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Fue ingresado de urgencias, la fecha planeada para el parto fue predicha hasta dentro de una semana. Pero ahí están, todos muriendo de una tremenda ansiedad mientras Izana está en el quirofano y Kakucho esta siendo atendido porque cayó desmayado desde que salieron de la casa de los Sano.
La cesaría, que ha sido adelantada, lleva un ritmo de proceso normal. Las contracciones fueron normales. Al ser un omega hombre, no tiene de otra más que la cirugía. Sedado y sin ser consciente.
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Varias horas más tarde, con un dolor de cuerpo pasado de horrible, Izana al fin despierta. El dolor es terrible, pero había hablado con su madre y la madre de Kakucho, nada comparado a los próximos cuarenta días que le esperan de reposo. Su lobo está inquieto y cuando finalmente puede pensar de forma coherente, mira el alrededor.
Kakucho esta sentado en una silla, durmiendo. Se ve realmente cansado, con ojeras bajo los ojos y los labios resecos. No puede evitar pensar que les esperan más noches en vela y que deberá adaptar una rirunade vida diferente ala que ya se había mentalizado a tener. Pero sin embargo, el latir de su corazón al pensar en que tendrá dos pequeños cachorros que son de su amado y suyos, compensan el miedo hacia el futuro incierto.
—¿Te sientes bien?— Kakucho pregunta apenas despierta y se levanta para ir a su lado, Izana lo mira asintiendo apenas con pesar
—Duele, pero no tanto, supongo que estoy muy medicado— se burla, su corazón late con más fuerza al recibir un beso en la frente, realmente lo quiere
La porta dela habitación asignada fue abierta suavemente, dejando ver a una enfermera. La mujer les miró durante un momento antes de sonreír.
—Vamos a traer a los cachorros para que sean alimentados— dijo con voz tranquila
Ambos afirmaron y la mujer, beta, salió de la habitación a cumplir con lo que había dicho. Estuvieron halando un par de minutos cuando la misma beta y otra mujer omega, junto a un doctor igual beta entraron.
—Los cachorros están sanos, ninguno presento complicaciones— informo el beta —Tienen dos bonitos cachorros niños— informo
Kakucho sonrió orgulloso.
Izana recibió al primero en sus brazos; un pequeño de rechonchas mejillas, ojitos rojizos y piel ligeramente morena, notando también sus pestañas blancas. Lo alimento, guiando al bebé hacia su pezon donde enseguida el recién nacido comenzó a succionar. El otro cachorro tenía ojos bicolor, uno café y otro púrpura, su piel apenas ligeramente bronceada y en cambio se notaba su cabello sería negro como sus pestañas.
Kakucho jura que puede escuchar los gritos y festejos de los hermanos Haitani al haber sido acertivos con su apuesta; supone que Keisuke y Kazutora tampoco se quedaron atrás burlándose de todos los que tuvieron una apuesta diferente.
