Primera Parte
Años más tarde
Atsumu no había pensado mucho que hacer con su vida.
Solamente tenía planeado hasta la mayoría de edad y de ahí, que fuera lo que tendría que ser.
Entonces, en este momento, estaba sentado en una banca de un parque.
Soltó un respiro y la nostalgia comenzó a invadirlo.
Ahora estaba en la edad que se sentaba a pensar, siempre se había cuestionado ¿Por qué la gente solo se sienta en el parque? ¿No tiene nada más que hacer?
En este momento podía dar una respuesta: Descansar de una vida tan apresurada.
Últimamente, él estaba corriendo, su trabajo ocupaba la mayor parte de su mente, tenía muchas actividades asignadas, pero recientemente había tenido una propuesta interesante con todo ello, extrañaba sus días de estudiante.
Donde solo descansaba y se preocupaba por pequeñas cosas.
Un segundo suspiro salió de su boca para después soltar una sonrisa amarga.
¿Qué sería de Kiyoomi?
Aunque había cortado lazos con él y también tomo terapia por su relación, no podía simplemente olvidar su existencia. No podía olvidarlo.
Él era su pasado, una parte su identidad, después de todo construyo también las bases de su ser actual.
Lo último que escucho es que había aplicado para una prestigiosa institución.
Bien, por el bien de su estabilidad, le deseaba que le haya ido de una buena manera y dejaría de pensar en él, así como posibles '¿Que hubiera pasado sí..?'
Sacudió la cabeza y comenzó a pensar en otra cosa, ya habían pasado varios años desde que se mudó del departamento de su adolescencia.
Su relación con Sumu había mejorado y con sus padres seguía igual. Al menos ya no eran tan entrometidos, después de todo se suponía que era un adulto.
Sus padres habían batallado mucho para que él decidiera tener un grado superior, fue ello lo que le permitió tener un buen empleo.
Aquello le recordaba que estaba en un dilema. Recientemente, su superior deicidio recomendarlo, lo cual agradecía mucho, pero no esperaba que con ello tendría que mudarse a otra ciudad.
Pospuso tomar la decisión hasta este momento. No era fácil, después de todo tendría que decidir entre separarse de Samu o ganar más dinero.
Estimaba a su hermano, le compraba medicinas cuando se enfermaba, lo visitaba en Navidad, cocinaba para él en año nuevo, de todos modos había crecido muy bien, tenía un restaurante donde era feliz y añadiendo, tenía una relación muy duradera con su novio. Era difícil dejarlo, él era su soporte emocional y una parte de él.
Pero ganar más dinero era tentador. Vivía en un buen departamento, pero solo era eso. De vez en cuando podía consentirse, aunque no le preocupaba los pagos del agua. Trabajaba largas jornadas y extrañaba tener horas libres. Tenía una vida monótona, quería algo diferente, una nueva emoción, una nueva oportunidad.
Tomar la recomendación y aceptar el nuevo empleo implicaría hacer una hora para ver a Samu, lo cual no era mucho, pero nada le aseguraba que sería siempre así, porque planeaba abrir una nueva sucursal de Onigiri Miya.
¿Cuándo se había convertido tan responsable para meditar sus decisiones? Una mierda, si las cosas saldrían mal, que salgan mal con ganas. Aceptaría el nuevo empleo.
...
Así entonces, Atsumu se había instalado en un apartamento de esa ciudad. Estaba en camino a su primer día de trabajo. Había presentado su solicitud y entrevista con mucho éxito. Pero estaba nervioso, tenía un presentimiento raro en el pecho y había soñado que no tenía voz, por más que gritaba no había nada.
Era extraño, investigo el significado en internet, pero no se identificó con nada, después todo ese sueño simbolizaba no ser escuchado o incomprendido, las inseguridades, impotencia o ansiedad. Ninguno de esos términos encajaba actualmente con él.
Unas horas más tarde, cuando era su hora de comida, salió del edificio donde estaba su oficina para buscar un buen restaurante. Amablemente, sus compañeros de trabajo le sugirieron uno, el cual estaba a minutos caminando de donde residía.
Después de pedir su comida, miraba distraídamente su teléfono cuando sintió una mirada que lo seguía. Tomo asiento en una mesa cerca de la gran ventana que daba a la calle.
Volteo hacia donde se suponía que lo estaban viendo y no había nadie, pensó que tal vez podría ser la horrible sensación que tenía desde la mañana.
Estaba dispuesto a dejarlo pasar y enviarle un mensaje a Samu, pero miro al frente y lo vio.
Por primera vez en muchos años observo aquellos rizos tan singulares que podría identificar desde la distancia.
Una piel pálida, unos lunares simétricamente alineados y un par de orbes oscuros mirándolo fijamente.
Sakusa Kiyoomi.
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Bueno, se 'suponía' que era una sola parte, pero por cuestiones de que no sea confuso y porque quiero agregar la perspectiva de Kiyo, el capítulo final se dividirá en dos partes.
La próxima actualización ahora si, definitivamente será la última, ojalá pueda tenerla lista pronto.
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Mi Delicado Joyel | Sakuatsu
FanficAtsumu se ha declarado y Kiyoomi acepto. Esta feliz pero esa alegría no dura para siempre. Tal vez Kiyoomi no tenga los mismos sentimientos que Atsumu.