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Wednesday era solo una niña de seis años cuando conocio a Enid Sinclair.

Su casa quedaba en la orilla de la ciudad en una colina arriba y junto a varias historias de terrror sobre ella, de fantasmas y muertos vivientes.

Enid sabia que eran exageraciones de los más grandes, por eso un día que sus hermanos más grandes se retaron a subir y entrar. Ella participó. Claro que se burlaron de ella porque de seguro sería la primera en salir corriendo.

Pero ella aún así insistió en ir.

Sus hermanos y un pequeño grupo de amigos de ellos, subieron al sendero que llegaba a una gran reja oscura y oxidada.

Como pudieron los chicos abrieron la reja, y empezaron a caminar entre lápidas. Pues también habia un cementerio ahí mismo, y todos con el mismo apellido "Addams"

La más chica de ellos se quedó tras de sus pasos, pues estaba muy interesada en los alrededores.

De repente un fuerte ruido hizo gritar a todos ellos, y entre tropezones y empujones, todos salieron corriendo do de ahí.

Sus hermanos la dejaron sola, junto a un tal "Toppo Addams"

- que extraño nombre para una persona - dice en voz baja la niña.

Pero en vez de seguir el camino de sus cobardes hermanos, siguió hacia adelante.

Camino por un tramo más hasta que salió del cementerio y se topó con la casa. Bastante grande y oscura, llena de plantas que subían a la pared.

De ahí se encontró con una gran sorpresa, caminando con la mirada puesta en ella había una gran bestia con melenas hermosa que jamás pudo haber visto.

Y antes que pudiera decir o hacer algo, se abalanzó a ella.

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Wednesday aún estaba termiando sus estudios cuando su madre la llamó.

- Wednesday cariño, ¿haz visto a Kitty? Es la hora del almuerzo y no la encuentro - la gotica mira a su madre, pues ese animal era la adoración de ambas y sino aparece pronto las cosas se pueden poner feas.

- le buscaré afuera - se levanta de su asiento, y va a los jardines.

Grande era su sorpresa cuando le encontró siendo mimado por una rubia colorida. Observando un poco la escena, fue de su desagrado ver como tan fácilmente se dejó influenciar el animal.

Suspiro y se acercó con cuidado para no ser notada por ninguno de los dos, tal vez debió tomar su ballesta.

Presto atención a ellos, lo que pudo oír perfectamente las palabras de la niña. - que grande eres de verdad, y muy hermoso - ahí fue cuando entendió porque el animal no se la comió.

Se acercó hasta quedar de espaldas asustado a ambos. - Kitty, se supone que te comas a los invasores... no que te dejes mimar - la forma que lo dijo debió de asustar a cualquier ser humano, pero no fue así.

- wow, te llamas Kitty - dice la rubia rascando la parte de arriba, dejando más molesta a la gotica. - ¿cómo te llamas? - pregunta viendo a la niña gotica.

Wednesday solo la mira mal, pero le responde. - Wednesday Addams - contesta mirando aún mal a la chica frente a ella, pero que tenga más agallas que su hermano Pugsley hace que le tenga un poco de interés.

- Enid Sinclair - le dice sonriendo.

Wednesday tomo a la chica y la acerco a su casa donde la presento a su familia. Todos asombrados de no ser devorada, también la llevaron a conocer a Cleopatra y otros de sus tantas mascotas de los Addams. Cuando vieron que ninguno reaccionó de mala manera a la invitada sorpresa, al contrario, se dejaban acariciar por ella.

Con eso confirmaron una cosa muy importante, era especial y la gotica tenía el ojo puesto en ella.

Aún cuando aparentaba ser fría, la chica demostró ser muy cuidadosa con ella y la estuvo cuidando hasta que el día siguiente los padres de la chica aparecieron tras la reja de la casa recordando que ella debía regresar a casa.

Pasaron solo un par de días cuando regreso ella para jugar con la gotica.

Algo que de cierta forma, le comenzó a gusta mucho.

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El cumpleaños de la rubia era primero que el de la gotica, dejando que era más grande que ella y no solo por eso, pues Enid era mayor que ella por un año.

Le gustaba mucho pasar sus tardes con la chica y su familia. Aún cuando a sus padres no les gustaba que pasara todo el día ahí, la chica ni le importaba.

A sus 9 años, la rubia le encantaba jugar con ella y su hermano Pugsley. Pues era divertido ver como lo fastidiada la gotica al chico, aunque en ocaciones le daba pena, pero así era su forma de ser entre ellos.

Pero para el cumpleaños de la gotica algo fue diferente, pues una noticia que le hizo a la rubia dejar de sonreír ese día.

- no es verdad - dice triste la niña. - no puedes mudarte - murmura con la voz entre cortada.

- lo siento - fue todo lo que dijo ella en respuesta.

Se habían echo inseparables, las mejores amigas y hasta toda la familia Addams sabia de la rubia multicolor, que había sobrevivido a todas las pruebas.

Enid se fue un momento a la terraza de la mansión Addams, dejando que la gotica vaya tras ella luego de un momento.

- de verdad perdón, no logre encontrar otra manera - se veía igual triste la chica, pero no quería hacer nada más que estar cerca de la rubia.

Solo tenían una semana más juntas, y quería que se aprovechara bien y no estén molestas entre ellas.

- lo sé Wednesday, solo que será solitario este lugar sin ti - le dice honesta la chica.

Wednesday toma la mano de la rubia y suspira pesadamente. - aunque nos separen, serás la única que puede ser llamada mi amiga Enid - le dice, algo que hace sonreír a la rubia.

- bien. Porque me podré celosa si es mentira - el resto del día, disfruta de jugar y ponerse de acuerdo para no perder la comunicación.

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Nueva historia

1000 palabras.

Inocente - WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora