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La mejor parte del verano es cuando termina, cuando el otoño nos abraza con el aire que pasa entre las ramas de los árboles y hace que sus hojas más secas caigan. Me encontraba cerca de los invernaderos, llegando al bosque prohibido.
—Daphne—su voz me sacó de cualquier pensamiento en mi cabeza.
—¿Si?—voltee la cabeza para mirarlo.
—Oye, ¿dónde estabas?—Me escaneó de pies a cabeza, arqueando una de sus cejas.
—He ido a comprar algunas cosas en Hogsmeade ¿Por qué tan interesado?
—Has estado actuando extraño—dió un paso más cerca de mí—Y porque soy tu...
Cubrí su boca con la palma de mi mano.
—Estoy muy estresada con los TIMOs y las evaluaciones. —Comencé a caminar a los invernaderos.
Estuve a punto de subir el primer escalon, pero su mano me lo impidió. Cuando me di la vuelta de nuevo, tenía su semblante serio y lo observé detalladamente mientras me cruzaba de brazos.
—Daphne, estás mintiéndome.
Se acercó, dejando algunos centímetros de distancia.
—Y tú estás demasiado interesado en dónde estoy o en qué hago.
—Solo te hice una pregunta y quiero que la respondas.
—¿Disculpa?—espeté.
Apartó la mirada, exhalando con fuerza.
—Solo quiero hablar de tu amigo— pasó una mano por su cuello.
Me acerqué.
—¿Desde cuando te interesa hablar sobre alguno de ellos?— alcé una ceja.
—En realidad nunca me interesó, solo que quiero saber si tienes algo con él además de mí.— me tomó la mano.
—No lo sé— traté de mirarlo a los ojos.
—James Potter nunca te tomaría enserio —dijo defendiéndose.
—No sabes nada.
—Y tú tampoco—suavizo su voz—Lo hago por tu bien— se acercó más quedando frente mío.
Mi cuerpo pudo deshacerse ahí.
Intenté pasar por su lado para irme, pero tomó mi brazo y chocó sus labios contra los míos. Su desesperación por dejar de pensar y solo sentir, fue exactamente como la mía. Atraje su rostro con ambas manos mientras sus dedos se clavaban en mi cintura. Jadeé, sintiendo el cosquillear de mi piel y la sensación de sus labios predominantes sobre los míos.
Cuando me alejó de él, todo dio vueltas hasta que pude recomponerme.
