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Estaba parada en medio de lo que era la sala de la casa, aún así desde donde estaba podía ver plenamente el lugar.

Por fuera se veía descuidada, adentro mas.

No puede culparla, aunque la Wednesday que ella llegó a conocer era una maniática del orden y la limpieza. Aún recuerda con diversión y horror el día que mancho por accidente la alfombra de su cuarto.

Donde ella se encontraba podía ver a Wednesday que se encontraba moviendo cosas en su cocina para luego intentar servir algo decente de tomar.

La chica no se veía bien. Tenia ojeras de dormir muy poco, también estaba algo delgada y su altura no ayudaba en la combinación de mal cuidado que se tenía a sí misma.

"Debía ser por el asunto legal" penso Enid mientras aún miraba la espalda de su ex-mejor amiga.

Cuando no pudo más, se acercó a la chica y noto el olor que había por esa zona. Eso hizo que su nariz se arrugara en molesta a los diferentes aromas, no solo de guardado y húmeda.

- ¿cuándo fue la última vez que limpiaste? - pregunta ella desde una buena distancia de la chica, estaba pensando que igual la gotica estaba en mal estado como su cocina.

- no sé... ¿un mes? - la forma en que contesto hizo que Enid notara que estaba siendo honesta, no tenía idea.

Enid suspura resignada, con delicadeza mueve a la chica. - ¿tienes bolsas de basura? - la chica parecía dudar, miraba a todos lados sin saber que hacer. - no importa, busca algo donde pueda poner las cosas y luego la sacamos. Primero limpiaremos un poco aquí - dice señalando la cocina que estaba llena de trastes y basura de comida rápida.

Wednesday dejó que hiciera lo que ella quiera, algo que aún recordaba bien de la rubia, es que hacía lo que quería la chica y no había forma de cambiarla de parecer.

Lo que si hizo fue, empezar a levantar las cajas de pizzas vacías y botes de sopas. Y las junto donde Enid empezó a tirar las cosas de la cocina. Al poco rato, la chica buscaba una escoba y Wednesday le sacaba algunos productos de limpieza que tenía aún por ahí.

Al paso de las horas, la cabaña se encontraba más presentable. Y ya no olía mal.

Enid vio como Wednesday no estaba por ahí, pero prefiere ir a juntar la basura algo lejos de ahí. Cuando todo estuvo listo y regresó al interior de la cabaña, Wednesday estaba bañada y con ropa decente en es momento.

- ¿tienes forma de lavar tu ropa? - pregunta Enid interezada, pues mientras se dio la vuelta por ahí notó que faltaban algunas cosas básicas.

- no - responde aún con la mirada baja, y muy cansada. - de vez en cuando Lurch viene por mi para llevar la ropa sucia a la lavandería - comenta Wednesday sentándose en un pequeño sillón.

Enid se queda ahí parada observando a la chica, preocupada era poco lo que estaba sintiendo por ella.

- entonces, tendremos que ir juntas ahora - dice la rubia mientras se cruza de brazos.

Wednesday solo la mira con los ojos entre cerrados, la rubia ya había tomado la decisión.

- como quieras - contesta de mala gana ella.

Enid ve la hora y siente un hambre tan grande que piensa que nada en ese pueblo la llenaría, luego ve a Wednesday que no dice nada y tiene la mirada perdida en el techo.

- bueno, ya es hora de la cena. ¿Que vamos a comer? - la rubia sabía que no tenía más que sopas instantánea en ese lugar, tendrán que hacer las compras apartir de ahora juntas.

Wednesday solo la mira sin energías. - que vas a comer tu, yo me voy a dormir - dice sin ganas la joven, solo para después señalar la puerta para que se valla. - tienes que empezar a caminar o no llegarás al pueblo pronto - cuando dice eso, la rubia reacciona de inmediato.

- ¡es verdad! - dice ella, estaba algo alejada del pueblo y aún era nueva, no sabia como no perderse.

Wednesday solo suspira por lo distraída que era la rubia, aún recordaba que aveces hacia honor a su cabellera.

Sin más la rubia decide dejar por ese día terminada su visita.

Cuando ya está abriendo la puerta se da vuelta y señalando a la chica le dice. - tienes que ir al pueblo por comida, así que... te veo mañana en la plaza a las 8, sino estás ahí vendré y te llevaré de la oreja hasta ahí - se pia muy decidida a ese plan la rubia, algo que de verdad la gotica estaba en contra.

Sin esperar que la chica respondiera con alguna negativa o afirmación, se va de ahí sin mirar atrás.

En el camino, Enid estaba procesando lo sucedido. No era la reunión tan esperada que se había imaginado, no hubo abrazos, llantos, y palabras bonitas.

Pero al ver el estado que estaba, sabía que algo malo estaba sucediendo a Wednesday. Tenia que hacer que hable de alguna forma y que mejor que haciéndola molestar. Sabia que funcionaría, de cierta forma.

Así que sin más, camino tanto por casi una hora hasta que llegó al pueblo. De ahí empezó a buscar la ubicación de su casa y así hizo un mapa mental del lugar.

No estaba tan lejos de su piso, como se imaginó. Pero si debería considerar conseguirse un medio de transporte, o se terminará quedando sin pies.

Suspirando y aún recordando lo sucedido, decidió ir por cena y regresar a su departamento. Ya ahí planearia mejor las cosas apartir de ahora, incluyendo como hacer que Wednesday mejore.

No era ciega, estaba mal, algo demasiado grande le tuvo que pasar para quedar en esa condición. Donde ella nunca le había gustado juntar tanta basura en su vida, bueno... cuando eran niñas más que nada.

Solo esperaba que la gotica le diera oportunidad de ayudarla.

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979 palabras.

Inocente - WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora