CAPÍTULO VIII

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El joven Alfa sintió que no entendía en absoluto al género Omega, especialmente al hombre...– esposa Omega de su padre, Peat.

Quería hablar con sus compañeros de la academia militar acerca de los Omegas, y preguntarles si todos los Omegas eran como Peat. Su dulzura y tolerancia eran embriagadoras, especialmente para un joven Alfa como Fort que carecía del afecto de un Omega, el encanto de Peat era simplemente incuestionable.

¿Llamaría a eso indulgencia? ¿O sólo estaba intentando ser una zorra que seduce a su hijastro?

Sin embargo, la mirada en sus ojos era tan gentil e inquebrantable.

No parecía importarle demasiado que el joven Alfa "jugara y abusara" de él, sino que incluso lo trataba con un amor tolerante.

Por desgracia, a Fort ni siquiera se le permitía utilizar los dispositivos de comunicación en casa, por lo que, naturalmente, no pudo expresar sus dudas.

Sin embargo, aún dudoso como estaba, Fort se volvió más y más pegajoso con Peat.

── ✦ ──

Por la tarde, en el sofá, Peat tuvo que dejar de lado el libro que estaba leyendo y abrazar al joven Alfa que se le había acercado, riendo y diciendo: —Me estás apretando, bebé.

Había una gran cuna a su lado, y allí yacían los gemelos: uno se encontraba durmiendo y el otro jugando con sus dedos; quizás en otra situación, su madre lo habría recogido de la cuna para darle algo de leche para comer. Pero en ese momento, su hermano mayor monopolizaba a su madre para él solo.

Fort dijo despreocupadamente: —¿Qué estás mirando? Léemelo.

El joven apoyó la cabeza en el suave pecho de Peat y cuando su nariz percibió el rico olor a leche, no pudo evitar levantar la mano para tomar el pezón de Peat a través de su camisa.

—No seas tan travieso —Cuando Peat lo agarró de la muñeca, Fort se tranquilizó un poco y se limitó a cubrir el suave seno con su propia palma.

Peat curvó los labios, le parecía muy lindo que el joven Alfa tuviera una extraña obsesión por los senos en ese momento. Era exactamente como los dos pequeños bebés en la cuna.

Volviendo a tomar el libro, Peat le leyó su contenido al joven.

Era un libro militar.

Fort escuchó durante un rato y dijo: —Eres un Omega, ¿Qué haces leyendo estas cosas?

Peat dijo con franqueza: —Mi esposo es militar, por lo que siempre es correcto aprender un poco más sobre el tema.

Este comentario hizo que Fort se sintiera irritado y resoplara fríamente: —¿Todavía piensas en tu esposo? Ya ni siquiera se preocupa por ti, te ha estado ignorando, ¿acaso ha vuelto alguna vez a casa en el medio mes que llevo aquí?

—Tu padre tiene un cargo muy importante y de gran responsabilidad, sólo ha estado ocupado.

—Probablemente sólo esté por ahí, ocupado en follar con otros Omegas también.

—Bebé, no hables así de tu padre —Peat acarició la parte superior de la cabeza del joven Alfa para calmarlo, después de tocar el corto cabello durante mucho tiempo podía sentir una pizca de suavidad entre sus dedos.

Fort dijo: —Eres realmente un perfecto Omega trofeo.

—¿Omega trofeo?

Fort dijo: —Eres como un centenar de flores que no saben nada, probablemente a tus ojos, tu marido es un hombre carismático con poder, pero a mis ojos es un viejo bastardo que engañaba a mi madre cuando estaba embarazada de mí, no te dejes engañar por él.

—... —Peat se quedó en silencio.

Fort levantó la cabeza y miró directamente a los ojos de Peat: —¿No te arrepientes? ¿No quieres divorciarte de él?

Peat bajó los ojos y dijo mansamente: —Esta es una unión hecha entre mi familia y él.

—Bien, olvídalo —Fort volvió a tumbarse resentido, con su mejilla enterrada fuertemente en el pecho de Peat. Y de mala manera, arañó ligeramente un lado de la teta de Peat con su mano —Sólo has estado casado con él durante un tiempo e incluso tienen dos cachorros. ¿Acaso ese viejo bastardo te anudó antes de casarse contigo?

Esta vez Peat abrió ligeramente los labios, con una mirada sorprendida.

—¿Adiviné bien? —El joven Alfa resopló con frialdad: —Eres tan hermoso, ¿Cómo podría contenerse ese maldito cabrón? ¿Cuándo te cogió?

Peat fue tomado con la guardia baja, pero sorprendentemente, aún le respondió: —...Después del compromiso.

Era el hijo del Ministro Imperial de Finanzas, y como un Omega a punto de casarse, tenía naturalmente, una reputación muy honorable. En el Imperio actual, el llamado "igualitarismo entre Alfas y Omegas" no era más que una herramienta para apaciguar a la clase social media y baja; si bien era cierto que la sociedad actual había alcanzado cierta igualdad de trato en gran medida, cuanto más arriba en la jerarquía social te encontrabas, más te dabas cuenta que los Omegas aún estaban sujetos por los antiguos grilletes.

Peat había tenido relaciones sexuales por primera vez con su prometido durante uno de sus períodos de celo antes del matrimonio.

Había sido su prometido quien no se contuvo y lo tomó.

Después de la ocasión en la que tuvieron relaciones sexuales, estuvieron algún tiempo sin casarse; el padre de Peat a menudo lo instaba a buscar a su prometido rápidamente para que le pidiera a la otra parte que adelantara la boda y se casara con él lo antes posible.

Peat se sintió asqueado por esta desesperante realidad, recordando lo que le había dicho a su padre en su momento: —No te preocupes padre, si él no se casa conmigo, me iré de casa por voluntad propia y viviré la vida de un Omega ordinario.

Al menos los Omegas de clase media y baja no tenían que preocuparse tanto por cosas como la "castidad" y la "reputación", a diferencia de la familia tradicional de Peat, que se movía en un círculo social donde todavía seguían estos prejuicios sobre los Omegas. 

Ladrón de leche - FortPeat (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora