Capítulo 3.

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Sergio Pérez.

La vida de un mafioso no es nada fácil y mucho menos cuando eres el líder de la organización criminal más grande. Siempre habrá alguien que intentará sacarte de la jugada, estoy perfectamente enterado del complot que hizo armar Verstappen contra mi.

El hijo de perra hizo negocios con mis enemigos y creía que nunca me iba a enterar, también se que lo estaban amenazando con matarle al hijo si no armaba ese complot contra mi. El intento de complot le salió mal porque mis gente es leal a mi, cada paso que dan me lo informan. Ninguna pieza se mueve sin que yo no lo sepa.

Daniel Ricciardo, un narizón com ínfulas de grandeza era mi enemigo. El antes era un lame botas, pero cuando lo rechacé se puso en mi contra. Daniel es el líder de la mafia turca, su mafia se encuentra en un punto medio debido a que no han tenido un mayor desarrollo desde que se pusieron en mi contra. Hace unas semanas me enteré que estaba profundamente enamorado de Max Verstappen, el narizón quería hacerlo suyo y planeaba secuestrarlo esta noche; es por eso que decidí traer conmigo a Max. Hablo enserio cuando digo que Max será mi esposo en un mes, no solamente lo haré mi esposo para joder a Daniel, si no también porque tengo ganas de poseer a ese rubio de ojos azules.

Sinceramente no sé si pueda enamorarme de Max, nunca me he enamorado de alguien porque nunca me atrevido a tener una relación con absolutamente nadie. Lando solamente era sexo y ya, nunca podría pensar en formalizar con un tipo que apenas y su padre lo soporta.

-Hasta que llegas, cabrón.- Fernando aparece en mi oficina sin antes llamar a la puerta.- Así que ese rubio será tu futuro esposo. Felicidades, debo reconocer tu buen gusto. Ese rubio está impresionante.

Fernando Alonso ha sido mi mano derecha desde que tengo uso de razón, Nano me lleva es mayor que yo por 4 años. Hemos sido mejores amigos desde que yo era un niño.

-Así es.-Le confirmo.- Gracias por decirme lo obvio.

-El señor cara de papa se cagara cuando sepa que le has ganado a su enamorado.- Fernando ríe a carcajadas.

El señor cara de papa era Daniel. Fernando decía que eran exactamente iguales, ambos eran narizones y tenían alopecia.

-Ya te follaste a Max ¿verdad?. -Nano mueve la cejas de arriba a bajo y me sonríe con complicidad.- Camina chueco.

Esta vez ambos explotamos en carcajadas, el sentido del humor de Fernando era genial.

-Yo no pensaba follarmelo, por lo menos no hoy mismo, pero no puede resistirme al ver como me miraba.-Le confieso.- Las fotografías quería mostraron no le hacen justicia a lo atractivo que es. Sus ojos son realmente impresionantes.

Fernando asiente de acuerdo.

-Hace un rato converse con él y pude notar que sus ojos son como dos zafiros. Es un tipo bastante agradable.-Nano tenía razón, las personas decían que Max es un gran ser humano.- Aunque apenas va llegando y ya hizo rabiar a Lando Norris. Que tipo más patético, también hace rato quiso humillar a Max diciéndole que él solamente era un accesorio más para ti, pero Max le dijo que ese accesorio sería tu esposo.

Necesitaré hablar con Norris más tarde. Me alegra saber que Max tomó su papel como mi futuro esposo y no deja que Lando lo humille. Eso solamente rectifica que mi decisión ha sido la correcta al elegirlo para ser mi pareja.

-Lando realmente creía que yo iba a tener algo serio con el, se metió con Daniel y esperaba que yo tuviera una relación con el.-Digo rodando los ojos.- Lo mantengo conmigo para que no pueda traicionarme,  es tan fácil manipularlo.

-Lando desea tu polla como fuera un hambreado.

Asiento.

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