Los días de descanso y recuperación en casa eran realmente aburridos, sobre todo porque era necesario blindar los pocos equipos de alta tecnología y a Fort ni siquiera se le permitía entrar en el campo de entrenamiento subterráneo de la mansión.
Sólo podía ir a practicar combate cuerpo a cuerpo y con armas blancas.
Se quedaba en el espacio subterráneo la mayor parte del día, y sólo subía cuando terminaba de desahogarse, completamente empapado de sudor húmedo.
Ese día, en cuanto se abrió el ascensor, vio a los dos pequeños de la familia jugando en la alfombra de la habitación de los bebés, con Peat sentado junto a ellos, pasándoles los juguetes con las manos de vez en cuando y sonriendo a sus dos pequeños.
Fort los observó durante un tiempo antes de que Peat se diera cuenta de que el joven Alfa estaba afuera de la puerta. Al verlo, Peat se congeló por un momento, antes de sonreír diciendo: —Nong Fort, ¿acabas de terminar de entrenar?"
—Mm. —Fort sólo entró y se paró a un paso del borde de la alfombra, contemplando a los dos bebés que balbuceaban. Se decía que ambos eran Alfas, o al menos, gemelos idénticos, por lo que solo eran ligeramente diferentes, pero Fort no podía distinguir la diferencia en lo absoluto. No tenía ningún interés en estos dos hermanos suyos.
Muy distinto de Peat, que sólo tenía ojos para estos dos pequeños suyos.
Peat miró a los bebés que jugaban, y no pudo evitar la leve sonrisa en su rostro: —He visto fotos tuyas de niño, estos dos pequeños se parecen mucho a ti, los genes son algo maravilloso.
Fort frunció el ceño con desagrado. No le gustaban este tipo de declaraciones.
Poniendo el pie sobre la alfombra, Fort se adentró en el espacio de madre e hijos y se hincó en cuclillas junto a Peat, para susurrarle: —Madre, si dices cosas como esas, podrían ser malinterpretadas.
—¿...? —Peat lo miró.
—Si dices que se parecen a mí, suena cómo que si fueran los bebés que me diste.
Las orejas de Peat se pusieron ligeramente rojas mientras abría la boca y explicaba: —Fue tu padre quien me mostró el álbum familiar, y en él, habían fotos tuyas de bebé. Te pareces a tu padre, y también a los bebés, probablemente es porque son niños pequeños...
—Está bien, —el joven Alfa lo interrumpió —no tienes por qué estar tan nervioso.
—... —los hermosos ojos de Peat miraron a Fort sin palabras, y sólo pudo defenderse en su corazón: Él no lo estaba.
Fort sonrió un poco; sus ojos estaban llenos de malicia mientras preguntaba: —Estos dos hermanitos míos, ¿Cómo te los folló mi padre? ¿Podría madre decirme?
Peat abrió la boca y se quedó en silencio durante dos o tres segundos antes de decir: —El profesor de la clase de fisiología te enseñará estos conocimientos en mi lugar, no tienes que venir a preguntarme directamente.
—¿Por qué? ¿Eres tímido? —el joven Alfa resopló: —Sería lo mismo a que uno de los bebés te preguntara: «Mamá, ¿Cómo vine al mundo?» No puedes simplemente negarte a responder porque no soy tu hijo biológico, ¿O sí?
Peat giró la cara: —Pero claramente has venido a humillarme...
—El hecho de que sigas sentado aquí y no te hayas enojado completamente conmigo significa que te gusta mi humillación —Fort dijo: —Está claro que podrías haber sido más firme en tu actitud hacia mí, pero no lo fuiste, lo que me hace preguntarme si en realidad no eres tan digno como pareces, y tal vez en tu interior sólo eres una zorra que anhela ser follada por su hijastro.
—¡Fort! —Peat adoptó un tono serio.
—Bien, lo entiendo —el joven fingió rendirse alzando ambas manos y se puso de pie, sonriendo, antes de agregar: —De todos modos, madre es un Omega tan amable y despreocupado que estoy seguro de que perdonará a su hijo, incluso si este ha hablado fuera de lugar.
Dicho esto, Fort salió de la alfombra de juegos, y al pasar junto a los dos bebés regordetes, los miró. Innegablemente sus hermanos eran bastante lindos, justo como los bebés que salían en anuncios publicitarios.
No pudo evitar preguntarse si había sido así de guapo cuando era niño.
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Ladrón de leche - FortPeat (ADAPTACIÓN)
FanficFort no había vuelto a casa durante los últimos dos años. Ahora, mientras caminaba por la alfombra marrón oscura de la mansión, no podía oír ningún ruido. Sin embargo, el olor a leche estaba por toda la casa. Sí, el olor a leche. . . . -Adaptaci...