Capítulo 8.

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La conversación con el manager resultó ser más sencilla y útil de lo que pensaron en un inicio. Obviamente fueron fuertemente reprendidos por la irresponsabilidad que habían hecho, no solo el embarazo sino la boda. Pero luego de sacar todas sus frustraciones con la situación, el manager suspiró muy profundo.

—Bien, avisaré a la empresa. Te irás de hiatus unos cuantos meses. Agradece el contrato del grupo va a ser alargado 5 años más. Si no, sería un problema mayor.

—Muchas gracias, sunbaenim.

Tanto Hao como Jiwoong se inclinaron en agradecimiento. El manager solo hizo un gesto vago con las manos.

—No es nada, esto será lo más sencillo. Pero la ira de las fans cuando Hao se tome su descanso caerá en mi. Espero que lo sepan. Maldición, a la siguiente aprendan a usar anticonceptivos.

Jiwoong soltó una risa avergonzada.

—Definitivamente lo tendremos en cuenta en el futuro próximo.

El manager se cruzó de brazos ante el obvio tono de burla de Jiwoong.

—No me tientes Jiwoong, estoy siendo muy amable. Ahora, ¿Cuánto tiempo llevan juntos? ¿Cómo ocurrió? ¿Es por esto que forzaste esos horarios para estar con Hao? Maldición, el staff se volverá loco si se enteran. Ya hubo algunos rumores.

Eso activó las alarmas de Hao.

—¿Rumores? ¿Qué clase de rumores?

El manager se encogió de hombros.

—No deberías estresarte por eso. Puedes engañar a las fans y al público. Pero sabes como es el staff, se filtran rápido las cosas. Algunos del staff estuvieron vendiendo información a las sasaengs sobre ustedes. Pero no es un gran problema, el público general no se traga una relación entre ustedes. Demonios, ni yo lo haría. Seguro ya viste los comentarios. Solo dos o tres se atreven a pensar que ese bebé es de Jiwoong. Y hablando de eso, tengo que hablar con Hanbin porque no es bueno para su reputación los rumores de que será padre.

La conversación había sido hace dos semanas. Desde entonces Hao se mantuvo en el departamento compartido. Sin las preocupaciones de la agenda, cayó en cuenta de todas las cosas que aún no había planificado para la futura llegada del bebé.

El nombre, la habitación, juguetes, ropa.

Hizo una lista de personas que debían enterarse sobre su embarazo. Empezando por su familia. Eso fue sencillo. Su madre y sus primos pegaron un grito al cielo y las felicitaciones no se hicieron esperar. Sus amigos más cercanos como Kuan Jui, Chenle, Jun. Todos compartieron su alegría por el paso gigante que daban en su relación y compartieron sus inquietudes de ser padre tan joven en una industria tan exigente.

Fue un domingo. No había agenda, ni nada. Todos estaban abajo compartiendo un momento grupal, tomando bebidas y jugando verdad o reto mientras se reían de cualquier cosa.

Hao se estaba alistando para unirse cuando se dio cuenta de que su pantalón favorito no le entraba. Inicialmente solo se decía así mismo que debía elegir otro, descubrió ninguno le quedaba excepto los feos pantalones de chándal. Gritó frustrado cuando fue la misma historia con las camisetas, sus tops pegados estaban apretadas en su piel y no se podía mover, incluso sus camisetas sueltas se veían chicas.

El invierno había terminado oficialmente hace unos días y sería muy raro llegar al salón cubierto de pies a cabeza. Se supone que iban a reunir a los chicos para darles a todos la noticia, pero Hao se negaba a irse con un chándal pasado de moda que solo usaba para hacer ejercicio (Osea casi nunca).

Y después de desordenar todo su armario buscando algo de su talla, terminó llorando en su cama con su camiseta favorita apretando incómodamente su pecho y panza.

Luna de miel - Woonghao Donde viven las historias. Descúbrelo ahora