"Lo siento"
Ese era el mensaje, no era mucho, pero de mi parte ya significaba un mundo entero. Siempre esperaba que la gente se disculpara, ya que no soy perro de nadie para ir detrás suplicando por piedad. Bueno, mejor dicho por una aceptación de mis disculpas.
Antes de escribirlo, lo agregue, borré y pusé distintas formas hasta que me decidí por escribir solo su nombre.
Thomas no leyó ese mensaje. Como si nunca lo hubiera enviado. Volví a casa sola tres días después. Sí, habían pasado esos tres días desde el mensaje.
Desde esa llamada, Thomas no me volvió a hablar, ni siquiera a ver.
El primer día me paré a verle hablar con sus amigos a la salida de la escuela. Por primera vez, su sonrisa no me hizo odiarlo. Por alguna extraña razón, me contagió la felicidad.
Según los psicólogos, la felicidad se transmite, pero como siempre estaba tan centrada en mis emociones negativas nunca me había dado cuenta de que de verdad pasaba.
Cuando lo vi alejarse con sus amigos, entre risas y bromas, supe que tendría que volver sola.
La felicidad se esfumó de enseguida. Y así durante los tres días siguientes, constantemente revisaba el mensaje, quería arreglar mi desastre, pero me daba miedo ir a hablar con él, así que no lo hice.
Me junté más con mis amigas, en ese momento. Pasé y me dije, oye, si no quiere hablarme ¿Qué problema tengo yo?
Muchos
Ninguno, si no quiere hablar, seré el mayor silencio nunca.
Me acerqué a mis amigas y me senté al lado de Ruth. No presté mucha atención a lo que hablaba, perdida en mis pensamientos, mientras comía mi bocadillo.
Soph me habló sacándome de mis pensamientos.
—¿Quieres venir? —Preguntó con una sonrisa.
Fruncí el ceño confundida.
—¿Dónde?
—Al centro comercial está tarde —explicó
Asentí, sin dudar.
—De acuerdo
Me sonrió antes de que empezáramos a hablar de lo que íbamos a hacer.
—Deberíamos ir al cine —sugerí.
Asintieron ilusionadas.
—¡A ver una de miedo!
Lissy se quejó y negó varias veces. Mientras nosotras discutimos qué película íbamos a ver.
—¡Yo quiero una romántica!
—Para eso vete con tu noviecito —le molestó de broma Ruth.
Soph soltó una carcajada.
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Contra las Normas
RomanceLa rabia que sentía dentro la reflejaba en los demás, como si de espejos se tratara. Superar, olvidar y aprender. Tres palabras, solo eso. Max es obligada a rehacer su vida completamente, después de que su padre consigue trabajo en otra ciudad. Deja...