Max V.
Me pasó la mano por el rostro para tratar de despejar un poco el sueño; no he dormido bien sin Sergio a mi lado. Mañana en la tarde volverá a casa; solamente hemos estado lejos casi dos días y medio, pero siento como si lleváramos un mes entero sin vernos. Acaricio el lado vacío de la cama; las sábanas huelen a su perfume, una sonrisa se forma en mis labios al notar su aroma impregnado en su almohada.
Un suspiro se escapó de mis labios; me siento como si fuera la primera vez que me enamoraba. Lo que tuve con Kelly no es nada comparado a lo que ahora tengo con mi prometido. Sergio me hace sentir vivo, hace que la sangre fluya por mis venas; él simplemente le ha dado color a mi vida. Sé que no es bueno estar enamorado de un mafioso y menos cuando este es el líder de la mafia más grande, pero no pude evitar enamorarme de sus ojos chocolate, su cabello negro, sus pecas y su hermosa sonrisa. Los chicos me han dicho que él no sonríe, pero conmigo todo el tiempo tiene una sonrisa pintada en los labios.
—¡Max! —me grita Charles; el castaño de ojos verdes me mira con impaciencia—. ¿En qué carajos piensas? —Ah, ya sé. —Charles mueve las cejas de arriba a abajo con una sonrisa pícara—. Estás pensando en tu mafioso, esto se siente como 365 Days, tú eres Laura y él es tu Massimo. ¿Sergio la tiene grande?
Siento como mis mejillas se calientan por la vergüenza; no me da pena hablar de sexo con Charles, pero el cabrón quiere saber si mi prometido está bien dotado. A pesar de la vergüenza, empiezo a asentir con la cabeza y él abre boca con la sorpresa.
—¿La tiene como la de los negros del porno? —pregunta con curiosidad.
Ruedo los ojos; no sé cómo ese imbécil es novio de Carlos.
—Deja de hablar del miembro de mi prometido; yo no te pregunto si el de Carlos es grande o cualquier otra mierda rara. —Charly abre la boca para responder, pero lo señalo para que se calle. —No me interesa, el único pito que me interesa es el del hombre con el que me voy a casar.
—Qué aburrido eres —se queja—. Yo extraño el pito de mi bello Carlos. —Charly hace un puchero—. Él siempre se encarga de darme leche todas las noches para que yo pueda dormir. Carlos dice que yo soy su bebé y tiene que alimentarme con su leche.
Ni siquiera sé, me hace raro que me cuente eso; ambos parecen conejos. Me sorprende que Charly aún no haya salido embarazado; realmente no puedo juzgarlos porque Sergio y yo hacemos lo mismo. Los anticonceptivos que yo tomo son muy buenos porque hasta el momento no me ha hecho un hijo.
—Tus anticonceptivos son muy buenos, no sé cómo no te has embarazado.
—Es porque Carlos es estéril. —Dice como si nada y yo abro los ojos con sorpresa; el idiota se comienza a reír. —Es broma, ambos nos cuidamos y tratamos de usar condón cuando estoy en mis días fértiles. Sí queremos tener hijos, pero ahora no es el momento.
Pecas y yo no hemos hablado sobre tener hijos; todo esto ha pasado muy rápido. Mi sueño es ser padre, pero no sé si Sergio tenga el mismo sueño que yo. No quiero ser padre ahora, pero sería lindo ser padre en unos meses o en unos años. No dudo que Sergio me cumpliría el sueño de ser padre con tal de verme feliz; sin embargo, yo quiero que él tenga el deseo de ser padre porque realmente lo anhela y no porque yo se lo pida.
No puedo negar que me ilusiona ver a un mini Sergio correr por la mansión o ver un mini yo. La idea me hace sonreír ligeramente.
—Me alegra verte tan enamorado de Sergio. —El castaño me sonríe con cariño. —Con Kelly nunca te vi enamorado, ni siquiera veía atracción o algo entre ustedes.
Charles me contó que Sergio, Carlos y él son socios y amigos. Llevan un par de años siendo amigos; Charles también me contó que Sergio nunca quiso comprometerse con alguien porque todos le aburrían.
—Él me hace muy feliz, Charles —le confieso—. Mi relación con Kelly era rutinaria y sin pasión, siempre era lo mismo. Con Sergio todo es diferente; todos los días él me lleva a citas, nuestra relación es tan impredecible.
Durante un rato más, seguimos hablando de Sergio y los preparativos de mi boda. Hace unos días inicié a ponerme al tanto de los preparativos. Nos casaremos en mi hacienda que se encuentra en Florencia; me emociona mucho ver todo lo de la boda. Quiero que todo sea perfecto para la unión que voy a contraer con Sergio.
...........
En cuanto lo veo, corro hacia el hombre que me recibe con los brazos abiertos; su abrazo es totalmente reconfortante. Sergio volvió a casa, volvió a mí.
Su fragancia inunda mis fosas nasales; Sergio besa mis labios con ternura y después comienza a besarme toda la cara. Lo abrazo por la cintura y él sigue besando mi rostro.
—Dios, te echo de menos —me dice—. No sabes lo feliz que estoy de volver a escucharte roncar toda la noche.
Le pongo los ojos en blanco y le doy un pequeño manotazo en el brazo.
—Idiota, yo no ronco.
Sergio se ríe y me toma de las mejillas.
—Solamente quería molestarte y veo que lo he logrado. —Se burla.— Tal vez no roncas, pero literalmente duermes encima de mí.
—¿Ahora te quejas? —le pregunto haciéndome el ofendido.
