Domingo 9:26 01-01-2012
Desperté, supongo que debido al fuerte golpe que recibí contra el piso, por un segundo entendí mi sueño y las lágrimas que inundaban mi rostro tuvieron sentido.
Pero ese segundo se desvaneció, ya no podía recordar mi sueño, se volvió solo "nada" en mi cabeza, dejando atrás una sensación familiar de dolor en mi pecho y la ilusión de unos hermosos, pero aterradores ojos azules que me miraban con verdadero odio.
—Maldición —digo mientras me levanto del piso, me caí de la cama, para variar.
Al menos tres veces por semana me despierta un golpe contra el piso, con mi cara húmeda por las lágrimas derramadas en honor a un sueño que nunca, sí, nunca puedo recordar, solo esa mirada que me causa un escalofrío sin importar cuánto calor haga.
Entro al baño y me veo en el espejo, ahí está mi rostro pálido, con rastros de maquillaje y lágrimas, mis ojos grises enmarcados con un tono rojizo, mi cabello se apelmaza enmarañado. Aunque es liso, siempre se le hacen suaves ondas en las puntas, por suerte no soy tan fea porque de otra forma mi reflejo me hubiera matado del susto.
Me baño y lavo mis dientes, al salir busco en mi armario ropa ligera, la verdad no me gusta usar mucha ropa en casa aunque es invierno, pero el departamento tiene buena calefacción, así que me puedo dar el lujo de andar ligera de ropa.
Un conjunto de ropa interior simple en azul y una camiseta que un chico dejo olvidada.
Mi estómago me reclama algo de comer. Voy a la cocina por pan y unas cuantas cosas que sirvieran para un sandwich y servo un vaso de leche.
—Aún es temprano, quería dormir todo el día, ni siquiera sé por qué estoy despierta —digo en voz alta.
Sé que Ana no volverá hasta mañana.
Enciendo el televisor y me dejo caer en el sofá hasta que me da sueño de nuevo y me dejo arrastrar por el sueño.
Despierto con el ruido del televisor, descanse muy bien a pesar de estar durmiendo en el pequeño sofá que no es precisamente cómodo, es bastante pequeño para estar acostada en él, veo mi reloj, son las 4 de la tarde.
Tomo el móvil para llamar a mi padre, aún no le he deseado un feliz año nuevo. Contesta al tercer tono.
—Hola mi niña —dice con dulzura.
Jhon Anderson, ese es el nombre de mi padre. Durante el divorcio de mis padres, me opuse que me cambiaran el apellido, a fin de cuenta él es la única figura paterna que conozco, incluso ahora me hablaba con ese mismo cariño.
—Hola papá, Feliz año nuevo —
—Gracias cariño e igualmente que tengas un Feliz año nuevo —
—¿cómo está, Natalia? —su nueva esposa, linda, pero sin dudas no le agrada que mi padre siga en contacto conmigo luego de todo lo que pasó.
—Natalia está muy bien, mi niña te tengo una noticia... —mi padre guarda silencio un instante —Natalia y yo vamos a tener un bebé —
—Wow, papá te felicito, de seguro ese bebé será tan guapo como tú —contesto de inmediato, como una respuesta ensayada a pesar de la sorpresa.
—Mi niña, el 15 de este mes voy a organizar una cena para celebrar, tienes que venir, Natalia estará feliz de verte —dice con demasiada emoción.
"Sí, sobre todo ella estará feliz de verme, y yo soy el hada de los dientes" pienso.
—Sí, estaré allí —digo con una sonrisa dibujada en mi rostro, aunque él no puede verme.
—Gracias cariño, espero verte aquí. Mi niña te dejo, cuídate mucho y pórtate bien —
—Si papá, tú también cuídate mucho. Adiós —digo y él me responde con un adiós para luego finalizar la llamada.
Ni siquiera pienso en llamar a mi madre, ella debe estar muy ocupada con su vida y no estamos en buenos términos desde el divorcio, las pocas veces que hablamos... bueno, nunca termina bien.
Se casó de nuevo y dio a luz a unos mellizos que ya tienen 3 años, saber que papá también está haciendo su vida me hace feliz. Los dos están siendo felices.
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Sueño Escarlata
General FictionA veces aquellos en los que más confiamos nos traicionan. Es algo que Eric sabe muy bien, pues ese día murió tres veces, primero murió su corazón, se rompió. Después, justo antes de que su cuerpo tocara el suelo, murió su espíritu, perdió toda esper...