CAPÍTULO 29
Distancia
Leí el documento que describía la primera materia del segundo año de la carrera, y lo peor de todo es que ni siquiera sabía que tenía que ver con Comunicación, pero bueno, un conocimiento extra no le venía mal a nadie; pero claro, habría sido mejor si hubiera estado concentrada en lo que estaba leyendo, y no en el cansancio mental que se instauraba en mi mente cada segundo.
Psicología. En este documento, se tipifica que verás la materia porque tu hermano tiene razón, y eres una completa desquiciada. De verdad, acude a un psiquiatra y hazle ese favor a la patria. Así, deberás presentar un proyecto final de como pudiste tener una relación normal que careció de su totalidad de problemas, plantear con ejemplos como tu novio logra soportarte a diario; pero no menos importante, demostrar porque la comunicación entre las orejas es muy importante.
¿La orejas qué? en efecto, necesitaba tomarme un buen café, porque parecía que mi dislexia se estaba haciendo mi amiga.
–¿Qué dice? -preguntó Benjamín expectante a mi respuesta.
Habíamos decidido reunirnos en la residencia, puesto a que le quedaba más cerca de la universidad, y según me dijo, iba a inscribirse luego de leer los papeles que yo tenía, por lo que obviamente no pude negarme debido a que si quería que me dejara confirmar en los siguientes exámenes, tenía que empezar a persuadirlo.
–No lo he entendido. -me quejé golpeando levemente la mesa. Estaba frustrada.
–Para las cosas que deberías tener inteligencia, tienes una carencia terrible. -se burló rodando los ojos.
–Quizá es porque veo borroso o algo así. -traté de justificarme con algo que realmente sonara contundente. –Así que... Necesito que me devuelvas mis lentes. -apenas dije esto, se puso más pálido que Gasparín.
Siendo honesta, estaba empezando a arrepentirme por haberlo hecho, pero mi lado humano y caritativo me dijo que cediera, y todo fue en el hecho de que se los había prestado porque tenía una cita con una chica, y según él quería "Verse más intelectual de lo que ya era". Un plan muy tonto, si se me pregunta.
–Hablando de eso..... te tengo que contar una historia que me pasó hoy con una señora que fácilmente podía ser mi abuela. -hizo una breve pausa. –El tema es que a ver, se que si fui irrespetuoso, pero ¡Ella me dijo que era un niño idiota inmaduro! -fruncí el ceño sin comprender a qué se debía su frustración. Los comentarios de la señora no carecían de tanta lógica, si los comparaba con la realidad. –El punto es que luego de que salí de mi magnífica cita, casi me atropella por conducir más rápido que un piloto de fórmula uno, por lo que envuelto en cólera al haber visto la muerte pasar frente a mis ojos, le sugerí amablemente que se consiguiera un geriátrico en lugar de creerse la reencarnación de Chick Hicks en la película de Cars. -por su mueca de desagrado, supuse que fue de todo, menos amable. –El problema empezó cuando se bajó de su reliquia prehistórica digna de un museo, y de no sé dónde sacó un bastón y me amenazó con golpearme. En fin, como la situación hizo que mi sentido común y autocontrol se esfumaran, le dí tus lentes diciéndole "Para que vea mejor por dónde va. Y no lo hago por Usted, si no por el bien de la humanidad." -hizo una pausa pensativo. –Pero ahora que lo pienso.... ¿Crees que me denuncie? -abrí los ojos más de la cuenta. –De todas maneras, siendo así, creo que la solución es que le revoquen la licencia, ¿no te parece?
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La oportunidad de un para siempre
Fiksi RemajaÉl fue uno de los que me salvó cuando creí haber sanado, pero también se encargó de que terminara peor que cuando me conoció; lo que me duele, es que no sé si fue su intención o no. Valeria lleva más de un año asimilando que tal vez no era la person...