Peat realmente no se quejó con su padre.
Esto hizo que el joven Alfa se sintiera confiado, cómo si tuviera el control sobre su pequeña madre.
Pero, en realidad, Peat era muy dócil. Siempre y cuando Fort no lo molestara demasiado, haría todo lo posible por ser una "madre" amable con su ropa de diseño.
── ✦ ──
Fort abrió la puerta con un golpe, asustando a la figura de Peat sentado en su banco de trabajo, quien giró la cabeza sorprendido. Después de ver que era el joven Alfa, se relajó visiblemente un poco, diciendo: —Nong Fort, deberías moverte con más suavidad.
—¿Me estás educando?
—...
Fort sonrió, adelantándose para mirar la muestra de ropa de bebé que había en la mesa de trabajo, y luego, observó más de cerca el atuendo que Peat vestía ese día: un camisón blanco y suave de algodón y lino con cuatro pequeños botones en el pecho, dos de los cuales estaban en ese momento desabrochados, dejando ver un poco de la piel blanca abajo de su cuello. Mirando su pecho, aunque el material era muy ligero, no se podían ver los pequeños pezones sobresalir por ninguna parte.
Fort hizo un puchero y se inclinó frente a Peat —Madre lleva hoy sujetador, este hijo no puede ni ver sus pezones.
El rostro de Peat se sonrojó en cuanto escuchó estas palabras, miró a Fort y dijo —Hablando tan descuidadamente.
Fort susurró —No quiero distanciarme de ti, quiero que mi pequeña madre sepa lo que piensa su hijo en todo momento.
Peat sabía que no podía disuadirlo, así que empujó el hombro del joven Alfa y miró hacia otro lado: —Vete.
—¿Quieres que me vaya? Pero sigo teniendo hambre.
—Tú...
Fort sonrió mientras se levantaba, inclinándose más hacia Peat y presionándose contra su pecho: —¿Madre quiere alimentarme aquí, o quiere ir a la cama?
Peat se quedó boquiabierto, y entonces, fue presionado por Fort en los hombros, medio obligándolo a levantar la cabeza. Sus labios se abrieron ligeramente, pero no salió nada de ellos. Peat se había quedado sin palabras. Los botones de su pecho fueron desabrochados hábilmente por el joven Alfa con una mano, uno, dos... Las solapas se abrieron de par en par para revelar un ajustado sujetador de color melón. Eran dos piezas redondas de sujetador tipo parche para el pecho muy delgados, pero estaban bien ajustados, y el material del interior absorbía cualquier derrame de leche.
Los dedos de Fort siguieron el borde del parche para quitar el suave sujetador con forma ovalada, y los suaves y rojos pezones salieron al instante, temblando y agitándose; eran tan redondos como un par de cerezas rojas.
El joven Alfa miró hacia abajo, observando el sujetador que tenía en la mano: la capa interior hacía tiempo que estaba empapada de leche, y sin necesidad de acercarlo a su nariz para olfatearlo, ya podía oler que apestaba a leche.
Fort bajó la voz y dijo seductoramente: —Si me tratas por igual, también deberías alimentarme todos los días. Incluso soy más grande que esos dos pequeños, así que deberás alimentarme más.
—Deja de jugar conmigo —el costado de un seno de Peat fue agarrado violentamente por la palma de Fort. Su respiración se entrecortó y su cara se sonrojó ligeramente mientras levantaba la mano para agarrar la muñeca del hombre.
Sin embargo, su fuerza no era rival para la del Alfa, y los movimientos de Fort no se vieron afectados en lo más mínimo, su pulgar e índice incluso pellizcaron de cruel manera el enrojecido pezón de Peat. Al momento siguiente, los labios del joven se acercaron y volvió a besar la punta de la teta de Peat, mordiendo el jugoso pezón blanco y lechoso con su boca.
—Hmm... —la mano de Peat agarró la muñeca del joven y empujó su hombro con la otra, pero la leche siguió saliendo a borbotones por la feroz succión y, por un momento, los únicos sonidos que se escucharon en la silenciosa habitación fueron la deglución de Fort y el leve jadeo de Peat.
Había algo en la leche con sabor a helado de vainilla de Peat que a Fort le encantaba.
O mejor dicho, le fascinaba aún más la sensación de chupar y morder los pezones de Peat, succionando la leche de las blancas tetas del Omega. Fort levantó los ojos para encontrarse con la mirada aturdida y acuosa de Peat, quien tenía sus mejillas embriagadoramente sonrojadas, y no pudo evitar querer morder un poco más fuerte.
Incluso quería follarlo.
Pero en lo más profundo de su ser, seguía siendo un hombre con un ligero sentido de la decencia y la responsabilidad.
No quería hacerle algo más escandaloso a su pequeña "madre", no porque le temiera a su padre, sino porque no quería hacer demasiado miserable a Peat; una esposa infiel siempre sería impopular con su marido aunque se hubiera visto obligado a engañar.
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Ladrón de leche - FortPeat (ADAPTACIÓN)
FanfictionFort no había vuelto a casa durante los últimos dos años. Ahora, mientras caminaba por la alfombra marrón oscura de la mansión, no podía oír ningún ruido. Sin embargo, el olor a leche estaba por toda la casa. Sí, el olor a leche. . . . -Adaptaci...