Entre dos mundos - [Bill Weasley]

Capítulo 39

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A la mañana siguiente, Bill despertó con Emily aún entrelazada en sus brazos, profundamente dormida. Todavía no podía creer que pronto sería su esposa. Deseaba que todo aquello fuera real y no un sueño, un increíble y maravilloso sueño.

Emily se giró, saliendo de sus brazos, y la manta que los cubría cayó al suelo, revelando el anillo en su dedo. No, definitivamente, todo era real.

Bill le dio un suave beso en la frente y vio cómo ella comenzaba a despertar lentamente, abriendo esos ojos azules que a él le encantaban tanto y mirándolo a él.

—Buenos días —dijo Emily con voz suave, dejando escapar un pequeño bostezo.

—Buenos días, amor —sonrió Bill, acercándose para alcanzar sus labios y besarla tiernamente, manteniéndose así por un buen rato antes de separarse nuevamente—. Te amo —le dijo mientras la miraba con ternura.

—Yo también te amo —respondió Emily, tirando de él para volver a besarlo.

El beso fue largo y profundo, convirtiéndose en algo más apasionado a medida que pasaban los segundos. Bill se movió, apoyándola suavemente sobre su espalda mientras él se colocaba sobre ella, con un brazo rodeando su cintura y el otro sosteniéndose. Las manos de Emily se elevaron a ambos lados de su rostro, intensificando el beso. Al cabo de un rato, la mano de él empezó a recorrer su cadera y deslizarse por el lateral de su muslo desnudo.

Finalmente, fue Emily quien se apartó.

—Deberíamos levantarnos.

—En unos minutos —murmuró Bill, comenzando a dejarle besos en el cuello.

—No, no... vamos a llegar tarde al trabajo —dijo Emily, apartándolo con una risa.

—A ti no te dirán nada si llegas tarde, y dudo que el banco se derrumbe si yo llego unos minutos después.

—Tal vez no, pero esos enanos con los que trabajas adoran tener una excusa para complicarte la vida. ¿Qué les vas a decir para justificar el retraso? —preguntó Emily, burlándose.