Niega con la cabeza.
—Sabes que a mí me encanta tenerte encima de mí. —Me guiña un ojo y yo me sonrojo—. Te ves tan lindo cuando te sonrojas o finges enfadarte.
Una sonrisa involuntaria se forma en mis labios. Dios, este hombre me volverá loca. Sergio fácilmente podría ser la expectativa de pareja perfecta para cualquier chica o chico; me siento tan afortunado de ser yo quien pueda tener ese lado cursi de él.
—Te quiero, pecas —le digo.
—Yo también te quiero, Maxie.
Cerré los ojos disfrutando de su abrazo; su cercanía se sentía, me hace sentir cómodo y protegido. Alguien carraspea detrás de nosotros, me alejo ligeramente y veo a Lando mirándonos fijamente con clara incomodidad. Sergio motiva su presencia y pone los ojos en blanco.
—¿Se te ofrece algo? —pregunta, molesto—. ¿Eres ciego? Estoy ocupado.
—Solamente quería saber cómo estabas —dice Lando con la cabeza baja—. Me enteré de que Daniel se puso un poco molesto; él es muy violento y debiste notarlo con Yuki.
Pecas asiente, pero no dice nada.
—¿Yuki está bien? —le preguntó a Lando.
Hace unos días conocí a Yuki; él estaba con Pierre en la cocina. Ambos platicaban animadamente; Yuki me contó lo que pasó con Daniel. Ese chico estaba totalmente roto, pero con Pierre parecía que estaba completo.
—Él está bien —me dice Lando—. Lamento haberlos interrumpido.
Sergio suspira.
—Estoy bien, Lando. —Agradezco tu preocupación por mí. —Sergio le agradece. —Perdona que haya sonado grosero, realmente vengo un poco cansado.
—Lo entiendo, no tienes que disculparte. Espero y tengan una buena noche; yo ya me voy.
Antes de que Sergio o yo le digamos algo, Lando ya se había ido.
—¿Ya cenaste? —le pregunté a Sergio y él negó—. Vamos, te daré algo de cenar.
Una sonrisa traviesa se dibuja en los labios de Sergio, su mano se posa en mi trasero y lo aprieta con deseo.
—No, tonto. —Lo regañó—. Te daré comida.
Él rodó los ojos, pero aun así me siguió a la cocina y se sentó en un banquillo de la isla mientras esperaba que yo cocinara.
—Sí sabes que tengo un chef, ¿no?
Asentí mientras comenzaba a freír la carne.
—Sí, pero no me molesta cocinarle a mi futuro esposo.
Después de un rato, Sergio y yo estábamos acostados en nuestra cama; habíamos cenado y él todavía quería postre. Su postre fui yo. Ambos estamos acostados de medio lado; sus ojos están cerrados.
—Pecas. —Lo llamo.
—Mmmm. —Contesta adormilado.
Mi mano acaricia su suave cabello; he notado que eso lo relaja.
—¿Te gustaría ser padre? —le pregunté de manera casual.
Sus ojos seguían cerrados, pero sé que me está prestando atención.
—Nunca me había planteado la idea de ser padre —dice pensativo—, pero supongo que sería lindo tener un hijo y más si es contigo.
—¿En cuánto tiempo te gustaría ser padre?
Él abrió los ojos para mirarme fijamente, estiró su mano y acarició mi mejilla.
—No lo sé, eso lo decidirás tú. —dijo encogiéndose de hombros.
—¿Yo?
No sé por qué yo lo tendría que decidir; yo no puedo decidir en qué momento cambiar su vida totalmente. Un bebé trae un cambio radical a la vida de cualquier madre o padre; tal vez yo quiero embarazarme mañana y él todavía no se sienta completamente listo para cuidar de un pequeño ser humano.
—Sí, tú serás quien lleve a nuestro hijo o hijos en tu vientre durante 9 meses. Yo no puedo decidir sobre tu cuerpo; obviamente es importante que ambos estemos de acuerdo en ser padres, pero al final tú serás quien decida cuándo quiere embarazarse.
—¿Y si quisiera embarazarme mañana?
—Entonces te embarazaré mañana —dice con una pequeña sonrisa—. Haré todo para tenerte completamente feliz.
Claro que él lo haría; todos los días lo hacía.
—Gracias —le dije; la confusión era notoria en su rostro—. Por hacerme completamente feliz y entenderme, nunca nadie me había hecho sentir como tú me haces sentir. Te adoro, pecas.
Sergio besó mi frente.
—Escucha bien esto. Yo siempre te voy a cuidar y a hacer feliz; no importa si estamos en un mal momento, tu felicidad e integridad física siempre serán mi prioridad. —Hace una pequeña pausa para besar mis labios. —Tú eres mi prioridad.
Holaaaaa.
No me funen por tardar tanto en actualizar y tampoco por no hacer un cap sexoso 😭🙏🏻. No sé, quería hacer algo cursi y pues me salió esto, jajaja.
Empezaré a tratar de actualizar todos los días (como inicialmente lo hice).
Ya estoy organizando mis ideas y según yo puedo hacer este fic de unos 30 caps; todo depende de cómo vaya desarrollando la historia.
Gracias por su espera, tqm 🫶🏻.
💋
![](https://img.wattpad.com/cover/374625978-288-k49022.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Criminal Love
DiversosUna noche candente en un club nocturno cambia totalmente la vida de Max Verstappen, el joven empresario queda totalmente cautivado por la actitud dominante del capo de la mafia italiana; Sergio Pérez el cual es la mayor fantasía de cualquier hombre...