Había pasado un mes desde que se habían enterado de que iban a ser padres y si antes los síntomas no eran tan notorios, en ese momento todo el piso estaba hablando sobre el extraño comportamiento de Hao.
Dormía más, siempre tenía que ir al baño por una extraña razón y a veces se quedaba allí por horas. Sin hablar del terrible apetito que le surgió de repente.
Un día todos se pusieron de acuerdo en comer en la mesa. Jiwoong preparó un gran estofado tradicional coreano para que los miembros extranjeros pudieran degustar las delicias de Corea.
Yujin estaba en el teléfono jugando un juego. Gyuvin molestaba a Ricky y Ricky se quejaba con Hao. Gunwook abrazaba a Matthew y se susurraban cosas. Hanbin colocaba la mesa y Taerae golpeaba con impaciencia la madera, hambriento.
—Listo. ¡Qué aprovechen!
Hao casi se le sale una lagrima de la emoción.
—¡Por fin! Me estaba muriendo de hambre.
—Pero si comiste hace menos de una hora. Y fue casi toda la nevera.
Señaló Gyuvin ofendido. Jiwoong quiso callarle la boca.
—No le hagas caso, Hao. Tú puedes comer lo que quieras.
Dijo el mayor de todos mientras le servía una gran porción a su esposo. Pero Hao la apartó casi de inmediato. Cuando levantó la vista, Jiwoong pudo divisar las primeras lágrimas.
Oh no.
—Gyuvin tiene razón, he estado comiendo casi compulsivamente.
El susodicho se levantó tomando las manos de Hao al verlo llorar.
—¡No lo decía por mal! Era una broma de mal gusto. Claro que si tienes hambre debes comer. No quiero que pienses lo contrario.
Hao se limpió las lágrimas, su nariz roja tiraba mocos.
—¿De verdad?
—Claro que sí. Toma.
Y alzando la cuchara le dio de comer a Hao que con cariño recibió la muestra de afecto. Jiwoong respiró tranquilo viendo a su esposo sonreír al menor. Hasta que de repente una mueca amarga atravesó a Hao y conociendo ya lo que venía, vio como se levantaba veloz hacía al baño.
Todos en la mesa se quedaron de piedra sin saber qué decir. Hasta que Gyuvin rompió la tensión.
—Parece que no le gustó tu caldo tradicional coreano hyung.
Algunos soltaron una risa que fueron calladas por los sonidos de arcadas que hacía Hao al vomitar.
—Hanbin porque no vas a revisarlo.
El líder ante las palabras de Gyuvin se levantó casi de inmediato corriendo a ver al centro del grupo. Todos en la mesa tenían una mirada de preocupación. Yujin incluso había dejado atrás su juego para mirar hacia donde se había ido Hao.
Jiwoong quería revisar pero como el mayor era mejor quedarse con los menores y apaciguarlos. Aunque sus manos se picaban para buscar a su esposo y consolarlo.
—¿Por qué le dijiste a Hanbin que fuera?
Le preguntó Ricky a Gyuvin.
—Es el líder. Además sabes que Hao y Hanbin están en algo, creo es el que más derecho tiene de estar ahora con Hao.
Jiwoong sujetó con fuerza los palillos, intentando no ladrar o decir algo mordaz ante las palabras de Gyuvin. Debía ser consciente de que nadie en el grupo sabía de su situación actual con Hao. Y que el acuerdo mutuo era dejar que la gente pensara lo que quisieran, porque era mucho más beneficioso para ellos.
Aun así estaba ardiendo en celos. Y algo repulsivo se instalaba en su estómago.
—¿Jiwoong hyung? ¿Estás bien? Parece que tú también quieres vomitar.
El mayor se recompuso en segundos.
—Estoy bien Yujin, vamos a comer chicos. Luego podrán ver a Hao.
Y todos comieron en silencio con el sonido de fondo de Hao llorando y vomitando.
Del otro lado Hanbin intentaba consolar a su mayor quien lloraba desconsoladamente.
—Soy un desastre.
Hanbin le daba palmaditas en la espalda.
—Hyung, no seas tan duro contigo mismo. Es normal sentirse así en tu estado.
—¿En qué estado?
Hanbin tragó grueso. La había liado, no se supone que le iba a decir tan rápido a Hao que sabía sobre su embarazo.
—¿Recuerdas cuando me pediste que distrajera a Jiwoong? Bueno esa tarde cuando entré al baño encontré tu prueba de embarazo escondida en el cajón. Me encargué de tirarla pero…
Hao volvió a llorar.
—Dios, soy un tonto. Estoy seguro que todos lo saben. Y el manager no tardará en darse cuenta y mi carrera estará arruinada.
Hanbin tomó el cuerpo tembloroso de Hao y lo abrazó con fuerzas. Sintiendo que el mayor tenía espasmos por el llanto. Su corazón se encogió, odiaba ver a su mejor amigo así.
—¿Jiwoong lo sabe? —. Hao asintió. —¿Hablaste sobre la idea de abortar?
Hao se limpió las lágrimas.
—Si, ambos aceptamos seguir con el embarazo. Sabía que no sería fácil, pero me siento tan sensible, tan cansado y hambriento la mayor parte del tiempo. Y ni hablemos de los mareos y vómitos. Tengo miedo de que la gente sospeche.
El menor se quedó pensativo.
—Tal vez debas darte un descanso, cuando llegue el momento, rompete una pierna o algo así. Nadie sospechará si te ausentas por unos meses. La panza no se nota hasta el quinto mes.
Hao miró a Hanbin. Era una buena idea, para no decir una genial. Si fingía alguna fractura y debía estar de reposo, podría no estar en cámaras ni yendo a ninguna de las actividades hasta concluir el embarazo.
—Hanbin eres el mejor.
Y se abalanzó a abrazarlo. Lo que le generó un gran mareo y sin dar tiempo de avisar vomitó sobre el menor.
—Si, se que soy el mejor pero regalos aparte.
Hao le respondió terminando de vomitar sus zapatos.
ESTÁS LEYENDO
Luna de miel - Woonghao
FanfictionDespués de una boda improvisada y una luna de miel muy rápida. Hao y Jiwoong se enfrentan a la vida de idols siendo pareja. Pero si ocultar una relación era difícil, era mucho más difícil ocultar un embarazo. O donde Hao está esperando un bebé.