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Cuando cree que todo parece ir para mejor, algo tiene que suceder. Su cita fue hace dos dias, la doctora Takumi le dijo que sus cachorros tienen aproximadamente dieciocho centímetros y unos cien gramos de peso. Su vientre está aún más hinchado y el dolor de espalda es bastante constante.
Tras la alucinante cena del mes pasado ha puesto algunas trabas para evitar la reunión con la familia de Kakucho, sin embargo, sus padres fueron tan insistentes que piensan reunirse a la hora de la comida.
—No puede ser tan malo— Manjiro insistió, abrazando con fuerza a Takemichi —La cena de hace un mes no estuvo mal— expreso sonriendo
—Shinichiro casi sale a asesinar a Kakucho, papá y el abuelo casi lo siguen, ¿viste cómo lloro mamá?— Izana le reprochó
—Detalles— Rindou dijo
—Kakucho sigue vivo, todo está perfecto— Ran añadio
—¿Y donde esta el susodicho?— Sanzu pregunto, mirando a Izana
—Tiene pendientes con el profesor de cálculo, dijo que me vería a la salida para ir juntos— explico, ganando la mirada de los presentes —¿Qué?—
—Kakucho es muy bueno en cálculo, Izana— Rindou declaró
—Es el menor de sus problemas, el siempre va al corriente— Sanzu añade, con una mueca
—No digan estupideces— Keisuke reprocha
—Seguro es sobre otro tema— Kazutora plantea, mirando mal a los Haitani
Y nadie vuelve a mencionar nada al respecto.
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La tarde es bastante pesada, el calor lo pone de malas y hace que quiera llorar de coraje. Acomoda sus cabellos platas y saca de su mochila su teléfono. No hay mensajes de Kakucho, así que decide que es mejor irse de una vez porque no tiene la paciencia para seguirlo esperando.
Se arrepiente, porque no puede usar moto y quien le deja en la escuela es Shinichiro en el auto de sus padres.
