trabajamos juntos, incluso vivimos juntos un tiempo gracias a Kakashi. Me abrí contigo y te conté todo el dolor que la muerte de mis padres me trajo. Pero tú...
