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|°•~NICOLÁS~•°|

(20 de junio)

¡¡Ella esta caminando hacia mi!!



Pensé que el dia de hoy a esta hora estaría tendido en el suelo, muerto.

Pero he sobrevivido y gracias a la reina de la guerra, muy irónico ¿verdad?

- ¿Estas bien?- pregunta una vez llega hasta mi y se agacha hasta estar mi altura porque estoy sentado en el piso.

Genial, justo lo que necesitaba, que la mujer de mis sueños me viera en mis momento más elegante, sentado en el suelo con la dignidad de un pato.

- Estoy bien, solo que mi brazo decidió hacer una pequeña donación de mi sangre.- conteste agregando en mi voz un poco de sarcasmo y humor.-

Pensé que iba a ignorarme o a pasar mi comentario de largo como todos pero hace lo que menos esperaba.

¡Sonrie!

¿Puede existir una sonrisa más hermosa en este mundo?

- Déjame ver.-Se inclina un poco hasta que su cara esta a unos centímetros de mi brazo- Parece profunda...¿Quieres que te ayude?

Ella pensando en mi herida y yo en ella,
patético.

- No me molestaría.- ¡Por dios! Claro que no me molestaría, no quiero que se valla, cualquier excusa con tal que se quede.-

- Voy a necesitar un botiquín que contenga, aguja, hilo, gasas, caléndula, aceite de lavanda y tal vez unas galletas...-Dice lo ultimo tan bajito que apenas la escucho.-

-¿Galletas? ¿Me vas a untar las galletas en la herida?- pregunte con un aire burlón

- Son para mi genio ¿Sabes cuanto llevo sin comer por venir a ayudarte?- Elevo una ceja- Al menos agradeceme.

-Gracias por todo Atenea. .- Lo dije honestamente

Ella debió notarlo, porque se alejo un poco, miro al piso para después verme nuevamente.-

Bueno, al menos hice que sentiera algo de lo que ella me esta haciendo sentir desde hace 30 minutos.

-Entonces ¿Me vas a conseguir lo que te pedí o nos vamos a quedar hablando toda la noche?

- La segunda opción no me molestaría para nada.- veo que tiene una sombra de sonrisa en su rostro, hace que me sienta orgulloso de mi mismo.- ¡Amanda! ¿Me conseguirás gasas, agujas, hilo y unas galletas?

- Por supuesto, señor.- Dijo amanda que ha estado parada todo el rato al lado de mi trono-

-Lo siento, no creo tener Caléndula ni aceite de lavanda, ¿Son importantes?- añadí viéndola

- Si, pero creo que yo traigo.- En eso se voltea y le susurra algo en ¿Frances? a un soldado que esta esperandola en la entrada.-

-¿Para que necesitas la caléndula y el aceite de lavanda?- Pregunte confundido

-Para ti herida, funciona créeme.-respondió  mientras examinaba mi herida.

-¿Donde lo aprendiste?.-Mis ojos examinaban su rostro detalladamente

-No tengo porque contestarte -Dijo en un tono cortante que me afecto.

Desvíe la mirada a un lugar lejos de ella, noto mi acción y se acerco más a mi.

El Corazón Del ReinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora